miércoles, 13 de mayo de 2020

Walter Riso

Si sufres de apego, llegará un momento en que la pérdida de la libertad te amargará la vida.Quizás el placer y la euforia inicial no te dejen ver esto con claridad, pero más temprano que tarde la fuente del apego controlará tu vida. Dirás una y otra vez, como un autómata entrenado: «Todo lo que hago lo hago por ti», y harás cualquier cosa para retener el objeto o persona de tu apego: te arrastrarás, suplicarás, gastarás tiempo y esfuerzo e incluso tratarás de engañarte a ti mismo viendo las «ventajas» de ser un «buen esclavo». Los budistas sostienen que un paso importante hacia la liberación psicológica es comprender que en realidad tú eliges tus propios amos y eres víctima de tu propio invento. Un joven novicio preguntó a su maestro zen: « Por favor, muéstrame cómo liberarme de la atadura». El maestro dijo: «¿Quién te ha atado?». El alumno respondió: «Nadie me ha atado». • El maestro, entonces, le dijo: «Si nadie te ha atado, en realidad eres libre. ¿Por qué debes liberarte?»

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