Prometo no amarte eternamente,
miércoles, 30 de diciembre de 2020
Milan Kundera
"La mejor Navidad que puedo recordar
Jordi Sierra i Fabra
Para mí la paz es esencial. Nunca he entendido la violencia. Nunca. Me supera, me supera. Para mí es algo… Cuando tuve que hacer la mili, obligatoria en aquel tiempo, me negué. Y tuve que sobornar a un militar para no ir al Sidi Ifni, al África, con un uniforme. Para mí los uniformes me dan miedo y las armas las odio. Así que me jugué un consejo de guerra, que me fusilaran, pero me negué. No podía entenderlo, así que no fui. Por tanto, para mí la paz es esencial.
El amor. Hay que enamorarse cada día. Y enamórate de cosas, de una ciudad, de algo. El amor es necesario. Respeto. La gente no se respeta. Fijaos bien, hemos creado herramientas maravillosas como Internet o Twitter o Facebook, y las estamos usando para odiar. Cuando veo en Internet «Las redes arden». No. Arden cincuenta mil descerebrados sin nada más que hacer que meterse con el traje que llevaba Sergio Ramos en la boda o con el peluquín que lleva el otro tío en no sé qué. ¿Eso es importante? Anda ya, por Dios. Por tanto, no hay respeto. Honradez. La cuarta. Vivimos en un mundo… Fijaos la corrupción que hay, el dinero que hay del narcotráfico, ¿adónde va a parar? O sea, un tipo que encima roba a su país o a su partido o lo que sea, y encima se lo lleva a Suiza. La honradez es básica. Dame a una persona honrada y tendré alguien en quien creer.
Y por último la esperanza. ¿Por qué es lo último? Veréis, siento decirlo, no creo en dioses ni en paraísos ni en más allás. No. Creo que somos un accidente cósmico maravilloso, pero mi vida es esto aquí y ahora. Y cada día me levanto con una ilusión tremenda. Hay días en que ni me lavaría porque he dejado el libro el capítulo cuatro y quiero escribir el quinto. Y tengo ganas de ponerme a escribir. Por tanto, mi esperanza es únicamente lo que hago cada día. Estar vivo, tener la ilusión de escribir, de ser feliz, de hacer lo que me gusta y punto. Y sueño. Y mi gran ilusión sería morir con 100 años y escribiendo. Entonces ese taburete, esas cinco patas, esas cinco palabras nacen de leer un libro que me hizo pensar en quién era yo y cómo quería. Y todo el mundo tiene que encontrarlo si lee.
Antony De Mello
La soledad no se cura con la compañía humana. La soledad se cura con el contacto con la realidad. Tengo muchísimo que decir sobre eso. El contacto con la realidad, la desaparición de nuestras ilusiones, el contacto con lo real. Sea lo que sea, no tiene nombre. Solamente podemos conocerlo abandonando lo que es irreal. Usted puede saber lo que es la soledad cuando deja de aferrarse, cuando renuncia a su dependencia. Pero el primer paso para lograrlo es que lo vea como deseable. Si no lo ve como deseable, ¿cómo puede llegar a acercarse? Piense en su soledad. ¿Desaparecería por la compañía humana? Ésta sólo servirá de distracción. Adentro hay un vacío ¿no es así? Y cuando el vacío sale a la superficie, ¿qué hace usted? Huye, enciende el televisor, enciende el radio, lee un libro, busca compañía humana, busca entretenimiento, busca distracción. Todo el mundo hace eso. Actualmente esto es un gran negocio, una industria organizada para distraernos o entretenernos.
martes, 29 de diciembre de 2020
José Ingenieros
Manolo Chinato
Tengo ronca el alma de quererte
en esta soledad llena que me ahoga;
tengo los ojos llenos de luz de imaginarte
y tengo los ojos ciegos de no verte;
Tengo mi cuerpo abandonado al abandono
Y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte;
Tengo la voz tosca de hablar con tanta gente
Y tengo la voz preciosa de cantarte;
Tengo las manos agrietadas de la escarcha
Y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte;
Tengo soledad, luz, alegría, tristeza,
Rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas...
Friedrich Schiller
Alegría, Luz Divina,
del Elíseo dulce lar,
inflamados alleguemos
Diosa, a tu celeste altar.
Une otra vez tu magia
a quienes separó el rigor.
Fraterniza el orbe entero
de tus alas al calor.
A quien el azar ha dado
verdadera amistad,
quien consorte dulce halla,
ha sin par felicidad.
En la redondez terrena
suya un alma invocar!
A quien no le fuera dado
sumiríase en pesar!
En el seno de Natura
alegría liba el ser,
su florida vía siguen
males, bienes, por doquier.
Besos, vides, fiel amigo
hasta el morir nos dio;
el deleite, a los gusanos;
y al querube, un gran Dios.
Cual los soles en su vía
magna, juntos! oh! marchad!
y como héroes disfrutad
dicha, triunfos y felicidad!
Abrazaos, oh! millones!
Beso de la Humanidad!
Brinda celestial bondad
Padre a tu séquito sin par.
Os postráis, oh! juntos
Ante el Creador Eterno
Busca en el azur, y reina
Sobre el plano etéreo.
«Todas las cosas cambian; nada muere. El espíritu ambula de aquí para allá, y ocupa el marco que le place… Porque aquello que una vez existió ya no es, y lo que no era ha llegado a ser. Así, el enorme círculo de movimiento ha girado una vez más.»
«Sólo de los cuerpos en los cuales habita este yo eterno, imperecedero e incomprensible, se dice que tienen un fin.»
Un profesor le dio un globo a cada estudiante, que tuvo que inflarlo, escribir su nombre en él y tirarlo en el pasillo. El profesor entonces mezcló todos los globos. A los estudiantes se les dio 5 minutos para encontrar su propio globo. A pesar de una agitada búsqueda, nadie encontró su globo.
lunes, 28 de diciembre de 2020
Antonio Machado
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Ramón Gener
El personaje de Peter Pan creado por sir James Matthew Barrie me ayudaba a idear mi realidad imaginaria. Me gustaba ese mundo donde todo era posible y repetía aquella frase magistral que asegura que en el momento en que dudes de tu capacidad de volar habrás perdido para siempre la capacidad de hacerlo. Me impuse que no dudaría nunca de mi capacidad de volar y, aunque aún no lo he conseguido, estoy convencido de que algún día lo haré. Mis profesores, en cambio, hacían todo lo contrario. Cada día me repetían que volar era imposible y que comprender las cosas y la música como yo lo hacía era absurdo e infantil. Utilizaban la palabra infantil con sentido negativo y eso aún me enardecía más. Entre todos lograron que me aburrieran las corcheas, las fusas, las semifusas, los compases binarios, los cuaternarios, las tonalidades mayores, las menores, las escalas pentatónicas, las modales, las armónicas y todo aquello relacionado con la música y, muy especialmente, con el piano. Al final, a pesar de ser un niño muy tímido, decidí que no había suficiente con imaginar para sobrevivir. Así que, siguiendo el evangelio de Charles Chaplin que dice que «la imaginación sin la acción no es nada», decidí rebelarme. Decidí que tenía que hacer algo para liberarme de todo aquello.
Hermann Hesse
"Tenemos que leer a Fiódor Dostoievski cuando nos sentimos afligidos, cuando hemos sufrido hasta el límite de nuestra capacidad de sufrimiento y cuando sentimos la vida como una sola herida ardiente abrasadora, cuando respiramos desesperación y hemos padecido muertes de desesperanza. Entonces, cuando miramos desde la miseria la vida, solitarios y paralizados y ya no la comprendemos en su crueldad salvaje y hermosa, y ya no queremos nada de ella, entonces estamos abiertos a la música de este poeta terrible y espléndido".
Anthony De Mello
Pero depender psicológicamente de otra persona -¿qué implica eso? Significa depender de otro ser humano para mi felicidad. Piense en eso. Porque si lo hace, la próxima cosa que usted va a hacer - Tenga consciencia de ello o no, - es exigir que los demás contribuyan a su felicidad. Entonces habrá otro paso: temor, temor a perder, temor a estar alienado, temor a ser rechazado, un control mutuo. El amor perfecto expulsa el temor. En donde hay amor no hay exigencias, no hay expectativas, no hay dependencia. Yo no exijo que usted me haga feliz; mi felicidad no está en usted. Si usted me dejara, no me condolería de mí mismo; yo disfruto enormemente de su compañía, pero no me aferro. Yo disfruto sin aferrarme. Lo que realmente disfruto no es usted; es algo más grande que usted y yo. Es algo que descubrí, una especie de sinfonía, una especie de orquesta que interpreta una melodía en su presencia, pero cuando usted se va, la orquesta no se detiene. Cuando me encuentro con otra persona, la orquesta interpreta otra melodía, la cual también es agradable. Y cuando estoy solo, continúa tocando. Tiene un gran repertorio y nunca deja de tocar.
No hables en negativo; no pienses nada negativo; no anticipes el fracaso; no tengas miedo a nada.
Wislawa Szymborska
Librado Rivera
El 3 de marzo sale el último número de Paso!. Impreso anónimamente, aún conserva en el cabezal el crédito: «Director Librado Rivera» y el número de su apartado postal en el D. F., el 1563. El periódico sólo tiene un artículo: «Librado Rivera ha muerto», y llama a que los obreros de Ciudad de México acompañen el cadáver desde el local de la Federación de Trabajadores, último reducto del anarcosindicalismo, hasta el panteón de Dolores. El artículo termina con una frase muy al tono de la lírica roja de la época: «Que caiga sobre su tumba una lluvia interminable de flores rojas».
El último magonero se retira de la escena.
El vacío perdura.
Ya no se hacen hombres así.
Los mejores de nosotros somos pálidas sombras al lado del viejo Rivera.
Por lo menos, deberíamos cubrir esa tumba, hoy desaparecida, esa inexistente tumba, con una interminable lluvia de flores rojas.
Menos mal que queda la historia.
Menos mal que queda la memoria.
Taibo II
domingo, 27 de diciembre de 2020
Bob Proctor
You don’t attract what you want. Wants are intellectual in nature. Wants are in your conscious mind. You attract what you are in harmony with, what you are. And you are the sum total of your thoughts that become fixed in your subconscious mind. You’ve got to get the want and plant what you want in your heart of hearts. You’ve got to plant it deep in the universal subconscious mind. That will then dictate the vibration you are in, and you can only attract energy to you that’s in harmonious vibration with you. Levels of vibration are called frequencies. Our mind and body function on frequencies. Just like your radio, it can only receive from the frequency it is operating on. If you are disturbed, if you are letting things bother you, if you are letting financials bother you, I can guarantee you, as sure as it’s going to get dark outside tonight, you’re going to attract more problems. You can only attract what you are in harmony with.
Charles Bukowski
A menudo la gente
Miguel Ruiz
Toda la humanidad busca la verdad, la justicia y la belleza. Estamos inmersos en una búsqueda eterna de la verdad porque sólo creemos en las mentiras que hemos almacenado en nuestra mente. Buscamos la justicia porque en el sistema de creencias que tenemos no existe. Buscamos la belleza porque, por muy bella que sea una persona, no creemos que lo sea. Seguimos buscando y buscando cuando todo está ya en nosotros. No hay ninguna verdad que encontrar. Dondequiera que miremos, todo lo que vemos es la verdad, pero debido a los acuerdos y las creencias que hemos almacenado en nuestra mente, no tenemos ojos para verla. No vemos la verdad porque estamos ciegos. Lo que nos ciega son todas esas falsas creencias que tenemos en la mente. Necesitamos sentir que tenemos razón y que los demás están equivocados. Confiamos en lo que creemos, y nuestras creencias nos invitan a sufrir. Es como si viviésemos en medio de una bruma que nos impide ver más allá de nuestras propias narices. Vivimos en una bruma que ni tan siquiera es real. Es un sueño, nuestro sueño personal de la vida: lo que creemos, todos los conceptos que tenemos sobre lo que somos, todos los acuerdos a los que hemos llegado con los demás, con nosotros mismos e incluso con Dios.
Mario Alonso Puig
Los primeros exploradores que aprendieron lenguas africanas interrogaban a los nativos sobre si eran felices y estos no entendían la pregunta. Aquel concepto no existía en su visión del mundo, pero sí que comprendían claramente lo que significaba la alegría. Buscar la felicidad supone que aquí y ahora eres infeliz, y eso significa que algo va mal o se está haciendo mal, o que no quieres ver ni reconocer las maravillas que te rodean. La norteamericana Pearl S. Buck, premio Nobel de Literatura en 1938, decía con una lucidez maravillosa que «muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras esperan la gran felicidad». ¡Ahí está la clave! No sabemos qué forma tiene el edificio de la felicidad, pero lo que está claro es que se construye con los ladrillos de la alegría. Si la dejamos entrar, puesto que está en todas partes, nos elevamos sobre nosotros mismos y ampliamos nuestro horizonte.
Stanisław Lem
"Los seres humanos no desean la inmortalidad. Lo que quieren es, sencillamente, no morir. Quieren vivir (…) Quieren sentir la tierra bajo sus pies y ver las nubes por encima de su cabeza, amar a otras personas, estar con ellas y pensar en ellas".
Elvira Sastre
He visto a una pareja sentarse separada
en el metro
con los ojos a un centímetro de distancia,
a una niña reírse a carcajadas de una verdad,
dos manos besarse en una terraza,
una tierra abandonada a través de una ventana
y a alguien pensar en otra vida,
y me he puesto triste
al verme en todos ellos.
Irvin D Yalom
Epicuro nació en el año 341 a. C., poco después de la muerte de Platón, y murió en el 270 a. C. En la actualidad, la mayoría de las personas están familiarizadas con su nombre por los términos «sibarita» o «epicúreo», que se aplican a la persona dedicada a los refinados goces de los sentidos, en especial la comida y la bebida. Pero el hecho histórico es que Epicuro no fue un adalid de los placeres sensuales; lo que realmente le interesaba era la obtención de la imperturbabilidad (ataraxia). Epicuro practicaba una «filosofía médica» e insistía en que, así como el médico trata el cuerpo, el filósofo debía tratar el alma. Desde su punto de vista, sólo había una meta correcta para la filosofía: aliviar el sufrimiento humano. ¿Y cuál era, para él, la causa primera del sufrimiento? Epicuro sostenía que era nuestro omnipresente temor a la muerte. Decía que la aterradora visión de la inevitabilidad de la muerte afecta nuestro disfrute de la vida y perturba todos nuestros placeres.
Confucio
sábado, 26 de diciembre de 2020
Fernando Savater
“El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos son complejos”.