El inconsciente es ante todo una curiosa memoria […] cuando se trata de un recuerdo inconsciente, su lugar de aparición no es necesariamente la mente. Puede manifestarse a través de actos impulsivos, como una serie de torpezas o incluso por una elección amorosa. Hablando con propiedad, esa vuelta al pasado no es mental sino en acto. En los asuntos del corazón no elegimos sino lo impuesto y no queremos sino lo inevitable.
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