Hacer es saber
Ha sido profesor en Stanford, Carnegie Mellon y Yale, donde dirigía el Proyecto de Inteligencia Artificial. En 1989 la Universidad de Northwestern le contrató para crear el Instituto de Ciencias de la Educación. Aboga por una educación pragmática basada en la experiencia directa: conocimiento práctico de por qué suceden las cosas con las que nos enfrentamos. Apuesta por el cierre de los colegios: “Donde los niños son infelices”. Su alternativa es la educación on line basada en casos reales que, con ayuda de un profesor, deben solucionar. Lo está poniendo en práctica en la Escuela de Negocios de La Salle: “No quiero que aprendan la historia de las finanzas, sino a leer un balance”.Qué comprendió investigando la inteligencia artificial?
Para que las máquinas fueran inteligentes debía enseñarles a aprender, y para ello tuve que investigar cómo aprenden las personas.
¿Y qué averiguó?Que absolutamente todo lo que aprendemos se basa en la práctica y que, por tanto, nos educan mal. El sistema educativo, en lugar de formar, deforma.
Trascendente conclusión.¿Usted aprendió periodismo en la facultad o ejerciéndolo?... Año tras año los profesores enseñan aquello que leyeron y memorizaron pero que no han puesto en práctica, todo es teoría.
No sea radical.
¡Es que hay que transformar radicalmente el sistema educativo! Dígame quién ha sido tradicionalmente la responsable de la educación... La religión. Y la postura de todas las religiones es: “Nosotros estamos en posesión de la verdad y vamos a transmitiros el conocimiento”. Y ese es el concepto opuesto a lo que debería ser la educación.
Aquí las escuelas laicas son mayoría.Pero utilizan el mismo modelo. Todos nosotros hemos estudiado álgebra, ¿alguien me puede decir la ecuación cuadrática?
Yo no.¡Pero si la ha estudiado! Ese es el modelo estúpido: Todo el mundo debe aprender algo que luego no pone jamás en práctica. Estamos enseñando las materias equivocadas con la metodología equivocada.
¿Cómo debería enseñarse?
Nadie nos sentó en un aula para que aprendiéramos a hablar. Hablamos, y cuando nos equivocamos, nuestros padres nos corrigen. Y no hay ningún niño de dos años que no haya hecho este experimento.
¡Cuidado que va a romper el vaso!De eso se trata. Los seres humanos debemos equivocarnos y aprender de nuestros errores a partir de la experiencia, y tener un objetivo claro que nos motive.
Me ha empapado el pantalón.... Por esta razón se nos deben plantear escenarios reales en los que experimentar, equivocarnos y analizar posteriormente nuestros errores, con tal de conseguir interiorizar y solidificar nuestros conocimientos y prepararnos para la vida real. Otro experimento que todos hemos llevado a cabo...
No por favor.
La pataleta, que en algún momento de nuestra vida adulta dejamos de hacer.
¿Quién?Ja, ja, ja… Si hay adultos que todavía tienen rabietas es porque a los dos años no aprendieron lo que tocaba. Se aprende a través de la práctica. No sirve el “esto no se hace”.
Educación experiencial.La educación debería estar enfocada a ayudarte a vivir una vida mejor. ¿En qué clase le enseñaron a ser una buena madre?
Usted hace preguntas trampa.Lo que necesitamos es conocimiento práctico de por qué suceden las cosas con las que nos enfrentamos cada día de nuestras vidas.
¿Cómo enseñar eso en las aulas?Las escuelas deberían ser eliminadas, para empezar están controladas por los gobiernos y su pretensión no es que salgan de ellas personas inteligentes que piensen por sí mismas, sino simples y obedientes, que no se hagan preguntas y que produzcan.
¿Y entonces?Cuando mi hija me hizo esta misma pregunta le propuse montar una escuela con otros padres de chicos de seis años (doce niños con un profesor) y creé para ellos un programa en el que les enseñamos a ser ingenieros. Y no hay suspensos frustrantes porque aprenden equivocándose. Así se aprende, ¿o no?
Sí, y es mejor no frustrarse.A los niños de esa edad les gusta construir, así que construyen puentes, trenes... Tienen que poner en marcha una fábrica de chocolate con todo lo que implica...
Pero no todos los niños saben lo que quieren ser en la vida.Hay que observarles y preguntarles. Si a un niño le gusta subirse a los árboles, probablemente le gustará ver cómo funciona una granja y a partir de ahí le podemos introducir en temas agrícolas. Debemos hacer de su afición su profesión.
Suena utópico.Hoy la escuela parte del concepto opuesto: Todos los niños son iguales y todos deben aprender lo mismo. Mi idea de la educación son clases superreducidas, de unos cinco alumnos, con un profesor que está ahí para alentarles y ayudarles a seguir el proceso formativo especificado en el programa on line basado exclusivamente en la metodología del aprender haciendo.
¿Y los ciclos superiores?Cuando ya son más mayores no necesitan aulas, todo es vía internet.
Pero en la escuela ya se les expone a distintos temas: música, arte, ciencias… y luego eligen.Esa es precisamente la línea argumental que se ha cargado el sistema educativo. En lugar de exponerles a profesores tenemos que exponerles a la vida, y esta les sugerirá sus materias de interés.
Internet no es la vida.El cambio es cómo se enseña, no los instrumentos. Yo presento diferentes programas, según el interés del niño, que les exponen a situaciones reales y les damos una metodología para resolverlos. Un interés es un activo que es muy triste perder.
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