–¿Estás casado? –¿Acaso no soy un hombre? –contestó con fastidio¬– ¿Acaso no soy un hombre? Que es decir: ciego. Yo también di de cabeza en el hoyo en que cayeron los que me han precedido. Me vine cuesta abajo. Me convertí en padre de familia. Edifiqué una casa. Tuve hijos. Y mucho engorro. ¡Pero bendito sea el santuri!
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