sábado, 21 de septiembre de 2024


Te digo adiós, amor, y no estoy triste.

Gracias, mi amor, por lo que ya me has dado,

un solo beso lento y prolongado

que se truncó en dolor cuando partiste.


No supiste entender, no comprendiste

que era un amor final, desesperado,

ni intentaste arrancarme de tu lado

cuando con duro corazón me heriste.


Lloré tanto aquel día que no quiero

pensar que el mismo sufrimiento espero

cada vez que en tu vida reaparece

ese amor que al negarlo te ilumina.

Tu luz es él cuando mi luz decrece,

tu solo amor cuando mi amor declina.


Rafael Alberti

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