jueves, 21 de febrero de 2013

Octave Mirbeau


 





 Octave Mirbeau nació en Trévières, pequeña ciudad de Normandía, en 1848. Comenzó su vida creativa ejerciendo de periodista para los bonapartistas y como negro literario.
Su primera novela «propia» es Le calvaire (1886), que narra de modo explícito la pasión desatada del narrador por una mujer llamada Juliette, trasunto de un amor real del autor. En 1888 publica L’Abbé Jules, que es, de hecho, la primera novela dostoievskiana y prefreudiana de la literatura francesa. En Sébastien Roch (1890), Mirbeau narró sus traumáticas experiencias como estudiante en un internado jesuita en Vannes. La novela se convirtió en un pequeño succès de scandale al incluir escenas de violaciones de adolescentes por parte de sacerdotes. Poco después de que se desencadenara el caso Dreyfus, Mirbeau acentuó su pesimismo y publicó varias novelas juzgadas «escandalosas» por los Tartufos y los bienpensantes franceses, pero que tuvieron gran éxito de ventas en todo el mundo: Memoria de Georges el amargado (1899), El jardín de los suplicios (1899), Diario de una camarera (1900), y Las veintiuna jornadas de un neurasténico (1901). Ya en ellas pone en jaque el género novelesco, practicando la técnica del collage y transgrediendo los códigos de la verosimilitud, de la credibilidad novelesca y de las conveniencias hipócritas. En sus dos últimas novelas —La 628-E8 (1907) y Dingo (1913)— se apartó si cabe de un modo más claro de la narración de tipo realista, haciendo protagonista de las mismas, respectivamente, a su coche y a su perro. Anticlericalista radical, pacifista y antimilitarista, su obra ha sido traducida a más de treinta idiomas. Muere en París en 1917, y sus restos se conservan en el Cementerio de Passy.

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