Volviendo a la pregunta anterior, el porqué de las cosas suele estar en un acto pasado, y traerlo al presente probablemente no sirva para cambiarlo. No sé muy bien de dónde viene la creencia de que cuando sepamos por qué nos ha pasado algo o por qué hacemos lo que hacemos podremos cambiarlo. Lo que sí sé es que intentar saberlo requiere mucha energía y es poco útil. Eso me suena a: «Vete a tu cuarto a reflexionar y hasta que no sepas por qué te hemos castigado no salgas». Descubrir el porqué es muy útil si te interesa el conocimiento per se, pero preguntarse el porqué una y otra vez sólo ayuda al subconsciente a buscar razones por las que seguir haciendo lo que hacemos o seguir sintiéndonos como nos sentimos. En el caso de mi amiga, preguntarse el porqué era darle al subconsciente el permiso para justificar el acto de criticar una y otra vez, y así seguir con ese hábito bajo excusas como: «Criticas porque los demás lo hacen y así te sientes aceptada» o bien: «Criticas porque muchas veces no tienes nada que decir y así rompes el silencio». Puras justificaciones. Las respuestas a las preguntas que empiezan por «¿por qué?» suelen ser una excusa o una creencia y no nos ayudan a cambiar. Si, en vez de eso, formulamos la pregunta: «¿Cómo hago para cambiarlo?», el subconsciente tiene una tarea completamente distinta, que es buscar maneras de cambiar la situación. De esta manera la atención está en el cambio y lo que obtenemos son las formas de hacerlo
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