Según Carl Jung, la «sombra» representa la parte oscura e inexplorada de nosotros mismos, la que con frecuencia proyectamos sobre alguien o sobre algo si no somos capaces de explorarla y aceptarla. El propio Jung lo ejemplificaba nítidamente diciendo: «Si Dios está en la puerta de entrada, el Diablo estará en la puerta de atrás». Entiendo que dentro de mí existe un asesino en potencia, y una vez que lo sé, no me convierto en asesino, porque puedo negociar con esa parte de mí mismo. Y si acepto mi propia sombra, eso hace que me resulte más fácil aceptar la de los demás
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