martes, 8 de agosto de 2023

John N Gray

 


Los seres humanos tienen más probabilidades de encontrar maneras de vivir bien si no se pasan la vida intentando ser  felices. Esto no significa que hayamos de perseguir la felicidad de forma indirecta, una idea también heredada de Aristóteles. En su lugar, lo mejor que podemos hacer es no buscar la felicidad en absoluto. Buscar la felicidad es como haber vivido toda la vida de uno antes de que se termine. Uno sabe de antemano todo lo que es importante: lo que uno quiere, quién es... ¿Por qué encasquetarse a uno mismo la carga de ser un personaje en una historia tan sosa? Mejor inventarse la propia vida mientras se camina y no apegarse demasiado a las historias que uno se cuenta a sí mismo por el camino. Aprender a conocerse a uno mismo significa contar la historia de la propia vida de una manera más imaginativa que en el pasado. Al tiempo en que uno llega a ver su vida a la luz de esta nueva historia, uno cambia. La vida de uno la conformará entonces una ficción, podría decirse. A lo que Freud se refería al hablar del trabajo de la construcción del ego es al hecho de enmarcar estas ficciones. El yo en sí mismo es una ficción, una ficción que nunca se fija ni se termina. En palabras de Freud: «En el ámbito de la ficción encontramos la pluralidad de vidas que necesitamos».

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