viernes, 31 de mayo de 2024

 El 13 de diciembre de 1988 moría María Teresa León aquejada de una enfermedad que le borró los recuerdos. Para los libros de texto y para los  homenajes era la mujer de Rafael Alberti. Pero la verdad olvidada es que estamos ante una escritora excepcional de cuyos escritos apenas hay rastro en la red y cuyos libros están, sobre todo, descatalogados. Fue además una intelectual combativa cuya memoria se esfuerza hoy por recuperar su hija Aitana.


En 1956 Rafael Alberti publicó Retorno de lo vivo lejano, uno de sus poemarios más hermosos. Escrito desde el exilio argentino, quiero pensar que este poema, "Retorno del amor recién aparecido", lo escribió pensando en María Teresa León.

Cuando tú apareciste,
penaba yo en la entraña más profunda
de una cueva sin aire y sin salida.
Braceaba en lo oscuro, agonizando,
oyendo un estertor que aleteaba
como el latir de un ave imperceptible.
Sobre mí derramaste tus cabellos
 y ascendí al sol y vi que eran la aurora
cubriendo un alto mar de primavera.
Fue como si llegara al más hermoso
puerto del mediodía. Se anegaban
en ti los más lucidos paisajes:
claros, agudos montes coronados
de nieve rosa, fuentes escondidas
en el rizado umbroso de los bosques.
Yo aprendí a descansar sobre tus hombros
y a descender por ríos y laderas,
a entrelazarme en las tendidas ramas
y a hacer del sueño mi más dulce muerte.
Arcos me abriste y mis floridos años,
recién subidos a la luz, yacieron
bajo el amor de tu apretada sombra,
sacando el corazón al viento libre
y ajustándolo al verde son del tuyo
Ya iba a dormir, ya a despertar sabiendo
que no penaba en una cueva oscura,
braceando sin aire y sin salida.
Porque habías al fin aparecido.

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