domingo, 25 de febrero de 2024

Victor Hugo



— Discutíamos sobre filosofía.

 — ¿Y bien?

 — ¿A quién prefieres tú, a Descartes o a Spinoza?

 — A Désaugiers — respondió Tholomyès. Dictada esta sentencia, bebió y continuó — : Consiento en vivir. No todo ha concluido en la tierra, puesto que todavía se puede disparatar. Doy por ello gracias a los dioses inmortales. Se miente, pero se ríe. Se afirma, pero se duda. Lo inesperado brota del silogismo. Es hermoso. Hay también, aquí abajo, seres humanos que saben alegremente abrir y cerrar la caja de sorpresas de la paradoja. Esto que bebéis tan tranquilamente, señoras, es vino de Madeira, sabedlo, de la cosecha del Coural das Freiras , que se halla a trescientas diecisiete toesas sobre el nivel del mar. ¡Atención al beber! ¡Trescientas diecisiete toesas! ¡Y el señor Bombarda, el magnífico fondista, os da estas trescientas diecisiete toesas por cuatro francos cincuenta céntimos!

 Fameuil interrumpió de nuevo:

 — Tholomyès, tus opiniones son ley. ¿Cuál es tu autor favorito?

— Ber…
 — ¿Quin?
 — No, Choux.
 Y Tholomyès prosiguió:
 — ¡Honor a Bombarda! ¡Igualaría a Munofis de Elefanta, si pudiera cogerme una almeja, y a Tigelión de Queronea, si pudiera traerme una hetaira! Pues, ¡oh!, señoras mías, ha habido Bombardas en Grecia y en Egipto. Es Apuleyo quien nos lo dice. ¡Ay!, siempre las mismas cosas y nada nuevo. ¡Nada inédito en la creación del creador! Nihil sub sole novum , dijo Salomón; amor omnibus idem  , dijo Virgilio; y Carabina se embarca con Carabin en la goleta de Saint - Cloud, como Aspasia se embarcaba con Pericles en la escuadra de Samos. Una última palabra. ¿Sabéis lo que era Aspasia, señoras? Aunque vivió en un tiempo en que las mujeres todavía no tenían alma, era un alma; un alma de color de rosa y púrpura, más abrasada que el fuego, más fresca que la aurora. Aspasia era una criatura en la que se tocaban los dos extremos de la mujer; era la prostituta diosa. Sócrates, y además Manon Lescaut. Aspasia fue creada para el caso de que a Prometeo le hiciese falta un crisol.


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