martes, 16 de junio de 2020

Un discípulo suplica a su viejo Maestro: 
-¡Por favor, ayúdeme a vencer los límites de mi Yo personal! 
-¿Quieres que en verdad te ayude? ¡Entonces vete de aquí! ¡Fuera! 
-¡Pero lo necesito, Maestro! ¿Por qué me grita con tanta crueldad? 
-Observa con atención... 

EN ESE MOMENTO entra un pájaro entra en el cuarto por un pequeño agujero que hay en un cristal roto. 
Enloquecido, vuela chocando contra las paredes, tratando de salir. 
El anciano espera a que el avecilla, extenuada, se pose cerca del pequeño agujero. 
De pronto lanza un fuerte grito y el pájaro se escapa por ahí. 

-Este animal va a pensar siempre que el grito que le di era agresivo, malvado, feo, cruel. 
Sin embargo es ese grito el que le ha dado la libertad... 
Tú me pides que te libere cuando yo sé que eres tú mismo y sólo tú quien puede liberarse. 
Te irás, es posible que me detestes toda tu vida. 
Sin embargo te he enseñado que el primer acto para llegar a ti mismo es dejar de ser dependiente... 
Para que lo comprendas mejor te voy a contar una historia: 

«Un joven como tú decide burlarse del oráculo de Delfos. Atrapa un pajarito y lo oculta bajo su toga. 
Se acerca al oráculo y dice: “El pájaro que llevo oculto ¿está muerto o vivo?”, 
con la intención de matar al ave si el oráculo le dice “Está vivo”, para demostrarle que se equivoca.
 El oráculo le responde: “¡Basta! ¡De ti depende que el pájaro esté muerto o vivo!”».



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