miércoles, 21 de diciembre de 2016

Deshun Wang

10 NOV 2016 - 11:24 CET
Deshun Wang, de 80 años, desfilando en la Semana de la Moda de China. Instagram
La primera vez que el modelo chino Deshun Wang desfiló en una pasarela tenía 79 años. Fue en la Semana de la Moda de China y llevaba un pantalón del diseñador asiático Sheguang Hu. El pecho (bastante atlético, teniendo en cuenta su edad) lo llevaba al descubierto. Hoy, Wang cuenta 80 años y se ha convertido en un símbolo del lema "nunca es tarde para...".  En una profesión que casi empuja a la jubilación a aquellos que han pasado la treintena, este hombre de pelo plateado ha roto los esquemas al demostrar que la edad no es un impedimento para pasear por las pasarelas.
La historia de Wang derriba tópicos y acaba con las excusas que el ser humano tiende a buscar para no afrontar nuevos retos por desidia o miedo al fracaso. Tenía 50 años cuando decidió que debía cambiar el rumbo que llevaba su vida y centró todos sus esfuerzos en mejorar su estado físico.
"Una forma de saber si eres viejo o no es preguntándote: ¿Te atreves a probar algo que no has hecho nunca antes? La naturaleza determina la edad, pero tú determinas tu estado de ánimo", dice el modelo octogenario
Después de años de sedentarismo, su cuerpo tardó en responder como él esperaba, pero las tres horas diarias que dedicó a ejercitarse en el gimnasio le devolvieron toda la movilidad que había perdido. Gracias a un constante entrenamiento, su estado físico y metal poco tiene que envidiar al de un treintañero. "Entrenar el cuerpo trae alegría. Inténtelo", aconseja el modelo octogenario. A los 44 años empezó a estudiar inglés, a los 57 comenzó a trabajar como escultura viviente en la calle o galerías, a los 65 aprendió a montar a caballo, a los 78 aprendió a montar en moto y ahora, con 80, está en el exigente mundo de la moda.
"Nunca es demasiado tarde. Solo tienes que focalizar tu mente en el objetivo. Nadie puede frenarte en tu objetivo", afirma Wang. Sus logros han servido de inspiración a miles de personas que han expresado su admiración a través de las redes sociales. "Parece que no es demasiado tarde para que me ponga a estudiar inglés", opina un seguidor de Wang. "No hay nada que no podamos lograr en la vida. Si estás dispuesto y trabajas duro, nunca es demasiado tarde. Este abuelo es genial y merece todos los elogios", apunta otro. "No te subestimes a ti mismo cuando es tu momento de brillar" o "estoy totalmente impresionada con este hombre. Dejemos de ponernos excusas a nosotros mismos, tomemos decisiones y busquemos nuestros sueños", opina otro usuario.
Una de las campañas publicitarias protagonizadas por Deshun Wang, que posa con otra modelo. Instagram
Tras su presentación en las pasarelas, Deshun Wang se ha convertido en un icono nacional conocido como "el abuelo más caliente de China". Y es un reclamo publicitario. Desde hace tiempo, la tendencia que siguen muchas campañas de moda es la de ofrecer un producto pensado y diseñado para un consumidor común. Modelos de tallas grandes o maniquíes que se alejan de los típicos cánones de belleza han empezado a acaparar protagonismo en prestigiosas campañas publicitarias. El éxito de Wang humaniza un mundo que algunos tachan de superficial e inaccesible.
"Debería ponerme un traje largo, con la palabra 'longevidad' bordado en la parte delantera", bromeó el modelo en la fiesta que le prepararon hace una semana por su 80 cumpleaños. En China, a partir de los 50 años uno es considerado un abuelo tenga o no descendencia. Sin embargo, Wang concibe la vejez de otra manera: "Una forma de saber si eres viejo o no es preguntándote: ¿Te atreves a probar algo que no has hecho nunca antes? La naturaleza determina la edad, pero tú determinas tu estado de ánimo", declaró en una entrevista que ofreció en Beijing.
"No hay nada que no podamos lograr en la vida. Si estás dispuesto y trabajas duro, nunca es demasiado tarde. Este abuelo es genial y merece todos los elogios", afirma uno de sus segudidores en redes sociales
Wang creció con sus ocho hermanos en Shenyang y a los 14 años empezó a trabajar como conductor de tranvía. Pero ya entonces tenía claras sus aspiraciones. "Me gustaba tanto actuar, cantar, bailar y tocar instrumentos musicales que me uní a la banda de mi trabajo", cuenta. También trabajó como militar y creó, junto a otros compañeros, una compañía de teatro para entretener al resto de soldados. Antes de convertirse en una pieza clave de la renovación del mundo de la pasarela, Wang había realizado varios trabajos como actor en su país con los que ganó cierta relevancia.
"Dedico las mañanas a cultivar la mente. Es el momento en que leo libros y noticias. Y de tres a seis de la tarde voy al gimnasio. No cuido mucho mi alimentación. Como todo lo que me apetece, pero es cierto que bebo menos de lo que solía hacerlo", explica.
Wang ha abierto la veda , pero no es el único modelo entrado en años que actualmente se gana la vida desfilando. Nicola Griffin, 56 años, su subió por primera vez a una pasarela con 53 y Philippe Dumas, 60 años, debe su éxito, precisamente, a su frondosa barba canosa. La diversidad ha conquistado una industria que hasta ahora ostentaba restricciones inquebrantables, como el límite de edad o peso. La historia de Wang lo demuestra.
 http://elpais.com/elpais/2016/11/07/icon/1478513779_631468.html?id_externo_rsoc=FB_CM

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