martes, 5 de julio de 2022

 Te aseguro que me resulta deprimente constatar la extrema degradación moral que ha conseguido ejercer el estado organizado sobre la gente, llegando al extraño delirio de hacerles creer que un sistema artificial y contranatural basado en la mentira y el crimen (el estado) es necesario e imprescindible, mientras que el “sistema” natural es utópico y prescindible. Aún más conmovedor resulta la imbecilidad -porque realmente lo es- de suponer  que el establecimiento del orden natural es un proceso lento o imposible, cuando se establece por sí solo con tal de eliminar el crimen institucionalizado -el estado- de nuestras vidas. Lo que sí es casi un conjuro satánico es haber podido llegar a establecer algo tan ponzoñoso, contraético y antieconómico como es el régimen estatal. Igualmente apabullante desde el punto de vista de la irracionalidad es pensar que desmantelar el estado sea un proceso largo y doloroso, cuando se reduce a detener y juzgar a las mafias estatales, cosa que puede hacerse en pocos días y sin mayor problema. La única dificultad es la ignorancia y el lavado de cerebro a que está sometida la población. El problema es de índole cognitiva y psicológica, pero en modo alguno es de tipo práctico. Lo único que necesitamos para conseguir la libertad y la prosperidad es que la verdad haga perecer y esfumarse a las ideologías, que son siempre falsas por definición, pues todas van en contra de las leyes naturales. 


- Sydney d'Agvilo

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