sábado, 9 de octubre de 2021

 


 Me interesó la lectura desde muy pronto, por una historia que me leyeron, de Hans Christian Andersen, que fue La Sirenita, y no sé si lo recuerdan pero La Sirenita es muy triste. La sirenita se enamora del príncipe, pero no puede casarse con él, porque ella es sirena. Y es tan triste que no puedo contarte los detalles. Pero bueno, tan pronto como terminé la historia me fui afuera y caminé dando vueltas y vueltas a la casa donde vivíamos, en la casa de ladrillos, e hice una historia con mi propio final feliz, porque pensé que se lo debía a la sirenita, y por alguna razón se metió en mi cabeza que sólo había sido hecha para que yo encontrara una historia diferente para mí; no iba a ir para todo el mundo, pero sentí que lo había hecho mejor, y de ahora en adelante, la sirenita se casaría con el príncipe y viviría por siempre feliz, lo que era como su postre, porque ella había hecho cosas terribles para ganarse al príncipe, su favor. Ella tuvo que renunciar a su cola. Tuvo que conseguir piernas que las personas ordinarias tienen y caminan, pero para ella cada paso que daba era doloroso. Estuvo dispuesta a hacer esto para ganar al príncipe. Así que pensé que merecía más que la muerte en el agua. Y no me preocupé de que a lo mejor el resto del mundo no conociera esta nueva historia, porque sentí que se había publicado tan pronto como la pensé. Así que, ahí tienes, fue un principio temprano en la escritura. Dinos, ¿cómo aprendiste a contar una historia, y a escribirla? Inventaba historias todo el tiempo, hacía grandes caminatas a la escuela, y durante esas caminatas generalmente inventaba historias. Conforme crecí las historias eran más y más sobre mí misma, como heroína en una situación u otra, y no me molestaba que esas historias no fueran a ser publicadas al mundo inmediatamente, y ni siquiera sé si pensaba que otras personas las conocerían o leerían. Era la historia misma, generalmente una historia muy satisfactoria desde mi punto de vista, con la idea general de la valentía de la sirenita, de que ella era sagaz, que en general era capaz de hacer un mundo mejor, porque ella saltaba para estar ahí, y tenía poderes mágicos y cosas así. ¿Era importante que la historia se contara desde la perspectiva de una mujer? Nunca pensé que eso fuera importante, pero nunca pensé en mi misma como siendo otra cosa que mujer, y hay muchas buenas historias de niñas pequeñas y mujeres. Después de que llegué quizás a la adolescencia, era más sobre ayudar al hombre a que consiguiera satisfacer sus necesidades y demás, pero cuando era una niña pequeña no me sentía inferior por el hecho de ser mujer. Y esto puede haber sido porque viví en una parte de Ontario donde las mujeres son las que más leen, las que más cuentan historias, los hombres estaban afuera haciendo cosas más importantes, no les interesaban las historias. Así que me sentía a mis anchas en casa. ¿Cómo te inspiró ese ambiente? Sabes, creo que no necesitaba inspiración, yo pensaba que las historias eran tan importantes en el mundo, y quería crear algunas de estas historias, y quería seguir haciéndolo, y no tenía que ver con otros; y no necesitaba decirle a nadie, y no fue hasta mucho después que me di cuenta de que sería interesante si una de ellas llegara a auditorio más grande. ¿Qué es importante para ti cuando cuentas una historia? Bueno, obviamente, en esos días lo importante era un final feliz. Yo no toleraba los finales infelices, cuando menos para mis heroínas. Y después que comencé a leer cosas como Cumbres Borrascosas, y tenían lugar finales muy pero muy infelices, cambié mis ideas por completo y me fui por los finales trágicos que podía disfrutar. ¿Qué puede ser tan interesante al describir la vida en una pequeña ciudad canadiense? Tú tienes que estar ahí. Pienso que cualquier vida puede ser interesante, cualquier ambiente puede ser interesante. No creo que pudiera haber sido tan valiente si hubiera vivido en una ciudad, compitiendo con personas que puede ser que tengan un nivel cultural más elevado. Yo no tuve que tratar con eso. Era la única persona que conocía que estaba escribiendo historias, aunque no se las contaba a nadie, y hasta donde yo sabía, cuando menos durante un tiempo, era la única persona que podía hacer esto en el mundo. ¿Siempre tuviste confianza en lo que escribías? Por mucho tiempo, estuve con poca confianza mientras crecía y conocí a otras pocas personas que escribían. Entonces me di cuenta de que el trabajo era más difícil de lo que había esperado. Pero nunca renuncié a ello, era simplemente algo que hacía. ¿Cuándo comienzas una historia, tienes ya todo el argumento? Si, pero muchas veces cambia. Comienzo una trama, y trabajo en ella, y entonces veo que va hacia otro lado y que pasan cosas conforme voy escribiendo, pero al menos tengo que tener para comenzar una noción bastante clara de la idea que tratará la historia. ¿Qué tanto te consume la historia cuando comienzas a escribir? Oh, mucho. Pero sabes, siempre tuve el almuerzo para mis hijos ¿no? Era un ama de casa, así que aprendí a escribir en los tiempos muertos, y no creo que jamás renunciara a ello, aunque hubo ocasiones en que me descorazoné, porque comencé a ver que las historias que escribía no eran tan buenas, y que tenía mucho que aprender y que era un trabajo mucho más duro que lo que me había imaginado. Pero no me detuve. No creo que lo haya hecho jamás. ¿Cuál es la parte más difícil cuando quieres contar una historia? Creo que probablemente sea esa parte en donde tienes que ir revisando la historia y te das cuenta de que es mala. La primera parte, la excitación, la segunda, muy bien, pero entonces te levantas un día y piensas “qué tontería” y es cuando realmente tienes que ponerte a trabajar en ella. Y para mí, siempre sentí que eso era lo correcto, era mi culpa que la historia fuera mala, no era culpa de la historia. ¿Cómo la cambias si no estás satisfecha? Trabajando mucho. Trato de buscar una mejor manera de explicarlo. Tienes a los personajes a los que no les has dado una oportunidad, y tienes que pensar en ellos o hacer algo diferente con ellos. En mis primeros tiempos, tenía a una prosa floreada, y gradualmente aprendí a quitarlo del camino. Así que tienes que pensar en ella, y encontrar más y más de qué trata la historia, lo que tu creías entender al principio, pero que en realidad, tenías mucho que aprender de ella. ¿Cuántas historias has tirado? ¡Ja!, cuando era joven tiraba todas. No tengo idea, pero no he hecho eso en años recientes. Generalmente sabía que era lo que tenía que hacer para darles vida. Pero puede haber todavía lo que yo creo que es un error y simplemente tienes que olvidarte de ello. ¿Alguna vez has lamentaste tirar una historia? No lo creo, porque para entonces ya he entrado en agonía a causa de ella, sabiendo que no funcionó desde un principio. Pero como digo, no sucede con frecuencia. El envejecer ¿Cambia tu escritura? Oh, bueno, de manera muy predecible. Comienzas escribiendo de estas princesas jóvenes y después escribes de amas de casa con niños y después de mujeres ancianas, y así sigue; sin que necesariamente quieras hacer algo para cambiar esto. Tu visión cambia. ¿Crees que has sido importante para otras escritoras, siendo un ama de casa, pudiendo compaginar la escritura con las labores del hogar? No lo sé, de hecho, esperaría que sí. Creo que fui hacia otras escritoras cuando fui joven, y que eso fue un gran estímulo para mí, pero si he sido importante para otras no lo sé. Creo que las mujeres de este tiempo lo tienen, no diría que más fácil, pero si es más aceptable hoy en día que la mujer haga algo importante, no solo jugar con algo mientras todos los demás salen de casa, sino que realmente puede ser seria con respecto a escribir, como escribiría un hombre. ¿Qué impacto crees que puedas tener en quien lea tus historias, especialmente las mujeres? Bueno, quiero que mis historias emocionen a las personas, no me importa si son mujeres, hombres o niños. Quiero que mis historias sean algo que lleve a los demás a decir no sólo “oh, eso es verdad” sino que sientan una recompensa de mi escritura, y eso no quiere decir que tenga que haber un final feliz ni mucho menos, sino que todo en la historia mueva al lector de tal manera que sientas que eres diferente cuando termines de leerla. ¿Quién piensas que eres? ¿Qué ha significado esa expresión para ti? Bueno, crecí en el campo y crecí con personas que eran escocesas-irlandesas, y era una idea común no tratar mucho, nunca pensar que eras inteligente. Había otra imagen que era popular: “Ah, tú crees que eres inteligente”. Y para hacer algo como escribir, tenías que pensar que eras inteligente, por un tiempo, pero yo fui una persona peculiar. ¿Fuiste feminista temprana? Nunca supe de la palabra “feminista”, pero si que lo era, porque de hecho crecí en una parte de Canada donde las mujeres podían escribir con más facilidad que los hombres. Los escritores grandes, importantes serían varones, pero saber que las mujeres escribían historias no las perjudicaba, como si lo hacía con los hombres. Bueno, eso fue muy allá en mi juventud, no es la manera en que se dan las cosas ahora. ¿Habría cambiado tu escritura si hubieras acabado tus estudios universitarios? Ciertamente que si, me podrían haber hecho más cautelosa y mucho más temerosa de ser una escritora, porque mientras más sabía de lo que las personas habían hecho, naturalmente me acobardaba. Quizás hubiera pensado que no podía hacerlo, pero no creo que hubiera pasado, en verdad, quizás por un tiempo, pero entonces, yo tenía tantas ganas de escribir que simplemente hubiera ido hacia adelante para tratar de cualquier manera. ¿Es el escribir un don que te ha sido dado? No creo que las personas alrededor de mí hubieran pensado eso, pero nunca pensé en él como un don, sino simplemente algo que podía hacer, si trataba con la suficiente insistencia. Así que si fue un don, no fue uno fácil, no después de La Sirenita. ¿Alguna vez dudaste, alguna vez pensaste que no eras lo suficientemente buena? ¡Todo el tiempo, todo el tiempo! Tiré más cosas de las que mandé o terminé, y todo eso continuó hasta mis veintitantos. Pero aún estaba aprendiendo a escribir como quería hacerlo. Así que no, no fue algo fácil. ¿Qué significó tu madre para ti? Oh, mis sentimientos acerca de mi madre son muy complicados, porque ella estaba enferma, tenía la enfermedad de Parkinson, necesitaba mucha ayuda y su habla era difícil, las personas no entendían lo que estaba diciendo, y aún así era una persona muy gregaria, que quería ser parte de la vida social, y esto no era posible para ella precisamente por los problemas de lenguaje. Así que me avergonzaba de ella, y la amaba pero de cierto modo no quería que me identificaran con ella, ni quería sobresalir y decirle a la gente las cosas que ella quería que les dijera. Era difícil de la misma manera en que cualquier adolescente pensaría de su padre que ha sido lisiado de algún modo. Te gustaría verte totalmente libre de estas cosas. ¿Ella te inspiró de alguna manera? Pienso que si pero probablemente no de maneras que yo pudiera notar o entender. No puedo recordar un momento en el que no estuviera escribiendo mis historias; por ejemplo, no las escribía, pero las contaba; no a ella, o a nadie. Pero mi madre leía, y mi padre también…Mi madre, pienso, hubiera apoyado más a alguien que quisiera ser escritor. Ella hubiera pensado que era una vocación admirable, pero las personas alrededor de mí no sabían que yo quería ser una escritora, porque no dejé que lo descubrieran porque me parecía que para la mayoría de las personas hubiera sido ridículo. Porque la mayor parte de las personas que conocía no leían, tomaban la vida de manera práctica y mi idea era que mi vida debía estar apartada de las personas que conocía. ¿Ha sido difícil contar una historia verdadera desde la perspectiva de una mujer? No, para nada, porque es la manera en que pienso, y ser mujer es algo que nunca me molestó. Sabes, es algo especial crecer como yo lo hice, donde si alguien leía, eran las mujeres. Si alguien tenía una educación, con frecuencia eran las mujeres; hubiera sido una maestra o algo así, y en vez de ser más algo cerrado para las mujeres, el mundo de la lectura y escritura estaba más abierto a las mujeres que a los hombres, pues los hombres eran campesinos o estaban haciendo otro tipo de trabajo. ¿Y fuiste educada en un hogar de la clase trabajadora? Si. ¿Y es así donde tus historias comienzan también? Si. No me di cuenta de que era un hogar de clase trabajadora, simplemente miré donde estaba y escribí sobre ello. ¿Y algunas veces sentiste que tenías que escribir en un tiempo determinado, viendo una agenda, atendiendo a los niños, cocinando la comida? Bueno, escribía cuando podía, y mi primer marido me ayudó mucho, para él la escritura era algo admirable. El no pensaba que fuera algo que las mujeres no podían hacer, como muchos de los hombres que conocí después, y lo tomaba como algo que quería que yo hiciera y nunca me alejó de ello. Fue muy divertido tener una librería, porque cuando nos mudamos aquí, determinados a tener una librería, todo mundo creyó que estábamos locos y que moriríamos de hambre, pero no fue así. Trabajamos muy duro. ¿Qué tan importante fue para ustedes la librería, cuándo comenzó todo? Fue nuestro medio de vida. Era todo lo que teníamos. No teníamos ninguna otra forma de ingreso. El primer día que abrimos ganamos 75 dólares. Lo que pensarías que era mucho, y lo era, pero nos tomó un largo tiempo volver a ganar esa cantidad. Yo solía sentarme detrás del escritorio y buscaba los libros para los clientes, y hacía todo lo que haces en una librería. Generalmente lo hacía todo yo, y las personas venían y hablábamos mucho de libros. Era un lugar donde las personas solían reunirse más que llegar a comprar de inmediato algo, y esto sucedía sobre todo de noche, donde yo estaría ahí sentada sola, y todas estas personas venían en la noche, hablándome de algo, y era grandioso. Fue muy divertido. Hasta este punto, yo sólo había sido un ama de casa, estuve en casa todo el tempo, y era también una escritora, pero esta fue una maravillosa oportunidad de entrar en el mundo. No creo que hiciéramos mucho dinero, posiblemente platicaba demasiado con la gente, sabes, en vez de hacer que compraran libros, pero fue un tiempo fantástico en mi vida. Los visitantes me decían: sus libros me recuerdan a mi casa. Si, vivo justo en el sur de Amsterdan. Muchas gracias, hasta luego. ¡Piensa en esto! Bueno, amo cuando alguien se te acerca así, cuando no es sólo conseguir el autógrafo, sino que te dicen por qué. ¿Quieres que las mujeres jóvenes sean inspiradas por tus libros y se inspiren también para escribir? No me importa lo que sientan tanto como que disfruten lo que están leyendo. Quiero que las personas encuentren más disfrute y no tanto inspiración. Eso es lo que quiero: que las personas disfruten mis libros, que piensen que se relacionan con sus propias vidas de distintas maneras. Pero eso no es lo principal. Lo que estoy tratando de decir, creo, es que no soy una persona política. ¿Eres una persona culta? Probablemente. No estoy segura de que significa, pero pienso que lo soy. Parece que tienes un punto de vista muy simple de las cosas. ¿Lo tengo? Bueno, si. Leí en algún lado que quieras que las cosas se expliquen de manera sencilla. Si. Pero no pienso que quiera explicar las cosas de manera más sencilla; es sólo la manera como escribo. Pienso que de manera natural pienso de manera sencilla, sin pensar que quiero hacerlo más sencillo. ¿Alguna vez has tenido periodos donde no has sido capaz de escribir? Si, los he tenido. Dejé la escritura, ¿cuándo fue?, probablemente hace un año, pero esa fue una decisión, no fue tanto que quisiera escribir y no pudiera, fue una decisión que quería comportarme como el resto del mundo. Porque cuando estás escribiendo estás haciendo algo que las demás personas no saben que estás haciendo, y no puedes hablar de ello, y siempre te encuentras en este mundo secreto, y después estás haciendo otra cosa en el mundo normal. I me estoy cansando un poco de esto. He hecho esto toda mi vida, absolutamente toda mi vida. Cuando estoy en compañía de escritores que son más académicos, entonces yo me sonrojaba un poco porque no podría escribir así. No tengo ese don. ¿Es como tener una manera diferente de contar una historia? Si, y nunca trabajé en eso, ¿cómo lo diré?, de manera consciente. Bueno, sin duda era consciente y trabajé de manera que me era confortable y me gustaba lo que así, más que seguir algún tipo de idea. ¿Alguna vez te viste ganando el Premio Nobel? ¡Oh,no! ¡Yo era una mujer! Pero hay mujeres que lo han ganado, lo se. Es solo que amo el honor, lo amo, pero no pienso de esa manera, quizás porque la mayoría de los escritores probablemente desestiman su trabajo, especialmente después de que lo han hecho. No vas diciéndole a tus amigos “probablemente gane el premio Nobel”. ¡No es una manera común de llegar a saludar a alguien! ¿Alguna vez miras hacia atrás y lees alguno de tus primeros libros? ¡No, me temo que no! Porque probablemente me entraría una urgencia terrible para cambiar un poco aquí y un poco allá, e incluso lo he hecho en algunos ejemplares de mis libros, pero me doy cuenta de que no importa porque no han cambiado afuera. ¿Hay algo que le quieras decir a las personas en Estocolmo? Oh, quiero decirles que estoy tan agradecida por este honor, que nada, nada en el mundo me podría hacer tan feliz como esto. ¡Gracias!

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