jueves, 30 de octubre de 2025

馃巸 Halloween: de Samhain a la cultura pop


> Buenas noches. Esta es una historia sobre sombras que se niegan a morir. Sobre una noche en la que los vivos encienden luces no para ver, sino para no ser vistos. Una celebraci贸n que cruz贸 oc茅anos, religiones y siglos para recordarnos que, al final del d铆a, todos jugamos a enga帽ar a la muerte… aunque solo sea por una noche.

Cuando pensamos en Halloween, solemos imaginar un desfile de disfraces estrafalarios, bolsas llenas de dulces y casas decoradas como si los muertos estuvieran en huelga por mejores condiciones de susto. Sin embargo, la historia nos ofrece una verdad m谩s profunda y antigua. Halloween no naci贸 en Hollywood, sino en los verdes campos de la Europa celta, hace m谩s de dos mil a帽os.

Los celtas celebraban el fin del verano con una ceremonia llamada Samhain, en la noche del 31 de octubre. Era un momento liminal: el inicio de un a帽o nuevo y la transici贸n hacia la oscuridad del invierno. Se cre铆a que en esa noche el velo entre los vivos y los muertos se volv铆a delgado. Esp铆ritus, ancestros y seres del Otro Mundo caminaban entre los mortales. Para protegerse —o confundirse con ellos— la gente encend铆a hogueras y usaba m谩scaras.

Samhain era una advertencia y un consuelo:
somos mortales, pero no estamos solos.

Con el paso de los siglos, el cristianismo trat贸 de domesticar esos ritos paganos. El Papa Gregorio III movi贸 el D铆a de Todos los Santos al 1 de noviembre, bautizando la v铆spera como All Hallows’ Eve: la noche de todos los santos. El nombre se transform贸 con el tiempo hasta convertirse en Halloween.

Pero aunque cambiaron los nombres y las oraciones, el simbolismo sobrevivi贸. La conexi贸n con los muertos sigui贸 siendo el coraz贸n de la tradici贸n, oculto bajo la nueva liturgia.

En el siglo XIX la historia dio un vuelco transatl谩ntico. Debido a la Gran Hambruna, millones de irlandeses emigraron a Estados Unidos y llevaron consigo su manera de entender el 31 de octubre. Con ellos viajaron leyendas, supersticiones y la costumbre de tallar nabos para espantar a los esp铆ritus. En Am茅rica descubrieron un fruto ideal para ese prop贸sito: la calabaza. As铆 naci贸 el Jack O’Lantern como lo conocemos hoy.

Fue entonces cuando Estados Unidos hizo su magia cultural:
transformar un ritual espiritual en una fiesta masiva.

Los dulces, los disfraces de superh茅roes, los concursos de decoraci贸n y el cine de terror convirtieron a Halloween en un fen贸meno global. Lo que hab铆a sido una ceremonia 铆ntima para convivir con la muerte se transform贸 en una celebraci贸n de fantas铆a, comercio y diversi贸n.

馃幁 Una tradici贸n que sigue respirando

> Debajo del disfraz moderno late un coraz贸n celta que se niega a apagarse.

Mucho antes de que existieran los suburbios con luces naranjas y las tiendas de disfraces, nuestros antepasados utilizaban el miedo como herramienta para comprender la vida. Halloween, en esencia, es un ritual para recordar que la oscuridad existe, pero que tambi茅n podemos re铆rnos de ella.

Incluso hoy, al ver a un ni帽o disfrazado de monstruo pedir dulces, hay algo de Samhain en su peque帽o teatro:
la idea de que conocer a la muerte nos permite seguir viviendo sin temblar.

馃 Conclusi贸n

Halloween no es un invento estadounidense, aunque Estados Unidos lo convirti贸 en espect谩culo mundial. Es una tradici贸n que ha sobrevivido tres mil a帽os, adapt谩ndose para que la sigamos celebrando.

Lo que festejamos cada 31 de octubre es la persistencia cultural de los pueblos que, siglos antes de nosotros, aprendieron a bailar con sus fantasmas.

Porque, al final, todos lo hacemos:
la muerte est谩 invitada a la fiesta, pero le pedimos que vuelva ma帽ana.


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