Uno de los primos de Fanny era un famoso virtuoso del violín, Joseph Joachim, en cuya educación tanto ella como Hermann desempeñaron un papel decisivo. Le adoptaron cuando tenía doce años y le enviaron a estudiar con Félix Mendelssohn. Cuando el compositor preguntó qué debía enseñarle, Hermann Wittgenstein replicó: «¡Sólo déjele respirar el mismo aire que usted!»
El comentario de su abuelo a Mendelssohn iba a encontrar eco muchos años más tarde en Ludwig Wittgenstein, cuando éste urgía a uno de sus estudiantes de Cambridge, Maurice Drury, a que dejara la universidad. «Para usted», le dijo, «no hay oxígeno en Cambridge.» Opinaba que a Drury le iría mejor consiguiendo un empleo entre la clase obrera, donde el aire era más saludable. Con respecto a sí mismo —su propia decisión de permanecer en Cambridge—, la metáfora encuentra un giro interesante: «Para mí esto no tiene importancia», le dijo a Drury, «yo fabrico mi pro pio oxígeno.»
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