sábado, 31 de diciembre de 2022

Robert Walser

 


—Subo a la montaña, me tumbo en el musgo bajo un abeto de anchas ramas, y sueño mientras acaso fume al mismo tiempo, y sobre mí está lo lejano, lo eterno, y el sol dora mi yacer, y todo lo pensado, ¿cómo decirlo?, relumbra. En cualquier caso, puedo pasar una tarde entera sin aburrirme, el aburrimiento es algo que ni conozco ni deseo conocer. Ciertamente a veces anhelo más de lo que la vida me ofrece. Entonces pienso en muchas cosas: ¡países, mares, ciudades! Al contemplar los árboles, me digo: qué tranquilos y benévolos son. ¿Por qué no son así los seres humanos?



William Burroughs

 


"La pregunta “¿Por qué escribe usted?” remite inmediatamente a otra pregunta: ¿Qué hace exactamente un escritor? Las respuestas son múltiples, pero ninguna es enteramente satisfactoria. Un escritor es un observador. Un cartógrafo de las regiones psíquicas. “Un escritor es un cosmonauta del espacio interior”, decía Alex Trocchi en la Conferencia de Escritores de Edinburgo en 1962. Henry Miller ve al escritor como alguien provisto de antenas que capta determinadas corrientes cósmicas… “Yo no soy yo, sino un espía en un cuerpo ajeno”, decía Jack Kerouac. Y ¿qué hace un espía? Observa y da cuenta. Debe hacerlo, pues esa es su función. La percepción consciente ha sido comparada con la parte que emerge de un iceberg: un escritor no sabe por qué escribe. Las razones que puede dar son generalmente falsas. Si un escritor no tiene otra fuente de ingresos, y este es mi caso (”dos millones de Burroughs son un invento de Kerouac”), debe entonces considerar la escritura como un medio de ganarse la vida, sean cuales sean sus otros motivos. Entonces, ¿por qué escrito? Porque puedo. Porque escribir es mi oficio. Y debo dar lo mejor de lo que soy capaz en ese trabajo. Me siento un privilegiado al ser el receptor de mensajes intermitentes y a menudo alterados. A nivel más profundo, no puedo saber por qué escribo".



viernes, 30 de diciembre de 2022

MICHEL DE MONTAIGNE


 

Si yo me dedicara a componer libros, haría un registro comentado de muertes diversas: quien enseñara a los hombres a morir les enseñaría al mismo tiempo a vivir.


Karen Armstrong ·

 


Los seres humanos son profundamente artificiales. Luchan constantemente por mejorar su naturaleza y aproximarse a un ideal. Aun en los tiempos presentes, cuando ya hemos abandonado la filosofía perenne, la gente sigue como esclavos los dictados de la moda e incluso violentan sus caras y sus cuerpos para reproducir ios modelos actuales de belleza. El culto a las celebridades muestra que todavía reverenciamos a unos modelos que personifican la «suprahumanidad». A veces ]a gente se desvive por ver a sus ídolos, y notan una sensación de euforia y bienestar en su presencia. Imitan sus ropas y su conducta. Parece que los seres humanos tienden de forma natural hacia el arquetipo y lo paradigmático. Los sabios axiales desarrollaron una versión más auténtica de esta espiritualidad y enseñaron a la gente a buscar el propio ser ideal y arquetípico en su propio interior.


jueves, 29 de diciembre de 2022

Jacques Prévert

 Oh, me gustaría tanto que recordaras

Los días felices cuando éramos amigos...
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy.
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo...
¿Ves? No lo he olvidado...
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo
Los recuerdos y las penas, también.
Y el viento del norte se las lleva
En la noche fría del olvido
¿Ves? No he olvidado 
la canción que tú me cantabas.

Es una canción que nos acerca
Tú me amabas y yo te amaba
Vivíamos juntos
Tú, que me amabas, y yo, que te amaba...
Pero la vida separa a aquellos que se aman
Silenciosamente sin hacer ruido
Y el mar borra sobre la arena
El paso de los amantes que se separan.



Las hojas muertas se recogen con un rastrillo.
Los recuerdos y las penas, también.
Pero mi amor, silencioso y fiel
Siempre sonríe y le agradece a la vida.
Yo te amaba, y eras tan linda...
Cómo crees que podría olvidarte?
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy
Eras mi más dulce amiga,
Mas no tengo sino recuerdos
Y  la canción que tú me cantabas,
¡Siempre, siempre la recordaré!


Alexander Pope:

«Un poco de conocimiento es peligroso; / bebe a fondo, o no pruebes el agua de esa fuente».

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Fernando Pessoa



 "Debido a mis tendencias naturales, debido a las circunstancias que rodearon el alba de mi vida, debido a la influencia de los estudios hechos bajo este impulso (estas mismas tendencias), por todo esto, mi carácter es del género interior, autocéntrico, mudo, no autosuficiente, sino perdido en sí mismo. Toda mi vida ha sido de pasividad y de sueño."



 JOSÉ EMILIO PACHECO

—¿Conoce usted a Carlos Monsiváis?
—No, para nada.

—Pero ha sido amigo suyo durante cincuenta años.
—Es cierto, sin embargo esa eternidad no me autoriza a decir que lo conozco. Oportunidades no han faltado: durante la adolescencia y la juventud, inmensas caminatas nocturnas por la ciudad de México, después largos trayectos aéreos, prolongadas estancias compartidas en otros países. Y no me refiero nada más a la vida íntima: en torno a él hay datos esenciales que ignoro por completo o acabo de enterarme de ellos.

—¿Por ejemplo?
—Algo tan importante como el lugar de su nacimiento. Por la Guía literaria del Centro Histórico que hizo Pável Granados, supe que Monsiváis había nacido en el edificio de Rosales en donde estuvo la Universidad Obrera y más tarde el Teatro del Caballito que recuerdo como primera sede del grupo Poesía en Voz Alta.

—¿Existe?
—Desapareció en 1964 cuando el entonces regente Uruchurtu demolió sin ninguna necesidad toda esa manzana para abrir el Paseo de la Contrarreforma. Se perdieron el edificio antiguo de Relaciones Exteriores, donde visitábamos a Octavio Paz y a Carlos Fuentes y un día fuimos presentados a José Gorostiza; la sede del PAN, antes un hotel que había sido el cuartel general de Álvaro Obregón, y la casa en que, bajo el mandato de Henry Lane Wilson, Huerta, Félix Díaz y Manuel Mondragón, el padre de Nahui Olin, firmaron el Pacto de la Ciudadela y la sentencia de muerte de Madero y Pino Suárez.
Para Monsiváis, para Sergio Pitol y para mí aquella plaza era un lugar importante porque enfrente estaban el café Kikos y la antigua librería de El Caballito. Pero Monsiváis jamás nos dijo: “Aquí nací”.

—¿Y acerca de su infancia?
—Sé menos todavía. Me hubiera gustado preguntarle, pero jamás me dio la oportunidad, sobre algo que aparece en dos líneas supuestamente humorísticas de su 'Autobiografía' de 1966. Al lado de las incesantes atrocidades de nuestra época, hay una conciencia que no existía antes acerca de problemas tan graves como el abuso sexual y el acoso escolar y los daños irreparables que provocan. Monsiváis habla sonriente y como de pasada de lo que significó para él ser el único niño protestante en una escuela laica en la que sin embargo todos sus condiscípulos —aquí no puedo emplear el término “compañeros”— eran católicos.
Usted no puede imaginarse la virulencia de la intolerancia en aquellos años. Y al mismo tiempo se consideraban como algo meritorio y divertido lo que ahora vemos como auténticos crímenes. Por ejemplo, un maestro universitario, caballero cristiano decentísimo, padre de muchos hijos y pilar de la sociedad, nos invitaba a comer para vanagloriarse deportivamente ante nosotros sus alumnos de cómo, bajo otra identidad y promesa de matrimonio, seducía a sirvientas adolescentes y a muchachitas de las secundarias populares. Era como el cazador que presume de las liebres o las palomas abatidas en su última excursión de caza. Siempre me pareció algo terrible, pero tuve la cobardía de no reprochárselo y me arrepiento ya muy tarde.

—Entonces, ¿cree usted que la obra de Monsiváis es un largo ajuste de cuentas del niño que fue con ese México y todo lo que significa?
—Señalo el dato, de momento no me atrevo a hacer interpretaciones. Nada más le digo que esa situación tuvo su otra cara: el marginal que no participa en las diversiones de su edad es el lector y el espectador nato, por así decirlo. Además, y esto sí se ha apuntado, ese niño se forma en la Biblia de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, una obra maestra del Siglo de Oro a la que nunca se toma en cuenta como parte esencial de la gran literatura española, mientras para la mayoría de sus contemporáneos la prosa castellana era lo que leían en las más veloces y descuidadas traducciones, pagadas a un céntimo por línea...

***

Fragmento de una entrevista que JEP se hizo a sí mismo en torno a Carlos Monsiváis en sus 70 años, publicada en la revista Nexos en mayo de 2008.

Federico García Lorca

 


"Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol”.



martes, 27 de diciembre de 2022

Bukowski

 


Los campos crujen

con pájaros rojos;
son las 4:30 de
la mañana;
siempre son las
4:30 de la mañana,
y escucho a
mis amigos:
los basureros y
los ladrones,
y gatos soñando
pájaros rojos
y pájaros rojos soñando
gusanos,
y gusanos soñando
acompañado de los huesos de
mi amor,
y no puedo dormir,
y pronto llegará la mañana,
los trabajadores se despertarán,
y me buscarán en los muelles,
y dirán
“está borracho de nuevo,”
pero estaré dormido,
finalmente,
entre las botellas y
la luz del sol,
toda oscuridad detrás,
mis brazos extendidos como
una cruz,
los pájaros rojos
volando,
volando,
rosas que se abren en el humo,
y como algo
apuñalado
y cicatrizante
como
40 páginas a través de una mala novela,
una sonrisa sobre
mi cara de idiota

 Había una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción. 


Un día se enteró de que andaba buscándole el Ángel de la Muerte, y entonces hizo doce copias de sí mismo. 

El ángel no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los dejó a todos en paz y regresó al cielo. 

Pero no por mucho tiempo, porque, como era un experto en la naturaleza humana, se le ocurrió una ingeniosa estrategia. 

Regresó de nuevo y dijo: "Debe de ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo; sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto". 

El científico pegó un salto y gritó: "¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?". 

"Justamente aquí", respondió el ángel mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo. "Todo lo que hace falta para descubrir al 'ego' es una palabra de adulación o de crítica".

  La suerte no existe. Todo es un producto de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Nuestras vibraciones determinan lo que atraemos. Si fijamos en el polo positivo vienen cosas positivas.

    Todo lo que hacemos tiene su consecuencia, el problema es que no lo vemos al momento. Si empiezas a fumar a los 15 dentro de 40 años quizás te llegue un cáncer de pulmón. Si cada día haces ejercicio en lugar de tomarte una hamburguesa dentro un tiempo tendrás sobrepeso o lucirás unos bonitos abdominales.
    Muchas personas llegan un punto en su vida en el que se preguntan "¿y yo cómo he llegado hasta aquí?" Y deben saber que todo ha sido el efecto a una causa que iniciaron hace días, meses o años. Probablemente ya ni lo recuerdes, porque la suma de pequeñas causas puede crear un efecto muy grande. Por ejemplo si desvías la trayectoria de un barco en un grado, a las pocas millas no notarás la diferencia pero si el barco tiene que cruzar el océano para ir de España a América, probablemente nunca llegue a tocar el nuevo continente. Una acción por pequeña que sea provoca un efecto. Cada acción que emprendemos crea unas consecuencias en nuestras vidas y en nuestro entorno.

lunes, 26 de diciembre de 2022

El tonto duerme como si ya estuviera muerto, pero el maestro está despierto y vive eternamente. Está vigilante. Tiene claridad.  

 Simples y bellas afirmaciones. La verdad es siempre simple y siempre bella. Solo hay que ver lo simples que son estas dos afirmaciones... pero lo mucho que contienen. Mundos dentro de mundos, mundos infinitos. Está vigilante. Tiene claridad: Lo único que hay que aprender es a estar vigilante. ¡Vigila! Vigila todas tus acciones. Vigila todos los pensamientos que pasan por tu mente. Vigila todos los deseos que se apoderan de ti. Vigila incluso los pequeños gestos: andar, hablar, comer, tomar un baño. Sigue vigilándolo todo. Deja que todo se convierta en una oportunidad para vigilar. No comas mecánicamente, no te limites a engullir. Mantente muy alerta. Mastica bien y no dejes de estar alerta... y te sorprenderá lo mucho que te has perdido hasta ahora, porque cada bocado te proporcionará una enorme satisfacción. Si comes vigilantemente, la comida será más sabrosa. Incluso la comida vulgar sabe bien si estás alerta; y si no lo estás, ya puedes comer la comida más sabrosa, que no tendrá sabor porque no hay nadie que lo advierta. Simplemente, seguirás engullendo. Come despacio, con atención; cada bocado hay que masticarlo y saborearlo. Huele, toca, siente la brisa y los rayos de sol. Mira la luna conviértete en un estanque callado y, vigilante, y la luna se reflejará en ti con enorme belleza. Muévete por la vida manteniéndote en constante vigilancia. Se te olvidará una y otra vez. No te atormentes por ello; es natural. Durante millones de vidas, nunca has intentado estar alerta, así que es lógico y natural que te olvides una y otra vez. Pero en cuanto te acuerdes, vuelve a vigilar.

Fernando Pessoa

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 Fallé en todo.

Como no tuve propósito alguno tal vez todo fue nada.
Lo que me enseñaron
lo eché por la ventana del traspatio.
Ayer fui al campo con grandes propósitos.
encontré sólo hierbas y árboles
y la gente que había era igual a la otra.
Dejo la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?

¿Qué puedo saber de lo que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser esas mismas cosas que no podemos ser tantos!

¿Genio? En este momento
cien mil cerebros se creen en sueños genios como yo
y la historia no recordará, ¿quién sabe?, ni uno,
y sólo habrá un muladar para tantas futuras conquistas.
No, no creo en mí.
¡En tantos manicomios hay tantos locos con tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna ¿puedo estar en lo cierto?
No, en mí no creo.
¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo
genios-para-sí-mismos a esta hora están soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, de veras altas y nobles y lúcidas-
quizá realizables,
no verán nunca la luz del sol real ni llegarán a oídos de la gente?

domingo, 25 de diciembre de 2022

Mario Benedetti

 


Tal vez, el autor más citado cuando se trata de dedicar poemas de amor; versos que él escribió especialmente para la persona más importante de su vida: su esposa, Luz López Alegre.

El beso que enamoró a Benedetti

El escritor uruguayo conoció a Luz cuando aún era adolescente. El acto que tomó ella, y por el cual quedaría totalmente enamorado, se produjo en un mal momento de salud para Benedetti: la ocasión en que enfermó de tifus. Pero para entender cómo sucedió todo, tenemos que retroceder algunos años.

Con dos meses de fiebres y diarreas, que incluso provocaron que perdiera 14 kilos, Luz decidió ir a visitarlo a su casa y besarlo, en aquellos labios resecos y sin importarle que podría contagiarse: “Hasta el momento, yo no había creído que fuese tan tierna, inconsciente y osada”, diría en alguna ocasión. Finalmente, en 1946, Mario Benedetti y Luz López se casarían y vivirían enamorados durante 60 años.


https://www.sopitas.com/entretenimiento/100-anos-nacimiento-mario-benedetti-luz-inspiro-escritor-uruguayo-poemas/

Ernesto Sabato

 “Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa”.



 Amar algo en exceso conduce al despilfarro; A las riquezas amasadas las sigue el saqueo... Quien conoce la satisfacción nunca puede ser humillado; Quien sabe cuándo detenerse nunca puede ser perecedero: Perdurará largo tiempo. 

Tao Te Ching, poema 44

viernes, 23 de diciembre de 2022

    QUIEN dirige una mirada retrospectiva a su vida pasada, en particular cuando así lo hace en la vejez, experimenta una sensación singularmente ambigua. Le parece que concluye algo que aún sigue, sin embargo..

    Es propio de la filosofía que, cuanto más verdadera llega a ser, tanto menos puede redondearse y alcanzar cabal desarrollo en el tiempo.
    El sujeto pensante, cuando ha llegado a viejo es cuando menos se siente acabado. Como decía Kant: Cuando hemos llegado al punto donde podemos comenzar de veras, tenemos que irnos y dejar que se haga cargo otra vez el principiante.
    Se tiene conciencia de no haber dicho aún lo esencial, de no haber dado aún con lo decisivo que se anuncia.
    La mirada retrospectiva filosófica se torna, así, un mejor punto de partida para planear la labor futura. El ensanchamiento de la razón se halla al margen del ciclo biológico. A un hombre viejo —paradójicamente— puede parecerle que sus experiencias espirituales abren a su mirada horizontes nuevos.

jueves, 22 de diciembre de 2022

Sólo cuando uno se harta de su enfermedad puede librarse de la enfermedad. El Sabio nunca está enfermo, porque está harto de su enfermedad y, por consiguiente, no enferma. 

Tao Te Ching, poema 71

Fernando Savater



 “Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir”.


Lou Marinoff

  


Herman Hesse ganó el premio Nobel de Literatura, pero tiempo antes había contemplado seriamente la posibilidad de suicidarse, tan profunda era su convicción de que vivir no tenía sentido. Su talento como escritor surgió más tarde, pero hasta entonces no logró comprender su propósito, y sin éste su vida cotidiana carecía de significado. Sus libros exploraron los problemas de identidad personal, los significados internos y los propósitos ocultos de la vida, así como las pautas para el camino a la Iluminación. La dificultad de su propio camino iluminó sus escritos, que a su vez inspiraron a toda una generación, aunque fuera éste un propósito sin duda desconocido para él, durante sus primeros años de lucha. En último término, decidió mantenerse firme hasta que mejoraran las cosas.

    De usted depende el poco o mucho consuelo que encuentre en la noción de que, si puede armarse de paciencia y coraje (dos virtudes cardinales), se producirá un cambio. Somos casi siempre capaces de extraer significado y propósito de los acontecimientos, incluso de los más terribles, pero a veces necesitamos tiempo.



Jung

 


La vida del hombre es un intento arriesgado. Sólo cuantitativamente se le puede considerar como un fenómeno prodigioso. Es tan efímero, tan insuficiente, que es un milagro que pueda existir algo y desarrollarse. Esto me impresionó ya cuando era estudiante de medicina, y me pareció que sería un milagro no morir prematuramente. La vida se me ha aparecido siempre como una planta que vive de su rizoma. Su vida propia no es perceptible, se esconde en el rizoma. Lo que es visible sobre la tierra dura sólo un verano. Luego se marchita. Es un fenómeno efímero. Si se medita el infinito devenir y perecer de la vida y de las culturas se recibe la impresión de la nada absoluta; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve es la flor, y ésta perece. El rizoma permanece.

miércoles, 21 de diciembre de 2022



 Decálogo del Místico


1.- Estudia en la contemplación de ti mismo.

2.- Haz caso omiso a críticas o comentarios destructivos carentes de crecimiento interno.

3.- Siempre busca transmitir paz y conocimiento a todo aquel que a tu lado se encuentre.

4.- Busca en el silencio a un maestro y aliado, y no a un enemigo y/o a tu propio destructor.

5.- Evita los excesos tanto de bondad como de maldad, y mantente en un estado firme y fuerte de alerta interna a través de la meditación.

6.- Viaja ligero y no busques adquirir muchas cosas en el mundo, ya que ello te anclará al plano terreno.

7.- Estudia las artes herméticas, esotéricas y filosóficas, pero sobre todo comprendelas y adminístralas con amor.

8.- Conviértete en amo y señor de ti mismo, y no en esclavo del ego y la vanidad de lo banal del mundo.

9.- Siempre proporciona agua y alimento al viajero, ya que todos de alguna manera somos peregrinos de los mundos.

10.- Actúa en base a tus principios, pero sobre todo actúa con el corazón.

 Hace unos cuantos de años me encontraba en Londres estudiando ciertos aspectos de la mente humana. Un día, por casualidad, me enteré de que en uno de los museos de la ciudad se estaban exhibiendo una serie de modelos anatómicos del siglo XVII que procedían de Italia y que estaban hechos en cera. Cuando fui, no podía dar crédito al realismo que aquellas figuras tenían. Se podía seguir cada vaso arterial, venoso y linfático hasta el más mínimo detalle. Había modelos de órganos aislados y de cuerpos enteros. Yo, que soy un enamorado de la anatomía humana, estaba disfrutando muchísimo. De repente me fijé en que a unos diez metros de distancia de donde yo me encontraba, había una especie de arco y, más allá del arco, se veían lo que parecían cráneos de animales. Entré decidido en esa pequeña estancia y, efectivamente, en una de las paredes, en una pequeña estantería, estaban colocados unos cráneos de lobo. Me había dado cuenta de que a mi izquierda había dibujada, en otra de las paredes, una bella imagen del anfiteatro anatómico de Padua. En el anfiteatro de Padua es donde aprendieron algunos de los anatomistas más prestigiosos de la época, como el gran Vesalio. Sin duda, llegó a convertirse en el anfiteatro más famoso del mundo entero.

    En lo que no me fijé fue en que, a mi derecha, junto a la pared opuesta a la de la imagen del anfiteatro de Padua, había un banco en el que estaba sentado un chico de unos dieciocho años de edad. De forma completamente inadvertida por mi parte, le estaba tapando la visión del anfiteatro de Padua, al estar yo de pie en medio de ambos.
    Cómo sería el grito que me pegó para que me quitara, que una señora que también estaba viendo los cráneos empezó a temblar. Lo primero que experimenté fue un aumento brutal de la tensión en todo mi cuerpo y un aumento súbito de la frecuencia cardíaca y respiratoria. Noté la fuerza con la que contraía la mandíbula y la ira que sentía hacia aquel ser que me había tratado de una manera tan agresiva. Le miré con furia y percibí en unos instantes todo lo que encontraba de desagradable en él. De repente, como si me golpeara un rayo de cordura, fui plenamente consciente de que tenía una opción, la opción de perdonar, y en mi interior así lo hice. Puedo atestiguar lo que ocurrió porque yo sé que lo viví. Al hacer esa elección desapareció por completo y de forma inmediata toda la tensión que tenía en mi cuerpo, la mandíbula se aflojó, el corazón y la respiración se serenaron, y me invadió un profundo estado de calma y serenidad.
    Como médico, todas estas experiencias me dejan perplejo, porque soy conocedor de los cambios hormonales, musculares y viscerales tan tremendos que ocurren en una descarga de ira, y lo mucho que cuesta, incluso con medicación, reducir la tensión arterial o la simple tensión muscular. Que una simple elección, la de no buscar razones y justificaciones para contraatacar, tenga la capacidad de normalizar todo en un instante, incluso viviéndolo como yo lo viví, resulta difícil de creer. Sin embargo, lo que más me impactó no fue eso, sino que al mirar de nuevo a aquel joven, vi algo que antes no había visto y, de alguna manera, comprendí el sufrimiento que debía de experimentar para haber reaccionado de esa manera. Mi ira se convirtió en compasión, que no es lo mismo que lástima, ya que la compasión lo que implica es una conexión con el sufrimiento de la otra persona.
    Por alguna razón, tal vez esa persona se había sentido ignorada o despreciada por mí, y eso quizás activó algunos recuerdos dolorosos. Considero que mi falta de reacción tuvo algún impacto en aquel joven, ya que ahora me parecía que estaba más sereno y tranquilo.
    Aquel día aprendí algo muy importante, que, con mayor o menor acierto, intento aplicar cada día. Fui consciente de que los fuegos no se apagan con gasolina, sino con agua, y que eso implica parar la reacción automática por razonable que me parezca y elegir quién quiero ser en ese momento.
    Sé que solemos pensar que la clave de todo es «hacer» para así «tener» y luego «ser». Llevar a cabo algunas acciones para tener ciertas cosas que nos permitan, a su vez, ser conocidos, prestigiosos o felices. Creo que ése no es un esquema saludable y, que tal vez, podríamos invertirlo. Cuando lo primero que uno busca es el ser, el hacer es congruente con ese ser, y eso es lo que da lugar al tener. Sólo desde el ser equilibrado, auténtico, íntegro y compasivo pueden nacer acciones tan diferentes en su cualidad que acaban cristalizando en nuevas realidades. Es nuestro nivel de consciencia lo que determina nuestro nivel de ser. La consciencia ordinaria equivale al plano de lo razonable y, por eso, se hace lo que es lógico hacer y se obtiene lo que es sensato obtener. Cuando se accede al nivel de consciencia no ordinaria, se hace lo que se hace, no porque uno tenga razones, sino porque así lo elige y por eso se obtiene algo por una parte extraordinario y por otra inesperado.
    Resumen final
    Cuando trabajamos para actuar en base no a nuestras emociones sino a nuestras elecciones, es cuando actuamos en libertad.

Sequoyah

 


Posiblemente Sequoyah fue hijo de un comerciante inglés y una india cherokee. Se convirtió en platero, pero nunca aprendió a leer ni escribir en inglés. Consideraba su lengua materna importante para los suyos, el problema era que ésta sólo era transmitida de forma oral. Lo que pondría en peligro su supervivencia.

Sequoyah el cherokee que dio nombre a un árbol fue el inventor del silabario cherokee

Hacia el año 1809 comenzó a idear un sistema para que la lengua cherokee quedase plasmada en la escritura. Por este motivo, tras algunas pruebas que empezaron con pictogramas, crea el silabario cherokke. Compuesto por 86 símbolos que representaban todas las sílabas de la lengua cherokee.

Su hija le ayudó en la creación y difusión de su sistema. Padre e hija se encargaron de enseñar a los niños cherokee el silabario, para que pudieran hablar y escribir su lengua. Gracias a este aprendizaje la nación cherokee pudo comenzar a editar libros y periódicos en su idioma. Y se convirtió en lengua oficial en 1825. Posteriormente, intentó hacer un silabario universal para todas las tribus indias. Pero falleció en 1843 mientras realizaba un viaje a México, para buscar a indios allí desplazados. El árbol más grande del mundo la Secuoya gigante, recibe este nombre en recuerdo y conmemoración a este cherokee universal.

https://www.historia.com/magazine/sequoyah-cherokee-dio-nombre-arbol/

lunes, 19 de diciembre de 2022

Jordi Sierra i Fabra



Duermo cada día nueve horas. He de dormir mucho para estar bien físicamente. Nueve horas. De una de la madrugada a diez de la mañana, que es la hora en que me levanto. Nueve horas. Y me levanto y vivo ese día. En mis viajes he estado a punto de morir seis veces. Me he caído en avión tres. Una en Lhasa, en el Tíbet. Bueno, yendo a China. Otra es Johannesburgo, en Sudáfrica. Y otra en la Martinica. He estado a punto de morir en el terremoto de Chile de 2010. Escala 8,8, el octavo más grande de la historia. Yo estaba ahí, arriba del todo del rascacielos haciendo así. Tenía una sangre fría acojonante porque bajé vestido. Me vestí. Cogí el guion que estaba haciendo y el pasaporte. Bajé con el guion y el pasaporte, que era todo lo que me interesaba. Así que…
En la India una vez, en Amritsar, en el Punyab indio, unos paramilitares me cogieron, me pusieron allí en un paredón como si fueran a fusilarme. En Sri Lanka, en Colombo, atentado terrorista. En cambio, nunca lo he contado en mis libros. Es parte de mi vida. O sea, no lo uso. Te lo cuento a ti porque estamos aquí hablando en familia. ¿Me han hecho mejor o peor? Me han demostrado que tengo sangre fría. Porque el día que se caía el avión en Chengdú, éramos 30 españoles, y yo gritaba: «Tranquilos, no caemos, bajamos rápido, pero no caemos». Así que, la lección, no sé. Lecciones tal y cual… Hoy. Vive hoy. Vive hoy. Siente hoy. Enamórate hoy. Una vez di una charla hablando del amor y un amigo mío me dijo al cabo de tres meses: «Jordi, ¿sabes que aquel día después de oírte hablar llamé a mi padre y le dije «Papá, nunca te lo he dicho, pero te quiero mucho» y se murió al cabo de una semana? Sin ti no le habría dicho a mi padre que le quería, nunca se lo había dicho». Entonces ese día le ayudó.

FREEMAN DYSON

 


Cuanto más examino el universo y estudio los detalles de su arquitectura, mas pruebas hallo de que el universo debe de haber sabido de algún modo que veníamos. 


Miguel Hernández



 "Si me muero, que me muera

con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas"

domingo, 18 de diciembre de 2022

Jung



 “El hombre moderno no comprende hasta qué punto su “racionalismo” (que ha destruido su capacidad de responder a símbolos e ideas numinosos) lo ha puesto a merced del “inframundo” psíquico. Se ha liberado de la "superstición" (o eso cree él), pero en el proceso ha perdido sus valores espirituales hasta un grado peligrosamente positivo. Su tradición moral y espiritual se ha desintegrado, y ahora está pagando el precio de esta ruptura en la desorientación y disociación mundial”. 



Jean Paul Sartre

 


"Dostoievsky escribe: "Si Dios no existiera, todo estaría permitido". Este es el punto de partida del existencialismo. En efecto, todo está permitido si Dios no existe y, en consecuencia, el hombre está abandonado, porque no encuentra ni en sí ni fuera de sí una posibilidad de aferrarse. No encuentra ante todo excusas. Si, en efecto, la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar la referencia a una naturaleza humana dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre es libre, el hombre es libertad. Si, por otra parte, Dios no existe, nos encontramos frente a nosotros valores u órdenes que legitimen nuestra conducta. Así, no tenemos ni detrás ni delante de nosotros, en el dominio luminoso de los valores, justificaciones o excusas. 

Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace".

-Jean-Paul Sartre. [El existencialismo es un humanismo]

sábado, 17 de diciembre de 2022

 ¿qué conocimientos y aptitudes queremos que tengan nuestros hijos en 2030? De este modo, en lugar de anticiparnos y adaptarnos, nos estaríamos concentrando en marcar el rumbo y crear. En lugar de preguntarnos qué debemos hacer para ganarnos la vida con uno u otro trabajo absurdo, deberíamos reflexionar sobre cómo queremos ganarnos la vida. Ésta es una cuestión que ningún observador de tendencias sabe responder. ¿Cómo iban a saberlo? Sólo siguen las tendencias, no las crean. Esa parte nos compete a nosotros. Para responder esta pregunta, necesitaremos examinarnos a nosotros mismos y nuestros ideales. ¿Qué queremos? ¿Más tiempo para los amigos, por ejemplo, o para la familia? ¿Para el trabajo de voluntariado? ¿El arte? ¿Los deportes? La educación futura debería prepararnos no sólo para el mercado laboral, sino sobre todo para la vida. ¿Queremos frenar el sector financiero? Entonces quizá deberíamos dar a los economistas en ciernes alguna instrucción sobre filosofía y moral. ¿Queremos más solidaridad entre razas, sexos y grupos socioeconómicos? Pues empecemos en la clase de ciencias sociales. Si reestructuramos la educación en función de nuestros nuevos ideales, el mercado de trabajo seguirá con entusiasmo nuestros pasos. Imaginemos que añadimos más filosofía, historia y arte a los planes de estudio. Sin duda, aumentará la demanda de filósofos, historiadores y artistas. Es lo que, en 1930, John Maynard Keynes imaginó para 2030. El incremento de la prosperidad (y la robotización del trabajo) acabará por permitirnos «valorar los fines por encima de los medios y preferir lo bueno a lo útil». El propósito de una semana laboral más corta no es tanto que todos podamos tumbarnos a no hacer nada, sino que podamos dedicar más tiempo a las cosas que realmente nos importan. Al final, no es el mercado ni la tecnología, sino la sociedad, la que decide lo que de verdad tiene valor. Si queremos que en este siglo todos nosotros nos enriquezcamos, necesitaremos liberarnos del dogma de que todo trabajo es significativo. Y, ya que estamos en ello, librémonos también de la falacia de que un salario más alto refleja automáticamente un mayor valor social. Entonces, es probable que nos demos cuenta de que, en términos de creación de valor, ser banquero no compensa.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Ken Wilber

 


A través de los siglos, de manera independiente pero en perfecta armonía los unos con los otros (como si se tratara de las partículas de un gas ideal), los místicos han descrito la experiencia única de su vida en términos que pueden resumirse en la frase “Deus factus sum: Me he convertido en Dios”>>.

No se trata de que mi ego particular sea Dios –nada más alejado de ello–, sino de que en el núcleo más íntimo de mi conciencia mi yo intersecta directamente con lo eterno. Y es esa directa intersección, esa conciencia mística, lo que tanto interesaba a estos pioneros de la física.