La palabra es cada vez menos sagrada, menos verdadera, menos humana y menos poderosa. Estamos como en tiempos de Confucio. Necesitamos recuperar el significado de la palabra, la verdad de la palabra, la magia de la palabra; sólo entonces podremos mirar de frente a la vida y al mundo y gritar con fuerza lo que somos, lo que creemos y lo que amamos Sólo entonces seremos auténticos oradores y la gente nos oirá, y nos respetará. Si tu palabra es técnicamente perfecta, pero humanamente pobre, entonces carece de poder. Si nace de las órbitas internas de tu ser, podrá llegar a las órbitas íntimas de los demás; pero si nace de órbitas superficiales, sólo podrá llegar a órbitas superficiales de los demás. El discurso que más interesa es cuando el orador habla de las cosas a través de sí mismo. Cuando dice lo que cree, lo que anhela, lo que ama y por qué cree, anhela y ama. Es decir, cuando se define valientemente. El poder del lenguaje radica en que las palabras son idea, imagen y sentimiento. El mayor poder del lenguaje es el subliminal (lenguaje inconsciente) que entra en la mente en forma sutil y luego actúa con plena autonomía. El lenguaje directo suele chocar con las defensas de las personas, por lo que se recomienda el lenguaje indirecto y sugerente; de este modo las personas no se sienten aludidas, ni amenazadas y permanecen en actitud receptiva. Pensamos, soñamos y creamos en base a palabras; de aquí la importancia de cultivar un lenguaje positivo y de calidad. Los triunfadores se alimentan de lecturas, de palabras y de pensamientos de éxito. Mientras que los fracasados viven lamentándose, quejándose y culpando a la gente y al destino de sus desgracias. Los pensamientos negativos y el lenguaje negativo son los poderes más destructivos de la tierra. "El buen orador sabe jugar con las palabras; conoce sus secretos, su significado, su música, su poder; posee la habilidad para construir con ellas un camino que lleva al corazón y a la inteligencia de las personas" “Cuando hables procura que tus palabras sean mejores que tus silencios”
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