jueves, 29 de febrero de 2024

Pureza Canelo



 -¿Qué ves?

Tu mar
El mar tendido como un libro de versos
-¿Color?
Elegir es barcaza lentísima de amante
-Pero dime ¿color?
El tiempo que ahora mismo sale de tu boca
El calor dulce que nos ata en la tarde
Eolo escuchando detrás de la puerta
-¿Y la palabra?
Amor
-Otra más
Mío
-Demasiado deprisa, empecemos
¿Qué ves?...


 Lo intenté por tercera vez

Me enfundé en mi traje beige
Miré hacia el suelo y me santigüé
Te encontré entre los escombros
Y aún quedaba un muro en pie
Te vi apoyada en él y creo que, eh, eh
Lo hacías para no perder la fe
El cristo en la pared se encogió de hombros
Y tú con tu voz
Esa voz y tu pálida piel
Con el brillo en tu pelo del trigo
Con ese otro brillo que imagino tras tu abrigo
Pasaste estos últimos inviernos
Al calor de un infierno construido en el amor
Para acabar en demolición
Me dices: "Ahora ya estás advertido"
"No te fíes de un animal herido"
Y ¿qué te iba diciendo yo?
Me he perdido
Lo intenté siete veces más
Quería ver lo que hay detrás
De tu imperturbabilidad
Y abrir tu puerta de cuarenta y tres candados
Te adiviné en tu balcón
Silbando una larguísima canción
Pensando "¿es esto lo correcto o no?"
Así que hice chas y aparecí a tu lado
Lo sabes
Ahora ya estás advertido
No te fíes de un animal herido
Y ¡oh! Descuida, le mentí
Soy un experto cazador
Lo has visto
Es mi mundo derruido
Lo que hoy es puro mañana está podrido
Y ¿qué te iba diciendo yo?
Me he perdido
Mátame si ya no te soy de utilidad
Mátame tras leer el mensaje
Pero ahora me desnudaré sin quitarme el traje
Lo he visto
Este mundo al derrumbarse
Que lo natural es odiarse
Me dijiste "He de reconocer", con cierta convicción
Y entonces
Entonaste dulces gritos
Comenzó el más viejo de los ritos
¿Fuiste tú, fui yo? Sencillamente fue algo superior
Y añadiste
"Si lo hacemos, tonto mío, pues hagámoslo como es debido"
¿Y cómo es eso?" pregunté y tú me dijiste "justamente así no"
Y paraste
Me lo tengo prohibido y yo protesté empapado y más que aturdido
Y ahora sí que sí que yo...
Me he perdido
Que ahora sí, que sí, que sí, que sé que me he perdido
Porque sólo es pensar en ti acabar perdido
Porque sólo con pensar en ti me pongo perdido

Ignacio Gonzalez Vegas / Christina Rosenvinge

miércoles, 28 de febrero de 2024

 Alejandro Dumas (padre), tras publicar el libro titulado El vacío doloroso, fue visitado por un amigo que le dijo:

- Es un título sin sentido. El vacío no puede ser doloroso.

- ¿Que no? ¡Cómo se ve que nunca os ha dolido la cabeza, amigo mío!

Pessoa

Si te quieres matar… ¿por qué no has de quererlo?

¡Ah, aprovecha, que yo, que amo tanto la vida y la muerte,

Si me atreviera a matarme también me mataría…

Ah, si te atrevieras, ¡atrévete!

¿De qué te sirve el cuadro sucesivo de las imágenes exteriores al que llamamos mundo,

El cuadro cinematográfico de las horas que son representadas

Por actores convencionales en poses predeterminadas,

El circo policromo de nuestro dinamismo sin fin?

¿De qué te sirve tu mundo interior, que desconoces?

Tal vez matándote lo conozcas al fin…

Tal vez al acabar comiences…


Y de todas maneras, si estás cansado de ser,

Ah, ¡cánsate noblemente

Y no cantes, como yo, la vida por borrachera,

No saludes, como yo, a la muerte en la literatura!


¿Haces falta? ¡Oh sombra fútil llamada nosotros!

Nadie hace falta; a nadie le haces falta tú…

Sin ti todo marcha bien, sin ti.

Tal vez para los demás sea peor que existas a que dejes de existir…

Tal vez peses más durando que dejando de durar…


¿La pena de los demás…? ¿Tienes anticipados remordimientos de que te lloren?

Cálmate; pocos te llorarán…

El impulso vital extingue las lágrimas poco a poco

Cuando no son por cosas propias,

Cuando son por lo que sucede a los demás, sobre todo la muerte,

Que es algo después de lo que nada sucede a los demás…


Primero es la angustia, la sorpresa de que haya llegado

El misterio y la ausencia de tu vida comentada…

Después el horror del cajón visible y material,

Y de los hombres de negro que ejercen la profesión de estar allí.

Después la familia que vela, inconsolablemente contando anécdotas,

Lamentando la pena de que te hayas muerto,

Y tú, mera causa ocasional de aquellos lloros,

Tú, verdaderamente muerto, mucho más muerto de lo que te imaginas,

Mucho más muerto aquí de lo que te imaginas

Aunque te encuentres mucho más vivo más allá.

Después, la trágica retirada hacia el panteón o la fosa,

Y después el principio de la muerte de tu recuerdo.

Primero se da en todos un alivio

De la tragedia un poco aburridora de que te hayas muerto…

Después, la conversación se aliviana cotidianamente

Y la vida de cada día recupera su ritmo


Después, lentamente, se te olvida.

Sólo en dos fechas se te recuerda, cada aniversario:

Cuando se cumplen años de tu nacimiento y cuando se cumplen años de tu muerte.


Nada más, nada más, absolutamente nada más.

Piensan en ti dos veces, cada año.

Suspiran por ti dos veces cada año aquellos que te amaron.

Y alguna que otra vez suspiran, si por azar se habla de ti.


Enfrenta en frío, enfrenta en frío lo que somos…

Si te quieres matar, mátate…

¡No tengas escrúpulos morales, recelos de la inteligencia!

¿Qué escrúpulos, qué recelos crees que tiene la mecánica de la vida?


¿Qué escrúpulos químicos crees que tiene el impulso que engendra

Las savias, la circulación de la sangre, el amor?

¿Qué memoria de los demás tiene el ritmo alegre de la vida?

Ah, pobre vanidad de carne y hueso llamada hombre,

¿No ves que no tienes importancia alguna?


Eres importante para ti, porque es a ti a quien tú sientes,

Eres todo para ti porque eres el universo para ti,

El mismo universo y los otros

Satélites de tu subjetividad objetiva.

Eres importante para ti porque sólo tú eres importante para ti.

Y si eres así, oh mito ¿por qué los demás no han de ser así?

¿Tienes, como Hamlet, pavor a lo desconocido?

Pero, ¿qué es lo conocido? ¿Qué es lo que conoces

Para que llames desconocido a algo en especial?

¿Tienes, como Falstaff, el amor grasoso por la vida?


Si la amas así de materialmente, ámala todavía más materialmente:

¡Vuélvete parte carnal de la tierra y de las cosas!

Dispérsate, sistema físico químico

De células nocturnamente conscientes,

En la nocturna conciencia de la inconsciencia de los cuerpos,

En el gran cobertor que no-cubre-nada de las apariencias,

En la hierba y en el césped de la proliferación de los seres,

En la niebla atómica de las cosas,

En las paredes en vórtice

Del vacío dinámico del mundo…

martes, 27 de febrero de 2024

 Hellen Keller recordaba una conversación con una amiga que acababa de regresar de un paseo por el bosque. Cuando le preguntó a su amiga qué había observado, ésta respondió: «Nada en particular.»

«Me pregunto cómo es posible —dijo Helen— caminar

durante una hora por el bosque y no ver nada notable. Yo,

que no puedo ver, encuentro cientos de cosas: la delicada

simetría de una hoja, la piel lisa de un abedul plateado, la

corteza áspera de un pino. Yo, que soy ciega, puedo dar un

consejo a los que ven: usad vuestros ojos como si mañana

fueran a quedar ciegos.

*Oíd la música de las voces, la canción de un pájaro, las

poderosas melodías de una orquesta como si mañana fuerais

a quedaros sordos.

'Tocad cada objeto como si mañana fuerais a perder el tacto

'Oled el perfume de las flores, saboread con deleite cada

bocado, como si a partir de mañana ya no pudierais volver a

saborear u oler.

Aprovechad al máximo cada sentido.

Gozad la gloria de todas las facetas y placeres y belleza que el mundo os revela.»

Alex Rovira

 No puede haber aprendizaje sin entusiasmo. Se habla mucho en el aprendizaje de la cultura del esfuerzo, pero creo que es un grave error, porque el esfuerzo, en sí mismo, solo el esfuerzo, no es un valor final, el un valor instrumental. El esfuerzo es un instrumento, por lo tanto, creo que, como clave de aprendizaje, estaría el entusiasmo, la pasión, el esfuerzo, pero el esfuerzo combinado con algo fundamental, que es la alegría y el reconocimiento. Pensemos de nuevo en aquellas maestras y maestros que han sido los mejores que hemos tenido en nuestra vida, y veréis que, invariablemente, nos invitaban seguramente al esfuerzo, pero ¿desde dónde? Desde el contagio de la alegría, desde el contagio de la pasión, desde el reconocimiento. Bonita palabra reconocimiento, porque no implica solo valorización del otro, sino reconocer, volvernos a conocer continuamente liberándonos de prejuicios, imágenes proyectadas. Y creo que esa combinación de entusiasmo, pasión, esfuerzo, alegría, reconocimiento, son claves del aprendizaje. Para Celso, el químico, el sabio alquimista, decía que cuanto mayor es el conocimiento, más grande es el amor, pero que cuanto más grande es el amor, más queremos saber. Hay una dialéctica maravillosa entre el amor y el conocimiento: yo te amo, te quiero conocer más, y cuanto más te conozco, en principio, más te voy a amar, y eso es válido siempre que se mueva en una dialéctica de respeto, de reconocimiento… 

lunes, 26 de febrero de 2024



Have you ever been in love?

Horrible isn't it? It makes

you so vulnerable. It opens

your chest and it opens up

your heart and it means that

someone can get inside you

and mess you up

NEIL GAIMAN

domingo, 25 de febrero de 2024


 Marie Curie

Victor Hugo



— Discutíamos sobre filosofía.

 — ¿Y bien?

 — ¿A quién prefieres tú, a Descartes o a Spinoza?

 — A Désaugiers — respondió Tholomyès. Dictada esta sentencia, bebió y continuó — : Consiento en vivir. No todo ha concluido en la tierra, puesto que todavía se puede disparatar. Doy por ello gracias a los dioses inmortales. Se miente, pero se ríe. Se afirma, pero se duda. Lo inesperado brota del silogismo. Es hermoso. Hay también, aquí abajo, seres humanos que saben alegremente abrir y cerrar la caja de sorpresas de la paradoja. Esto que bebéis tan tranquilamente, señoras, es vino de Madeira, sabedlo, de la cosecha del Coural das Freiras , que se halla a trescientas diecisiete toesas sobre el nivel del mar. ¡Atención al beber! ¡Trescientas diecisiete toesas! ¡Y el señor Bombarda, el magnífico fondista, os da estas trescientas diecisiete toesas por cuatro francos cincuenta céntimos!

 Fameuil interrumpió de nuevo:

 — Tholomyès, tus opiniones son ley. ¿Cuál es tu autor favorito?

— Ber…
 — ¿Quin?
 — No, Choux.
 Y Tholomyès prosiguió:
 — ¡Honor a Bombarda! ¡Igualaría a Munofis de Elefanta, si pudiera cogerme una almeja, y a Tigelión de Queronea, si pudiera traerme una hetaira! Pues, ¡oh!, señoras mías, ha habido Bombardas en Grecia y en Egipto. Es Apuleyo quien nos lo dice. ¡Ay!, siempre las mismas cosas y nada nuevo. ¡Nada inédito en la creación del creador! Nihil sub sole novum , dijo Salomón; amor omnibus idem  , dijo Virgilio; y Carabina se embarca con Carabin en la goleta de Saint - Cloud, como Aspasia se embarcaba con Pericles en la escuadra de Samos. Una última palabra. ¿Sabéis lo que era Aspasia, señoras? Aunque vivió en un tiempo en que las mujeres todavía no tenían alma, era un alma; un alma de color de rosa y púrpura, más abrasada que el fuego, más fresca que la aurora. Aspasia era una criatura en la que se tocaban los dos extremos de la mujer; era la prostituta diosa. Sócrates, y además Manon Lescaut. Aspasia fue creada para el caso de que a Prometeo le hiciese falta un crisol.


sábado, 24 de febrero de 2024

 You use a glass mirror

to see your face;

you use works of art to

see your soul.

George Bernard Shaw

Nos ataviamos, nos enriquecemos

con flores, con cantos:

ésas son las flores de la primavera:

¡con ellas nos adornamos aquí en la tierra!

Hasta ahora es feliz mi corazón:

oigo ese canto, veo una flor:

¡ que jamás se marchiten en la tierra!

Nezahualcóyotl

jueves, 22 de febrero de 2024

Stefano Mancuso

 Es para mí un honor presentarles al único hombre en Estados Unidos que conoce los recovecos del África más oscura: el mayor Frederick R. Burnham». La historia de Burnham roza lo increíble, y el número de hazañas en las que participó a lo largo de su vida es literalmente incalculable.

Era capaz de soportar privaciones y heridas que para otros habrían supuesto la muerte. Se decía que tenía siete vidas, como los gatos, las mismas que habría necesitado un héroe de los nuestros para presenciar -⁠ya no digamos protagonizar⁠- las innumerables aventuras que marcaron la vida del mayor Burnham. Trataré de enumerar solo las principales. Nació en una reserva de los indios dakota, de padres misioneros. Cuando todavía iba en pañales, sobrevivió a un ataque de los sioux del jefe Pequeño Cuervo durante la guerra dakota de 1862. A los doce años, llegó solo a California, donde trabajó como mensajero a caballo para la Western Union Telegraph Company. A los catorce años, era ya un rastreador experto en seguir la pista de los indios en las guerras apaches. Participó en una expedición cuyo fin era capturar o asesinar a Gerónimo. Participó en la guerra de Pleasant Valley. Aprendió a disparar con ambas manos y a lomos de un caballo al galope. Fue ayudante del sheriff del condado de Pinal. En 1893, convencido de que el Oeste americano se había convertido en un lugar demasiado apacible, partió con su esposa y su hijo hacia África del sur con la intención de unirse a los pioneros británicos de Matabelelandia (más tarde conocida como Rodesia). Mientras recorría a pie, con su mujer y su hijo, los mil seiscientos kilómetros que separan Durban de Matabelelandia, estalló la guerra entre los británicos y los matabeles del rey Lobengula. Se enroló y se convirtió en héroe nacional de Inglaterra. En 1895, guio a una expedición británica por el norte de Rodesia. Participó en el descubrimiento de numerosas minas de cobre y fue elegido miembro de la Real Sociedad Geográfica. En 1896, participó en la segunda guerra matabele, durante la cual conoció a Robert Baden-Powell, con quien proyectó una organización que vería la luz una década más tarde: los boy scouts. Regresó a Estados Unidos al enterarse de la guerra de Cuba, pero llegó tarde, cuando los combates ya habían concluido. En 1900, estaba explorando la región del Klondike cuando recibió un telegrama en el que se le pedía que participase como jefe de exploradores de los británicos en la segunda guerra bóer; Burnham no se hizo de rogar y salió disparado del Klondike a Ciudad del Cabo, en el otro extremo del globo. Durante el conflicto, pasó la mayor parte del tiempo tras las líneas enemigas saboteando puentes y vías férreas. En dos ocasiones lo capturaron y las dos veces escapó. Lo hirieron de gravedad, pero sobrevivió. Fue invitado a cenar con la reina Victoria, cuyo hijo, Eduardo VII, lo nombró mayor del ejército británico. Entre 1902 y 1904, trabajó como guía para expediciones mineras. Después de eso, combatió en la Primera Guerra Mundial. Realizó tareas de contraespionaje. Encontró petróleo en California. Se hizo rico… Y podría seguir, pero voy a detenerme aquí.

Tú y yo un ramo de imágenes
Tú y yo una simple formula
Tú y yo caminan las hadas de aquí para allá
Tú y yo un nido de pájaros
Tú y yo llegando el silencio
Tú y yo se forma una pagina
Tú y yo haciendo una fabula
Tú y yo jugamos un verso sin comas si reglas
Sin tiempos ni acentos
Dejamos la noche crecer
Comienzan los besos
Hacer un intento la luna es mas grande que ayer
Se hunden mis manos a cada momento
Encuentro una flor eres tú
Me siento tan cerca te siento tan dentro
Te miro en un rayo de luz
Tú y yo la flor y la fabula
Tú y yo el nido de un águila
Tú y yo una simple formula
Tú y yo la luz ha nacido ya
Tú y yo el sol viene entrando
Deslizas tus pasos y el día se queda
Testigo de lo que paso
Después tu sonrisa mirando el espejo
Recuerdas tu primer amor
Es una aventura rozar tu rodilla
Estoy acercándome a ti
Te entregas y olvidas tirado en el suelo
Un verso que hiciste de mi
Tú solamente el amor solo tu


Paolo Barabani · Enzo Ghinazzi · Donatella Milani
Adapt: al español: Emmanuel

Pascal Mercier

 


Cuando hablamos sobre nosotros mismos, sobre otros, o simplemente sobre cosas diversas, podría decirse que queremos hacer una revelación con nuestras palabras: queremos dar a conocer lo que pensamos y lo que sentimos. Queremos permitirles a los otros que vean algo del interior de nuestra alma. (We give them a piece of our mind18 , como dicen en inglés. Me lo dijo un inglés, parados ante la baranda de un barco. Fue el único bien de algún valor que traje de vuelta de ese país tan absurdo. Quizás también el recuerdo del irlandés de la pelota roja en All Souls). En ese dar a conocer nuestra mente, esa revelación de nuestro propio ser, somos los únicos directores de escena, los dramaturgos de la autodeterminación. ¿Y esto no será acaso una total falsedad? Pues no sólo nos revelamos con nuestras palabras. También nos traicionamos. Dejamos entrever más de lo que queríamos revelar y a veces lo que se revela es lo contrario de lo que queríamos comunicar. Y los otros pueden interpretar nuestras palabras como síntomas de algo que quizás nosotros ignorábamos. Como síntomas de la enfermedad de ser nosotros mismos. Puede ser divertido mirar así a los otros, puede hacemos más tolerantes, pero también puede ponernos un arma en la mano. Además, si en el instante mismo en que comenzamos a hablar pensamos que los otros hacen exactamente lo mismo con nosotros, se nos pueden quedar las palabras atravesadas en la garganta y el miedo puede hacernos enmudecer para siempre.

miércoles, 21 de febrero de 2024

Cristina Peri Rossi

 Ahora que todas las regiones

quieren ser naciones

yo busco la tierra de nadie

un lugar sin nombre

que nadie reclame

un lugar de paso

transitorio como la vida misma

sin patria

sin banderas

sin fronteras

sin lengua identitaria

más que la lengua de la poesía.


Territorio de los sueños

donde todo está por empezar

donde todo está por explorar.



 

Iris Murdoch

lunes, 19 de febrero de 2024

Jacques Alain Miller
 

Italo Calvino

 "Me doy cuenta de que hasta ahora he hablado poco de la diversión que se puede sentir al escribir: si uno no se divierte al menos un poco, no puede salir nada bueno. Para mí hacer cosas que me diviertan quiere decir hacer cosas nuevas. Escribir es en sí misma una ocupación monótona y solitaria: si uno se repite, es presa de un desaliento infinito. Claro, hay que decir también que la página que parece haberme salido más espontánea me cuesta una fatiga enorme; la satisfacción, el alivio suelen llegar después, a obra terminada. Pero lo que importa es que se diviertan los que leen, no que me divierta yo".



Jorge Luis Borges



 "Yo pensé que uno tiene el deber de ser feliz, no por uno sino por las personas que lo quieren a uno. Uno debe ser o simular ser feliz para no apenar a quienes lo quieren. 

Yo estaba siguiendo un tratamiento para la vista. Mi madre, que estaba muriéndose, había cumplido ya 99 años y tenía terror de llegar a los cien, me decía: “Ahora ves un poco mejor”. Y yo, con toda crueldad, con toda pedantería, le dije: “No, sigo no viendo”. Nada me hubiera costado mentirle, decirle: “Sí, estoy viendo un poco más, ahora percibo tal color…” ¿Por qué no lo hice? Es imposible que haya obrado de un modo tan terrible, pero me acuerdo de haberlo hecho delante de todos ustedes. 

Entonces yo pensé, claro, he cometido el peor de los pecados, no ser feliz. No por uno; si hay otros que lo quieren a uno, uno tiene por lo menos que fingir, simular la felicidad.”


-

sábado, 17 de febrero de 2024

 Yo te di, de mi vida completa

Mi tiempo mejor
Un lugar en mi alma mi fe y mi valor
Sin poner para amarte una condición

Sin mirar, te entregué de mis flores
Siempre la mejor
Y lo que no tenía lo invente por amor
Para que no te fueras y hoy dices adiós

Sin tu amor
Se desgarra mi alma y se rompe mi voz
Se me va por los suelos la vieja ilusión
De llegar al sendero final tú y yo

Sin tu amor
Ya no tiene sentido mi vida es mejor
Que me vaya en silencio con esta canción
Porque no tiene objeto vivir, sin tu amor

José Napoleón Ruiz



 ¿Pero qué no ves que toda vida, toda creación en el campo que sea, todo acto de amor, no es más que una rebeldía contra la extinción, no importa que sea falsa o verdadera, que dé resultados o no?

[...]
Lo que te faltó para enamorarte verdaderamente de una mujer fue lo mismo que te faltó para enamorarte de una actividad, o de algún vicio, por último. Te faltó abandono, fe, ese entusiasmo generoso, esa facultad de admiración emocionada que concede a la otra persona la importancia de ser única, necesaria.

José Donoso

David Foster Wallace





 "Tuve un profesor que me gustaba que solía decir que la tarea de la mejor narrativa era relajar al inquieto e inquietar al relajado. Supongo que buena parte del propósito de la narrativa seria es proporcionar al lector, quien como todos nosotros es una especie de náufrago en su propio cráneo, proporcionarle acceso imaginativo a otros yos. Dado que sufrir forma parte ineludible de tener un yo humano, los humanos se acercan al arte en alguna medida para experimentar sufrimiento, necesariamente como experiencia vicaria, más bien como una especie de generalización del sufrimiento. ¿Me explico? En el mundo real, todos sufrimos en soledad; la empatía verdadera es imposible. Pero si una obra de ficción nos permite de forma imaginaria identificarnos con el dolor de los personajes, entonces también podríamos concebir que otros se identificaran con el nuestro. Esto es reconfortante, liberador; hace que nos sintamos menos solos", 

viernes, 16 de febrero de 2024

 The Road has two rules only: begin

and continue.


Christmas Humphreys

Charles Baudelaire


Hay que estar siempre ebrio. Eso es todo: la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del
tiempo quebrando la espalda y doblándonos hacia la tierra, hay que emborracharse sin tregua.

¿Pero con qué? Con vino, poesía, o virtud, como
gustéis. 

Pero emborráchense.

Y si alguna vez, en las escalinatas de un palacio,
sobre la hierba verde de un parque, en la taciturna
soledad del cuarto, despiertan ya disminuida o desaparecida la borrachera, pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a lo que gime y rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregunten qué hora es y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, responderán: "¡Es hora de emborracharse! ¡Para no ser mártires esclavos del tiempo, emborráchense; emborracharse sin cesar!

Con vino, poesía o virtud, como gustéis."

Hermann Hesse

 -Porque yo soy como tú. Porque estoy precisamente tan sola como tú y como tú no puedo amar ni tomar en serio a la vida ni a las personas ni a mi misma. Siempre hay alguna de esas personas que pide a la vida lo más elevado y a quien no puede satisfacer la insulsez y rudeza de ambiente. -¡Tú, tú! -exclamé hondamente admirado-. Te comprendo, camarada; nadie te comprende como yo. Y, sin embargo, eres para mí un enigma. Tú te las arreglas con la vida jugando, tienes esa maravillosa consideración ante las cosas y los goces minúsculos, eres una artista de la vida. ¿Cómo puedes sufrir con el mundo? ¿Cómo puedes desesperar? -No desespero, Harry. Pero sufrir por la vida, oh, sí; en eso tengo experiencia. Tú te asombras de que yo soy feliz porque sé bailar y me arreglo tan perfectamente en la superficie de la vida. Y yo, amigo mío, me admiro de que tú estés tan desengañado del mundo, hallándote en tu elemento precisamente en las cosas más bellas y profundas, en el espíritu, en el arte, en el pensamiento. Por eso nos hemos atraído mutuamente, por eso somos hermanos. Yo te enseñaré a bailar y a jugar y a sonreír y a no estar contento, sin embargo. Y aprenderé de ti a pensar y a saber y a no estar satisfecha, a pesar de todo. ¿Sabes que los dos somos hijos del diablo? -Sí, lo somos. El diablo es el espíritu; nosotros sus desgraciados hijos. Nos hemos salido de la naturaleza y pendemos en el vacío. Pero ahora se me ocurre una cosa: en el tratado del lobo estepario, del que te he hablado, hay algo acerca de que es sólo una fantasía de Harry el creer que tiene una o dos almas, que consiste en una o dos personalidades. Todo hombre, dice, consta de diez, de cien, de mil almas. -Eso me gusta mucho -exclamó Armanda-. En ti, por ejemplo, lo espiritual está altamente desarrollado, y a cambio de eso te has quedado muy atrás en toda clase de pequeñas artes de la vida

jueves, 15 de febrero de 2024

 Conversación entre el poeta Coleridge y un admirador que lo fue a visitar:

Admirador: Creo que debe dejarse a los niños total libertad para que piensen y actúen desde que son muy pequeños y puedan tomar sus propias decisiones sin que nosotros intervengamos. Sólo así podrán desarrollar al máximo toda su potencialidad.

Coleridge: Ven a ver mi jardín…

Acompañó a su visitante al jardín y al verlo exclamó:

Visitante: ¡Pero esto no es un jardín… esto es un patio lleno de maleza!

Coleridge: Solía estar lleno de rosas, pero este año decidí dejar a las plantas de mi jardín en total libertad de crecer a sus anchas sin atenderla. Y éste es el resultado.

Anne Michaels

 Durante la Segunda Guerra Mundial innumerables manuscritos — diarios, memorias, testimonios oculares — se perdieron o fueron destruidos. Quienes no vivieron para recuperarlas ocultaron deliberadamente algunas de estas narraciones — enterrándolas en jardines traseros, metiéndolas en las paredes y debajo de los suelos.

 Otras historias permanecen ocultas en el recuerdo, ni escritas ni relatadas. Y otras se recuperan, sólo por un azar de las circunstancias.

 El poeta Jakob Beer, que fue también traductor de escritos póstumos de la guerra, murió arrollado por un automóvil en Atenas en la primavera de 1993, a la edad de sesenta años. Su mujer estaba junto a él en la acera; sobrevivió a su marido dos días. No tenían hijos.

 Poco antes de su muerte, Beer había empezado a escribir sus memorias. «La experiencia que un hombre tiene de la guerra», escribió en una ocasión, «nunca termina con la guerra. El trabajo de un hombre, como su vida, nunca concluye».


miércoles, 14 de febrero de 2024

Marco Aurelio

 Siempre que tropieces con la desvergüenza de alguien, de inmediato pregúntate: «¿Puede realmente dejar de haber desvergonzados en el mundo?» No es posible. No pidas, pues, imposibles, porque ése es uno de aquellos desvergonzados que necesariamente debe existir en el mundo. Ten a mano también esta consideración respecto a un malvado, a una persona desleal y respecto a todo tipo de delincuente. Pues, en el preciso momento que recuerdes que la estirpe de gente así es imposible que no exista, serás más benévolo con cada uno en particular. Muy útil es también pensar en seguida qué virtud concedió la naturaleza al hombre para remediar esos fallos. Porque le concedió, como antídoto, contra el hombre ignorante, la mansedumbre, y contra otro defecto, otro remedio posible. Y, en suma, tienes posibilidad de encauzar con tus enseñanzas al descarriado, porque todo pecador se desvía y falla su objetivo y anda sin rumbo. ¿Y en qué has sido perjudicado? Porque a ninguno de esos con los que te exasperas, encontrarás, a ninguno que te haya hecho un daño tal que, por su culpa, tu inteligencia se haya deteriorado. Y tu mal y tu perjuicio tienen aquí toda su base. ¿Y qué tiene de malo o extraño que la persona sin educación haga cosas propias de un ineducado? Procura que no debas inculparte más a ti mismo por no haber previsto que ése cometería ese fallo, porque tú disponías de recursos suministrados por la razón para cerciorarte de que es natural que ése cometiera ese fallo; y a pesar de tu olvido, te sorprendes de su error. Y sobre todo, siempre que censures a alguien como desleal o ingrato, recógete en ti mismo. Porque obviamente tuyo es el fallo si has confiado que tenía tal disposición, que iba a guardarte fidelidad, o si, al otorgarle un favor, no se lo concediste de buena gana, ni de manera que pudiese obtener al punto de tu acción misma todo el fruto. Pues, ¿qué más quieres al beneficiar a un hombre? ¿No te basta con haber obrado conforme a tu naturaleza, sino que buscas una recompensa? Como si el ojo reclamase alguna recompensa porque ve, o los pies porque caminan. Porque, al igual que estos miembros han sido hechos para una función concreta, y al ejecutar ésta de acuerdo con su particular constitución, cumplen su misión peculiar, así también el hombre, bienhechor por naturaleza, siempre que haga una acción benéfica o simplemente coopere en cosas indiferentes, también obtiene su propio fin.

Guillaume Apollinaire

 


"Acérquense al borde, les dijo. No podemos, tenemos miedo, contestaron. Acérquense al borde, repitió. Y se acercaron. Él los empujó...Y levantaron vuelo".



José Antonio Fernández Bravo

 Era el primer día que pisaban un cole, recuerdo a uno que se pasó toda la mañana llorando porque se quería ir a su casa para jugar con un camión mediano. Yo no sabía qué hacer, porque mira qué experiencia tenía, salido de Magisterio, te acordabas de Vigotsky, de Piaget. Pero no recordabas qué decía Piaget cuando jugaban con un camión mediano. Entonces haces lo que puedes. Recuerdo que ya cuando yo tenía más miedo que ellos, se sentaron y yo les veía muy pequeñitos. Muy pequeños. Yo decía: “Dios mío”. Yo les hablaba muy tranquilamente y les dije: “Mirad, me llamo Antonio”. ¿Cómo les iba a decir José Antonio? Eran tan pequeños. Estuve a punto de decir Toñín. No vamos a… Pero vamos a dejar las cosas… Eso para otro día. Pues yo les dije: “Mirad, me llamo Antonio. Este es un colegio de religiosas”. Y los niños se me quedaban mirando así y no parpadeaban. Y yo dije: “No han entendido lo de religiosas”. Y entonces les dije: “Me llamo Antonio, y este es un colegio de monjas, pero yo no soy monja”. Todos rieron a carcajadas. Yo me asusté porque lo había hecho como explicación aclaratoria, eran tan pequeños que dije: “Oye, esto no puede ser”. Yo me asusté, ellos se rieron mucho y, ¿qué pasa? Pues mira, que ahí anoté una cosa grande en el cuaderno. La casualidad se convirtió en causalidad. Una casual circunstancia se convierte en algo causal y los niños se acercan más a ti cuando les haces sonreír. Entonces noté que es verdad que habrá que respetar a quienes creen que se puede aprender del llorar. Pero, creo que merece la pena dedicar la vida a hacerles sonreír.

lunes, 12 de febrero de 2024

Alex Rovira

 Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El Principito, tiene una maravillosa que dice: «Si queremos un mundo de paz y de justicia, debemos poner la inteligencia al servicio del amor», esa me parece una frase brillante, poner la inteligencia al servicio del amor. Creo que era Marcel Proust que tenía un aforismo maravilloso que decía: «Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia», y eso tiene mucho que ver con la educación, con la transformación. Cómo la realidad es la que es, pero tu cambio te lleva a percibirla de otra manera, a ver nuevas posibilidades, a crear nuevos vínculos. Hay tantas frases… pero te diría que estas dos. Y, luego, me gusta mucho una frase de Virgilio, el poeta latino, que reza: «Pueden porque creen que pueden». No dice: «Pueden porque saben que pueden», y creo que este es un matiz importante. Hay mucha gente que sabe que puede, pero no hace. En cambio, hay gente que le han hecho creer que quizás no podía, pero con un ejercicio de transformación interior, han cultivado una enorme confianza en sí mismos, han experimentado, se han arriesgado y han podido. Yo creo que hay una diferencia enorme entre saber y creer. Todo el mundo sabemos que nos tenemos que morir, pero casi nadie se lo cree. Quien se lo cree porque le ha tocado la muerte cuando no toca y como no toca, vive la vida de una manera muy distinta. El saber es fundamental, pero el creer puesto al servicio de la inteligencia, de la confianza de crear un vínculo potente hace una trenza poderosísima con el saber. Por eso me gusta mucho esta frase de Virgilio: «Pueden porque creen que pueden». Y, luego, hay una de Edison que dice: «Los que dicen que es imposible no deberían molestar ni interrumpir a los que lo estamos haciendo», y me parece genial. Es decir, para los cínicos, los que intentan cargárselo todo, los que dicen que no hay nada a hacer, que siempre lo ha sabido y siempre lo sabrá. Creo que es una muy buena frase, y eso también implica necesariamente al universo de la educación. Podemos mejorar la educación, podemos hacer un universo mejor.

 Existencialismo, Sartre



Peter Watson

Nacido en 1491 en el castillo de Loyola, en el País Vasco, Ignacio habría podido convertirse fácilmente en uno de los muchos conquistadores españoles que entonces viajaban al otro lado del Atlántico. Según su propia confesión, se había entregado a «las vanidades de este mundo». Y de hecho se hizo soldado, pero su carrera se truncó cuando durante un asedio fue alcanzado en una pierna por una bala de cañón. Mientras se recuperaba en su castillo, cuenta la historia, Ignacio descubrió que ninguno de los libros que tenía a su alcance era de su agrado, así que tuvo que conformarse con leer vidas de santos. La experiencia cambió por completo su vida. «Todo indica que decidió allí mismo convertirse en santo él mismo, una nueva especie de héroe romántico. “Santo Domingo hizo esto, por tanto tengo que hacer aquello; san Francisco hizo esto otro, por tanto también tengo que hacerlo” ». El método de entrenamiento que se impuso «para alcanzar la santidad» evidenciaba la disciplina y atención al detalle propias de un militar, y de hecho, sus Ejercicios espirituales continúan siendo el curso de autodisciplina básico en la orden que fundó: los jesuitas. «Se trata de un programa de ejercicios de cuatro semanas, un verdadero curso de asalto espiritual para los soldados de Jesús, con el objetivo de que alejen su mente del mundo para concentrarse en los horrores del infierno, la verdad salvadora de la historia evangélica y el ejemplo de Cristo». Un ejercicio, destinado a provocar el desprecio del propio cuerpo, reza: «mirar toda mi corrupción y fealdad corpórea; mirarme como una llaga y postema, de donde han salido tantos pecados y tantas maldades y ponzoña tan turpísima». 


domingo, 11 de febrero de 2024


 

Charles Bukowski Confesion 

 Todos los días

bajo todos los climas
en todos los lugares
te amo.

- Roque Dalton

Pedro Salinas


 Jamás palabras, abrazos, me dirán que tú existías, que me quisiste: Jamás. Me lo dicen hojas blancas, mapas, augurios, teléfonos; tú, no. Y estoy abrazado a ti sin preguntarte, de miedo a que no sea verdad que tú vives y me quieres. Y estoy abrazado a ti sin mirar y sin tocarte. No vaya a ser que descubra con preguntas, con caricias, esa soledad inmensa de quererte sólo yo


    


Daniel Everett
 

jueves, 8 de febrero de 2024

Tomas Tranströmer




 Algunos pueden dormir en paz, otros con semblantes tensos

Como si estuviesen estrenando para la eternidad
No osan soltarse completos a pesar que su sueños son pesados.
Descansan como barreras caídas cuando cruza el misterio.

Afuera del pueblo el camino se alarga entre los árboles del bosque
Y los árboles los árboles en silencio entre ellos
Tienen el color teatral que tiene el brillo del fuego
¡Qué claras son sus hojas! Me persiguen hasta mi hogar.

Me acuesto a dormir, veo imágenes desconocidas
Y signos suben solos detrás de las pupilas
En la oscuridad de la muralla. En la rendija entre en vela y el sueño
un gran carta intenta colarse en vano.

miércoles, 7 de febrero de 2024

  « Pero me acordaba de cuando me decías: "Ya habrá tiempo para estar tristes. Años para estar tristes. Y toda la muerte, que es tan larga. Ahora no. No tenemos derecho".

Y me acordaba cuando rompíamos la máquina del tiempo y nos queríamos siempre ».

— Eduardo Galeano

martes, 6 de febrero de 2024

Pascal Mercier

 Ambos somos admiradores de Marco Aurelio y seguramente recordará este fragmento de sus Soliloquios: “Maltrátate en silencio, peca contra ti misma y violéntate, alma mía; pero luego ya no tendrás más tiempo de cuidarte y de respetarte. Pues cada uno tiene sólo una vida, una sola. La tuya ya ha casi transcurrido y no has prestado atención alguna a ti misma, sino que has actuado como si tu felicidad dependiera de las otras almas… Aquellos, empero, que no siguen con atención los impulsos de la propia alma serán necesariamente desgraciados”.

Silvina Ocampo

lunes, 5 de febrero de 2024

 Ya no tenemos el mar,

Pero tenemos voz para inventarlo.
No tenemos el mar,
Pero tenemos mares que no podremos olvidar:
El mar encrespado de la cólera,
el mar viscoso del destierro,
el fúlgido mar de la soledad,
el mar de la traición y el desamparo.

ReinaldoArenas

 Esto nunca ocurrió.

 

Nunca ocurrió nada.

 

No ocurrió ni siquiera mientras estaba

 

ocurriendo.


 David Attenborough

sábado, 3 de febrero de 2024

 "The cure for anything is salt water - sweat, tears or the sea"

Isak Dinesen

Hermann Hesse

 -¿«Qué es eso de «justo»? ¿Qué quieres decir con eso? -Bueno, observa un animal cualquiera: un gato, un pájaro, o uno de los hermosos ejemplares en el Parque Zoológico: un puma o una jirafa. Verás que todos son justos, que ni siquiera un solo animal está violento o no sabe lo que ha de hacer y cómo ha de conducirse. No quieren adularte, no pretenden imponérsete. No hay comedia. Son como son, como la piedra y las flores o como las estrellas en el cielo. ¿Me comprendes? Comprendía. -Por lo general, los animales son tristes -continuó-. Y cuando un hombre está muy triste, no porque tenga dolor de muelas o haya perdido dinero, sino porque alguna vez por un momento se da cuenta de cómo es todo, cómo es la vida entera y está justamente triste, entonces se parece siempre un poco a un animal; entonces tiene un aspecto de tristeza, pero es más justo y más hermoso que nunca. Así es, y ese aspecto tenias, lobo estepario, cuando te vi por primera vez.