Ya he dicho que Dios nos envía señales cuando vamos por el buen camino. En La comedia humana, de William Saroyan, hay una escena en que dos hermanos van por la calle. Uno de ellos tironea al otro por la manga y le señala un centavo que brilla en el suelo: «Un centavo -dijo Homer-. Recógelo, Ulysses, que trae buena suerte. Y guárdalo siempre.» Y Ulysses recogió el centavo, y al mirar a su alrededor vio que todos le sonreían por su buena suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario