lunes, 11 de septiembre de 2023

Gabriel Rolon

 El mundo globalizado tiende a adormecernos incentivando deseos que no son propios. Se escuchan frases de este estilo: «Tenés tu coche, tu casa, ahora que te podés relajar ¿para qué vas a pintar o estudiar otra carrera? Dedicate a viajar y disfrutar, vos que tenés la vida asegurada». Pocas veces he oído una expresión tan desacertada como esa: ¿quién tiene la vida asegurada en un mundo donde existe la muerte? Quienes dicen eso no entienden que el verdadero sentido no está en relajarse obedeciendo los mandatos sociales, sino en ir en dirección a nuestro deseo más profundo, preguntarnos qué nueva hazaña podemos realizar para lograrlo. Saber de la muerte nos motiva a la vida; no hay tanto tiempo para jugarse por los sueños.

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