lunes, 28 de marzo de 2022

 Una maravillosa historia del antiguo vocero del gobierno Tip O’Neill revela lo que puede suceder cuando uno menosprecia a las personas. Contó que un día de elecciones, una vecina anciana se le acercó después de votar y le dijo: —Tip, voté hoy por ti aunque no me lo pediste. O’Neill se sorprendió. —Señora O’Brien—dijo—, la conozco de toda mi vida. Le saqué la basura, le corté la grama, recogí la nieve por usted. No creí que tuviera que pedírselo. —Tip—dijo ella en tono maternal—, siempre es agradable que se lo pidan a uno. O’Neill indicó que jamás olvidó ese consejo. Valorar a las personas es el primer paso en el proceso de conexión, y tiene beneficios adicionales. Cuando les expresa a las personas que no las menosprecia, terminan haciendo lo mismo por usted.

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