En cierto sentido, el curso mismo de la vida es injusto para todos. Una solución que se me ha ocurrido para este problema es vivir la vida hacia atrás. Podríamos empezar por morirnos y sacarnos eso de encima, y entonces iríamos rejuveneciendo. Encontré un poema maravilloso que habla de ello. Es de Norm Glass y apareció en un folleto informativo del Life Center de Indianápolis: La vida al revés La vida es dura. Tienes que dedicarle mucho tiempo, incluidos los fines de semana, ¿y con qué te encuentras al final de ella? Con la muerte, vaya recompensa. Creo que el ciclo de la vida está al revés. Primero tendrías que morirte y salir del paso. Entonces, vivir veinte años en un hogar de ancianos, de donde te echan cuando has rejuvenecido demasiado. Te regalan un reloj de oro, luego vas a trabajar, y trabajas cuarenta años, hasta que seas lo bastante joven para gozar de tu jubilación. Entonces vas a la universidad, y te diviertes hasta el momento del bachillerato. Te vuelves un chiquillo y juegas, no tienes responsabilidades. Te conviertes en un niño pequeño que vuelve a entrar en el útero y se pasa los últimos nueve meses flotando. Y terminas por ser un resplandor en los ojos de alguien
No hay comentarios:
Publicar un comentario