A lo largo del camino espiritual, los bloqueos y las tentaciones aparecen, al igual que las dudas y los temores. Clásicamente, han sido denominados "pruebas" que surgen del ego, que no gusta renunciar al dominio. Esas son superadas por la reafirmación de las metas y el compromiso, así como reforzando y contrapesando tales principios, como la dedicación, la tenacidad, la constancia, el coraje, la convicción y la intención. Cuanto mayor sea el desafío, mayor es el despliegue de la fuerza interna, la decisión y la determinación. Por la persistencia y la disciplina, puede verse que la tentación es una opción simplemente rechazada en lugar de un impulso que pida ser atacado o negado.
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