Ahora existen pruebas científicas de su estado de alerta. Si el leñador llega con un hacha en la mano y con la intención deliberada de cortar el árbol, todos los árboles que le ven venir se echan a temblar. Ahora existen pruebas científicas de ello; lo que digo no es poesía, cuando digo esto estoy hablando de ciencia. Ahora existen instrumentos para medir si el árbol es feliz o desdichado, si tiene miedo o no, si está triste o extático. Cuando llega el leñador, todos los árboles que lo ven se echan a temblar. Son conscientes de que la muerte ronda cerca. Y el leñador todavía no ha cortado ningún árbol, solo se está acercando... Una cosa más, mucho más extraña: si el leñador va simplemente de paso, sin la idea deliberada de talar un árbol, a ningún árbol le entra miedo. Es el mismo leñador, con la misma hacha. Parece que su intención de talar un árbol afecta a los árboles. Esto significa que se ha comprendido su intención; significa que sus vibraciones están siendo descifradas por los árboles. Hay otro hecho significativo que se ha observado científicamente. Si penetras en el bosque y matas un animal, no saló el reino animal de los alrededores se siente sacudido; también los árboles. Si matas un ciervo, todos los ciervos de las proximidades sienten la vibración de la muerte y se entristecen; un gran temblor se apodera de ellos. De pronto sienten miedo sin ningún motivo concreto Puede que no hayan visto cómo matabas al ciervo, pero de algún modo, de un modo sutil, resultan afectados... instintivamente, intuitivamente. Pero esto no afecta solo a los ciervos... afecta a los árboles, afecta a los loros, afecta a los tigres, afecta a las águilas, afecta a las hojas de hierba. Se ha producido un crimen, un acto de destrucción, una muerte... y todo lo que hay cerca resulta afectado. El hombre parece ser el más dormido...
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