Nietzsche escribió alguna vez que una importante diferencia entre el hombre y la vaca es que la vaca sabe cómo existir, cómo vivir sin angustia, es decir, miedo, en el dichoso presente, sin sentir la carga del pasado ni conocer los terrores del futuro. Pero nosotros, desafortunados humanos, nos atormentamos tanto con el pasado y el futuro, que sólo podemos deambular brevemente en el ahora. ¿Sabes por qué anhelamos tanto los días de oro de la niñez? Nietzsche dice que es porque esos eran días despreocupados, libres de aflicciones, antes de que empezáramos a cargarnos con recuerdos dolorosos, con restos del pasado.
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