viernes, 30 de octubre de 2020

Jaime Sabines



 ‘¡A la chingada la muerte!, dije, sombra de mi sueño, perversión de los ángeles, y me entregué a morir como una piedra al río, como un disparo al vuelo de los pájaros.’

Gabriela Mistral

 


"Vuélveme tu suspiro, y subiré y bajaré de tu pecho, me enredaré en tu corazón, saldré al aire para volver a entrar. Y estaré en este juego toda la vida."


Fiódor Dostoievski



 Iván: ¿Sabes lo que me estaba diciendo hace un instante? Que si hubiera perdido la fe en la vida, si dudara de la mujer amada y del orden universal y estuviera convencido de que este mundo no es sino un caos infernal y maldito, por muy horrible que fuera mi desilusión, desearía seguir viviendo. Después de haber gustado el elixir de la vida, no dejaría la copa hasta haberla apurado. A los treinta años, es posible que me hubiera arrepentido, aunque no la hubiera apurado del todo, y entonces no sabría qué hacer. Pero estoy seguro de que hasta ese momento triunfaría de todos los obstáculos: desencanto, desamor a la vida y otros motivos de desaliento. Me he preguntado más de una vez si existe un sentimiento de desesperación lo bastante fuerte para vencer en mí este insaciable deseo de vivir, tal vez deleznable, y mi opinión es que no lo hay, ni lo habrá, por lo menos hasta que tenga treinta años. Ciertos moralistas desharrapados y tuberculosos, sobre todo los poetas, califican de vil esta sed de vida. Este afán de vivir a toda costa es un rasgo característico de los Karamazov, y tú también lo sientes; ¿pero por qué ha de ser vil? Todavía hay mucha fuerza centrípeta en el planeta, Aliosha. Uno quiere vivir y yo vivo incluso a despecho de la lógica. No creo en el orden universal, pero adoro los tiernos brotes primaverales y el cielo azul, y quiero a ciertas personas no sé por qué. Admiro el heroísmo; ya hace tiempo que no creo en él, pero lo sigo admirando por costumbre… Mira, ya te traen la sopa de pescado. Buen provecho. Aquí la hacen muy bien… Oye, Aliosha: quiero viajar por Europa. Sé que sólo encontraré un cementerio, pero qué cementerio tan sugeridor. En él reposan ilustres muertos; cada una de sus losas nos habla de una vida llena de noble ardor, de una fe ciega en el propio ideal, de una lucha por la verdad y la ciencia. Caeré de rodillas ante esas piedras y las besaré llorando, íntimamente convencido de hallarme en un cementerio y nada más que en un cementerio. Mis lágrimas no serán de desesperación, sino de felicidad. Mi propia ternura me embriaga. Adoro los tiernos brotes primaverales y el cielo azul. La inteligencia y la lógica no desempeñan en esto ningún papel. Es el corazón el que ama…, es el vientre… Amamos las primeras fuerzas de nuestra juventud… ¿Entiendes algo de este galimatías, Aliosha? -terminó con una carcajada.

Aliosha: Lo comprendo todo perfectamente, Iván. Desearíamos amar con el corazón y con el vientre: lo has expresado a la perfección. Me encanta tu ardiente amor a la vida. A mi entender, se debe amar la vida por encima de todo.
Iván: ¿Incluso más que al sentido de la vida?
Aliosha: Desde luego. Hay que amarla antes de razonar, sin lógica, como has dicho. Solo entonces se puede comprender su sentido".


 

La vida es cruel, implacable; el amor no hace concesiones.

Como el león que asesina a la gacela sin piedad para perpetuar la vida.

Como el huracán furioso que arrasa una ciudad entera en un instante.

Como la estrella que estalla poderosa en el cosmos para dar lugar a nuevos planetas.

O el llanto desconsolado del recién nacido que se ahoga luchando por la vida.

Puro amor. Energía vital, creando, destruyendo.

Elige, si así lo deseas, solamente la parte que a tus ojos le parece bonita y amable y conviértete en un esclavo. Vivirás anhelando y rechazando.

Eso es lo que te venden. El anhelo del bienestar. El rechazo de la crudeza de la vida.

Así te mantienen con miedo, con ansiedad, sintiéndote carente e indefenso.

Si rechazas lo salvaje te vuelves dócil, manejable.

El hombre blanco ha exterminado y masacrado a todas las culturas indígenas porque le tiene miedo a lo salvaje.

Teme a lo salvaje y honra lo adoctrinado.

Y eso es lo que ha hecho contigo: adoctrinarte.

¿Y tú?

Tú te conformas.

Han ahogado en ti el grito de lo salvaje para que te vuelvas manso… inofensivo.

Vuélvete indómito, salvaje, poderoso.

Serás cariñoso y dulce cuando sea necesario y fuerte e implacable cuando la situación lo requiera.

Serás completo. Sin miedo. Libre.

Siente el rugido de la naturaleza en tu interior y acaba ahora, y de una vez por todas, con el sufrimiento y la esclavitud.

Sé como el amor por favor y deja de hacer concesiones.

Haruki Murakami



 "—¿Crees que no te quisieron demasiado?

Ella volvió la cabeza y me miró fijamente. Hizo un gesto afirmativo.

—Yo diría que entre un «no lo suficiente» y un «nada de nada». Siempre estuve hambrienta. Aunque solo hubiera sido una vez, hubiera querido recibir amor a raudales. Hasta hartarme. Hasta poder decir: «Ya basta. Estoy llena. No puedo más». Me hubiera conformado con una vez".

miércoles, 28 de octubre de 2020

Jorge Luis Borges

 


Por lo pronto, no creo en el perdón. Si yo obro mal, y me perdonan, el perdón es ajeno y no puede mejorarme a mí. De modo que ser perdonado no tiene importancia. Ser castigado, puede sí servirme. Puede ayudarme a pensar en lo mal que he obrado. Creo que hay un solo don que se aplicaría igualmente al perdón o a la venganza y es el olvido.



Hermann Hesse



 "Y comencé a comprender también que el dolor, los desengaños y la melancolía no existen para molestarnos, para sumirnos en un abismo de desasosiego e inutilidad, sino para poner a prueba nuestro temple y madurar nuestro ser".


Piedad Bonnett.

 


“Tu boca viene a mí, sólo tu boca. 

Viene volando, 
libélula de sangre, llamarada 
que enciende ésta mi noche de ceniza. Toda la sal del mar habita en ella, 
todo el rumor del mar, 
toda la espuma. 
Boca para los besos dibujada, 
donde duerme tu lengua tentadora. 
Todo el vino del mundo está en tu boca, todo el pecado 
y la inocencia toda. 
Boca que calla y cuando dice, oculta. Capaz de toda la verdad tu boca, 
de toda la verdad y la mentira. 
Ríe tu boca y se despierta el día. (Relámpagos de nieve hay en tu risa). 
Como un tropel de potros me atropellan los besos de tu boca deliciosa; 
tu boca, mariposa equivocada, 
tu boca ajena que se desdibuja 
en mi noche de círculo y ceniza”.

Ernesto Sabato



"El sentimiento de orfandad tan presente en este tiempo se debe a la caida de los valores compartidos y sagrados. Si los valores son relativos, y uno adhiere a ellos como a las reglamentaciones de un club deportivo, ¿cómo podrían salvarnos ante la desgracia y el infortunio? Así es como resultan tantas personas desesperadas y al borde del suicidio.
Por eso la soledad se vuelve tan terrible y agobiante. En ciudades monstruosas como Buenos Aires hay millones de seres angustiados. Las plazas están llenas de hombres solitarios y, lo que es más triste aún, de jóvenes abatidos que, a menudo, se juntan a tomar alcohol o a drogarse, pensando que la vida carece de sentido, hasta que, finalmente, se dicen con horror que no hay absoluto".


Henry Miller



 "La muerte, la muerte es la solución, pero no te mueras todavía, espera un día más, un golpe de suerte, una cara nueva, un nuevo amigo, millones de oportunidades, eres muy joven todavía, estás melancólico, no mueras todavía, espera un día más, un golpe de suerte, a tomar por culo de todos modos, y así sucesivamente por el puente dentro de la jaula de cristal, todos apiñados, gusanos, hormigas, saliendo a rastras de un árbol muerto y sus pensamientos saliendo también a rastras...".



martes, 27 de octubre de 2020

Albert Camus



La rebelión metafísica es el movimiento por el cual un hombre se alza contra su situación y la creación entera. Es metafísica porque discute los fines del hombre y de la creación. El esclavo protesta contra la situación que se le crea como hombre. El esclavo rebelde afirma que en él hay algo que no acepta la manera como le trata su amo; el rebelde metafísico se declara frustrado por la creación. Para el uno y el otro no se trata únicamente de una negación pura y simple. En ambos casos, en efecto, encontramos un juicio de valor en nombre del cual el rebelde niega su aprobación a la situación que le es propia. .;¡ El esclavo alzado contra su amo no se preocupa, advirtámoslo, de negar a ese amo como sl!r. Le niega como amo. Niega que tenga el derecho a negarle a él, esclavo, en tanto que exigencia. El amo deja de serlo en la medida misma en que no responde a una exigencia que descuida. Si los hombres no pueden referirse a un valor común, reconocido por todos en cada uno de ellos, entonces el hombre es incomprensible para el hombre. El rebelde exige que este valor sea claramente reconocido en él porque sospecha o sabe que sin ese principio el desorden y el crimen reinarían en el mundo. El movimiento de rebelión aparece en él como una reivindicación de claridad y de unidad. La rebelión más elemental expresa, paradójicamente, la aspiración a un orden. Línea por línea, esta descripción se ajusta al rebelde metafísico. Este se alza sobre un mundo destrozado para reclamar la unidad. Opone el principio de justicia que hay en él al principio de injusticia que ve practicado en el mundo. Por lo tanto, no quiere, primitivamente, sino resolver esta contradicción, instaurar el reinado unitario de la justicia si puede hacerlo, o de la injusticia si se le apura.

Thomas Hardy



“El amor es hacer algo que no quieres

 hacer por alguien que no te gusta 

especialmente en ese momento”.

 

Valeria Luiselli

 




Wittgenstein imaginaba el lenguaje como una gran ciudad en perpetua construcción. Como las ciudades, el lenguaje tenía barrios modernos, espacios en remodelación, zonas viejas. Había puentes, pasajes subterráneos, rascacielos, avenidas, calles estrechas y silenciosas.


Ernesto Sabato

 


"Milagro es que los hombres no renuncien a sus valores cuando el sueldo no les alcanza para dar de comer a sus familias, milagro es que el amor permanezca y que todavía corran los ríos cuando hemos talado los árboles de la tierra".



Haruki Murakami

Find me before I fade away. Catch me before I fall into forever ...
Encuéntrame donde me perdiste.

Auguste Comte


 

 Prolongar nuestra vida indefinidamente en el pasado y el futuro, para hacerla más perfecta en el presente, es abundante compensación para las ilusiones de nuestra juventud que se han ido ya para siempre.

Edvard Munch



 "De mi cuerpo descompuesto crecerán las flores, y yo estaré en ellas. Eso es eternidad".



Erika Mann

 Erika Mann, hija de Thomas Mann —autor de La montaña mágica—, mantiene algunas semejanzas con sus homólogas: fue escritora, actriz, cabaretera; sentía devoción por su padre; tuvo relaciones homosexuales con la directora Therese Giehse y rechazó a la filósofa, arqueóloga y escritora Annemarie Schwarzenbach. Ella, junto a la propia Erika y Klaus Mann, formaron el peculiar triángulo que la escritora Melania G. Mazzucco recoge en Ella, tan amada. Finalmente, contrajo matrimonio de conveniencia con el poeta homosexual W.H. Auden, del que fue gran amiga el resto de su vida.

Álvaro Neil

 La capital de Bután es Timbu. No sabía que para ir a Bután hacía falta una visa que cuesta 250 dólares por día. Y no sabía que me la iban a regalar. Viajando descubres que todo el mundo quiere lo mismo, todo el mundo tiene los mismos miedos, todo el mundo le tiene miedo a la muerte, porque no hablan con ella todos los días. Viajando descubres que la gente está ahí para ayudarte, que son tus amigos. Descubres que nadie eligió dónde nacer, ni siquiera el color de piel que lleváis puesto. No lo habéis elegido. No hemos elegido nada, nos ha tocado. De hecho, las posibilidades de nacer son mínimas, y aquí estamos. Y viajando descubres que no hay fronteras más grandes que las mentales, que no hay límites mayores que los que tú te pones. Yo he dicho: «¡No puedo más!». De verdad, a veces… En Perú, me acuerdo una vez, a casi 5000 metros, no podía más. Lloré de dolor. Y no tenía el 112 para que me vinieran a sacar de allí, tenía que salir yo, estaba solo. Y desde que dije «No puedo más» hasta que pude montar la tienda y dormir, igual pasaron cuatro horas. ¡Pero si yo ya no podía más a las cuatro de la tarde! ¿Cómo he conseguido llegar aquí?
Porque podemos mucho más de lo que creemos. Porque nosotros somos la única limitación que existe en este mundo. Si os creéis algo, lo podéis conseguir. Yo nunca pensé que iba a dar la vuelta al mundo. De hecho, cuando lo veo ahora, digo: «¿Será verdad o será Photoshop?». Pero sí, lo debí hacer. Porque si te marcas objetivos pequeños y los vas cumpliendo, cuando los sumas… ¡Guau! Te da un gran proyecto. Yo no salí de Oviedo pensando en dar la vuelta al mundo, solo pensé en llegar a León. Y en León pensé en llegar a Sevilla. Y en Sevilla a Marruecos, y en Marruecos a Mali, Nigeria, Camerún, Gabón, Congo, Angola… Y así, poco a poco. Poneros proyectos concretos, poneros objetivos realizables, medibles. Y si os equivocáis, reformulad el objetivo. Yo tenía en la bicicleta un cartel que ponía: «2004-2014». Cuando llegó el año 2014, estaba en Perú. Digo: «Uy, yo no llego a España». Así que hice así, lo taché y puse: «2017». Y ya está. No seáis esclavos de los objetivos, sed realistas. ¿Os habéis marcado un objetivo exigente? Cambiadlo. No pasa nada, no estáis fracasando por eso. Estáis fracasando si os mantenéis en un objetivo imposible de cumplir. A mí me gustaría ir a pedalear por la luna, pero no va a ser posible por el problema de la gravedad. Todo eso he aprendido viajando.

domingo, 25 de octubre de 2020

Sthendal

 


«Adiós, amigo lector; intenta no ocupar tu vida en odiar y tener miedo»

Wittgenstein

 


Si un hombre pudiese escribir un libro sobre ética que fuese verdaderamente un libro sobre ética, ese libro, como una explosión, aniquilaría todos los demás libros del mundo.

John Stuart Mill



 «La única libertad que merece ese nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro camino propio, en tanto no privemos a los demás del suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo. Cada uno es el guardián natural de su propia salud, sea física, mental o espiritual. La humanidad sale más gananciosa consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás»

Bertrand Russell

 


«Unido con sus semejantes por el más fuerte de todos los vínculos, el de un destino común, el hombre libre encuentra que siempre lo acompaña una nueva visión que proyecta sobre toda tarea cotidiana la luz del amor. La vida del hombre es una larga marcha a través de la noche, rodeado de enemigos invisibles, torturado por el cansancio y el dolor, hacia una meta que pocos pueden esperar alcanzar, y donde nadie puede detenerse mucho tiempo. Uno tras otro, a medida que avanzan, nuestros camaradas se alejan de nuestra vista, atrapados por las órdenes silenciosas de la muerte omnipotente. Muy breve es el lapso durante el cual podemos ayudarlos, en el que se decide su felicidad o su miseria. ¡Ojalá nos corresponda derramar luz solar en su senda, iluminar sus penas con el bálsamo de la simpatía, darles la pura alegría de un afecto que nunca se cansa, fortalecer su ánimo desfalleciente, inspirarles fe en horas de desesperanza» 

Fritz Perls


 No encontrarán ningún animal -excepto el animal doméstico, ya infectado por la humanidad- ninguna planta que se impida el propio crecimiento

 

Robert Louis Stevenson



Siento un profundo deseo de vivir —escribía a un amigo de la juventud—. Esta amable edad intermedia, en cuyas aguas maniobramos, es muy de mi gusto. De buena gana echaría aquí el ancla y me iría a tierra veinte años para estudiar las costumbres del lugar. La juventud fue una hermosa época, pero un poco complicada. Ahora, en la madurez (excepto por lo que se refiere al dinero), todo parece malditamente tranquilo. Me gusta. Veo un pequeño y animado café en un rincón del puerto donde te propongo que nos sentemos […]. Sentémonos allí veinte años, con un paquete de tabaco y una copa, a hablar de arte y de las mujeres.




Hace poco tiempo cuando estaba en el aeropuerto escuché por casualidad a una madre e hija que se
estaban despidiendo...
Cuando anunciaron la partida del vuelo ellas se abrazaron y la madre dijo:

- "Te amo y te deseo lo suficiente".

La hija respondió:

- "Madre, nuestra vida juntas ha sido más que suficiente. Tu amor es todo lo que he necesitado.

También te deseo lo suficiente". Ellas se saludaron con un beso y la hija partió.
La madre pasó muy cerca de donde yo estaba sentada y noté que ella necesitaba llorar.

Traté de no observarla para no invadir su privacidad, pero ella se dirigió hacia mí y me preguntó:

- "Alguna vez se ha despedido de alguien sabiendo que era para siempre?".

- Sí, lo he hecho - respondí.

Perdón por preguntar - contesté -, pero ¿por qué esta despedida es para siempre?

- Yo soy una mujer vieja y ella vive muy lejos de aquí. La realidad es que su próximo viaje será para mi
funeral, dijo.

- Cuando se despidió de ella escuché que le dijo "te deseo lo suficiente". ¿A qué se refiere?

Comenzó a sonreír. 
Eso es un deseo que hemos transmitido de generación en generación. ..

Mis padres solían decirlo...

Ella hizo una pausa y miró hacia arriba como si tratara de recordarlo en detalle, luego sonrió aún más.

- Cuando decimos "Te deseo lo suficiente", deseamos que la otra persona tenga una vida llena de sólo lo suficientemente bueno para vivir.

Entonces, dirigiéndose hacia mí, ella compartió lo siguiente como si lo estuviera recitando de memoria:

"Te deseo que tengas suficiente sol para mantener tu espíritu brillante",

"Te deseo suficiente lluvia para que aprecies aún más el sol" ,

"Te deseo suficiente felicidad para que tu alma esté viva"

"Te deseo suficiente dolor para que las pequeñas alegrías de la vida parezcan más grandes"

"Te deseo que tengas suficientes ganancias que satisfagan tus necesidades"

"Te deseo suficientes pérdidas para que aprecies todo lo que posees."

"Te deseo suficientes bienvenidas para que logres soportar las despedidas".

Luego ella comenzó a llorar y se alejó.

Se dice que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora en apreciarla, un día para amarla, pero una vida para olvidarla.

Toma el tiempo necesario para vivir. 

Alex Rovira

Mi abuela materna, Carmen, una mujer tremendamente cariñosa y divertidísima. De ella, la evocación natural que tengo es la ternura, el humor, la alegría y la compasión. Porque para mí no tiene sentido hablar… ¿Tiene sentido hablar de inteligencia sin compasión? Mi padre, un hombre formado a sí mismo, avidísimo lector, que tenía que importar libros de Argentina en la dictadura española que estaban prohibidos aquí, y eran libros de filosofía, de religiones comparadas. Pero yo recuerdo la mesilla de noche de mi padre llena de libros, y dejándolo como quien no quería sobre una mesa, para ver si alguno de los tres hermanos picábamos. Mi madre, mi madre por su enorme capacidad de amar, y, luego, te diría que las grandes maestra y maestros que he tenido eran gente humilde que, quizás, no tuvieron acceso a una formación superior. Por ejemplo, recuerdo a Josep, a José, un campesino, pero yo, muchas veces, los fines de semana, cuando tenía siete, ocho o nueve años, lo primero que hacía al llegar al pueblo era tomar la bicicleta, ahí en Aiguafreda, ir a ver a Josep y sentarme a su lado, y él me contaba cuando cosechaba, cuando sembraba, si el viento venía de levante, que auguraba tormenta; por qué las fuentes, cada vez, tenían menos agua… Era una especie de Walt Whitman este hombre sin saber que era un poeta y era un hombre que, seguramente, no sabía leer, seguramente era analfabeto, pero tenía una profunda conexión con el alma de las cosas. Y ese amor a la vida, y esa ternura hacia la naturaleza, y el cómo trataba a los animales… Era un hombre tremendamente respetuoso, era un hombre que nunca le oí hablar mal de nadie. Para mí fue un maestro fundamental, y todavía lo tengo muy presente.

Alda Merini

Alda Merini frase - „Più mi lasciano sola più splendo ...
Yo no tengo necesidad de dinero,
tengo necesidad de sentimientos,
de palabras,
de palabras escogidas sabiamente,
de flores llamadas pensamientos,
de rosas llamadas presencias,
de sueños que habitan los árboles,
de canciones que hagan danzar a las estatuas,
de estrellas que murmuran
a la oreja de los amantes.
Tengo necesidad de poesía,
esta magia que quema
la pesantez de las palabras,
que despierta las emociones y da colores nuevos.

sábado, 24 de octubre de 2020

Ouspensky

 Al salir de San Petersburgo, yo había dicho que partía en busca de lo milagroso. Lo "milagroso" es muy difícil de definir. Pero para mí, esta palabra tenía un significado muy definido. Mucho tiempo atrás había llegado a la conclusión de que para escapar del laberinto de contradicciones en que vivimos, era necesario encontrar un camino enteramente nuevo, diferente de todo lo que habíamos conocido o seguido hasta ahora. Pero dónde comenzaba este camino nuevo o perdido, yo era incapaz de decirlo. Entonces ya había reconocido como un hecho innegable que detrás de la fina película de falsa realidad, existía otra realidad de la cual, por alguna razón, algo nos separaba. Lo "milagroso" era la penetración en esta realidad desconocida.

Hans Christian Andersen



 Su salud había sufrido mucho con las marchas, a las que no estaba acostumbrado, y la vida de campaña. Una mañana se despertó delirando, hablando de campañas militares y de Napoleón; se imaginaba recibir órdenes suyas y dar instrucciones a la tropa. Mi madre me envió al punto a buscar ayuda, pero no al médico sino a una curandera que vivía a media legua de Odense. Cuando llegué allí la mujer me hizo unas cuantas preguntas, luego cogió una hebra de lana, me midió los brazos, trazó unos signos raros sobre mi cabeza y me puso finalmente en el pecho una rama verde que, según dijo, era de un árbol del mismo tipo que en el que habían crucificado al Señor, y añadió: «Vete ahora a casa bordeando el arroyo. Si tu padre ha de morir de ésta, te encontrarás con su espectro». Ya se puede imaginar el miedo que pasé con lo supersticioso que era y la imaginación que tenía. «¿Y no te has encontrado nada?», me preguntó mi madre al llegar a casa. Con el corazón palpitando le aseguré que no. Tres días más tarde moría mi padre. Dejamos su cadáver en la cama y mi madre y yo nos echamos fuera; un grillo se pasó la noche cantando. «Está muerto», le decía mi madre, «de nada sirve que lo llames, la señora del hielo se lo ha llevado». Yo sabía muy bien a qué se refería; me acordaba de que el invierno anterior, que se había formado hielo en las ventanas, mi padre nos había mostrado que el hielo de los cristales semejaba una mujer con los brazos abiertos. «Viene a por mí», dijo mi padre en tono de broma. Ahora que yacía muerto en la cama, le vino a mi madre a la memoria, y sus palabras de entonces se me quedaron en la cabeza.

Mehmet Karim


Cuando descubrió que estaba en el infierno y no en el paraíso, era demasiado tarde para huir, y se dedicó a incendiarlo. 

viernes, 23 de octubre de 2020

Miguel Ángel Asturias



Va pasando esta pena,
la pena de la vida,
la pena que no importa,
tú la has sentido larga,
yo la he sentido corta
y aún está distante
la tierra prometida.
A nuestro paso errante
fatal es todo empeño,
toda esperanza es muerta,
toda ilusión fallida...
Yo guardaré tu nombre,
yo velaré tu sueño,
yo esperaré contigo los primeros albores,
yo enjugaré tu llanto cuando conmigo llores,
y cuando ya no quieras que camine contigo
déjame abandonada como un grano de trigo
sobre las sementeras...
¡Déjame para siempre cuando ya no me quieras!

 Antes

Mi hijo decía luenga
en vez de lengua.
Yo no lo corregí
ni una sola vez.
Amaba el sonido
de esa palabra extraña
como recién nacida.
Cuando alguien le enseñó
“Se dice jirafa, no firasa”
de verdad lo lamenté.
Igual con la mariposa
que antes era papiosa.
Sabía que esas palabras
no se quedarían
mucho tiempo
ahí,
en su voz.
¿Para qué apurarse entonces?
Las palabras habituales
están ahora en su sitio.
Excepto,
cuando quiere hablarme
de jaguares y dice
“mamá están en vida de extinción.”
Ya sabemos,
no hay que decirle nada,
quizás queden algunos días así
en que la vida sea lo que se extinga,
sin intermediarios.
💬Manuela Gómez
🎨@illustratelucy

jueves, 22 de octubre de 2020

San Francisco de Asís

 



Durante la quinta cruzada, San Francisco y un acompañante viajaron a un territorio musulmán para visitar al sultán de Egipto y Siria, Al-Kamil. El santo predicó ante el sultán y para demostrar su gran fe en la religión cristiana, desafió a los presentes a un "juicio de fuego" que consistía en que él y un musulmán caminen por un sendero en llamas, con la idea de que el seguidor de la religión verdadera debía ser protegido por Dios.

San Francisco se ofreció a ir en primer lugar, pero Al-Kamil rechazó el desafío. No obstante, el sultán quedó tan impresionado por su fe que le dio permiso al santo para predicar en su tierra.