lunes, 17 de agosto de 2015

Julian Bond

Julian Bond, un líder negro que derribó muros en Estados Unidos

Participó en la lucha por los derechos civiles de los años sesenta

Julian Bond
Julian Bond, en un acto en 2007 / PAUL SANCYA (AP)
Con solo 12 años, en 1952, Julian Bond sintió el racismo todavía enquistado en Estados Unidos. Acababa de entrar en una escuela privada a las afueras de Filadelfia y empezó a salir con una chica blanca. Los estudiantes blancos y las autoridades de la escuela le dijeron a Bond, que era negro, que la relación no podía continuar. Lograr que actitudes como esa no se repitieran fue el gran objetivo de sus 75 años de vida volcados en la lucha por la igualdad de derechos de los afroamericanos.
Bond murió el sábado por complicaciones de una enfermedad vascular. Carismático y directo, se convirtió en una voz imprescindible e icónica de la comunidad negra en EE UU. Fue líder estudiantil, presidente durante más de 50 años del Centro Legal de Pobreza del Sur --referente en la lucha contra todo tipo de discriminación-- y máximo responsable durante 12 años de la NAACP, la principal organización negra. También fue opinador y profesor universitario.
“La justicia y la igualdad fueron la misión de su vida. Julian Bond ayudó a hacer mejor este país”, dijo el presidente Barack Obama en un comunicado en que lo calificó de “héroe”.
“Fue uno de los arquitectos del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) antes de que se convirtiera en una etiqueta”, destacó Clayola Brown, presidenta del centro de derechos laborales A. Philip Randolph, en referencia al emblema de los manifestantes en el último año contra el trato policial con los afroamericanos.
La justicia y la igualdad fueron la misión de su vida. Julian Bond ayudó a hacer mejor este país"
Barack Obama, presidente de Estados Unidos
Una de las personas que mejor conocía a Bond es el veterano congresista demócrata John Lewis. Le acompañó en el movimiento de los derechos civiles en los años sesenta en el sur del país. En los ochenta le arruinó sus ambiciones de entrar en la política nacional. La pelea política les distanció, pero con el tiempo se reconciliaron.
Tras la muerte de Bond, Lewis explicó que se vieron en marzo en un restaurante en Atlanta y recordaron los muros que derribaron juntos. Ya no había secciones separadas para comensales blancos y negros. “Le dije que el único lugar en el que nuestros hijos y los hijos de estos verán esas señales será en un libro, un museo o un vídeo. Se han ido y no volverán”, rememoró el congresista.
Racismo persistente
Bond nació en 1940 en Tennessee en una familia negra acomodada aunque con un pasado esclavista. Su padre fue presidente de la Universidad Lincoln de Pensilvania. Eso le permitió a Bond conocer de niño a personalidades como el científico Albert Einstein, y los activistas negros W. E. B Dubois y Paul Robeson.
Con 25 años, Bond ya era una de las figuras del movimiento de los derechos civiles cuando ganó un escaño en la Cámara de Representantes del Estado de Georgia. Era 1965 y se acaba de aprobar la ley nacional de Derechos Civiles. Pero en tres ocasiones Bond no pudo sentarse en su asiento en el hemiciclo por la oposición de los líderes blancos. Justificaban el rechazo por la oposición de Bond a la guerra de Vietnam. El racismo persistía. Al año siguiente el Tribunal Supremo dio la razón a Bond.
Durante dos décadas ocupó ese escaño. Se convirtió en un referente nacional. Daba 200 discursos al año. Su nombre sonó como sucesor del líder del movimiento de los derechos civiles, el reverendo Martin Luther King, al que había tenido de profesor. Los sondeos le situaban entonces como el mejor candidato para ser el primer presidente negro de EE UU, algo que no ocurriría hasta 2009 con Obama. Bond flirteó con la política nacional, pero su imagen quedó dañada en los ochenta por acusaciones de consumo de droga.
Se olvidó de la política y se volcó de nuevo en el activismo negro, con duros reproches a políticos conservadores. Recibió más de 25 títulos honoríficos. Y fue precursor de otras causas, como el matrimonio homosexual. Bond se casó dos veces, tenía cinco hijos y ocho nietos.

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