miércoles, 17 de marzo de 2021

 


Friedrich Nietzsche describió la carcajada como una reacción a la soledad existencial. Freud tenía una visión más positiva (algo

insólito en él), y afirmaba que la risa
libera la tensión y la energía psíquica.
El problema de todas estas definiciones,
claro, es que no sirven para nada. No
hay manera de medir la energía psíquica
ni la soledad existencial, ni la habrá.
Quizá por eso a Thomas Hobbes le
agradaba confundir aún más las cosas al calificar la risa como «el deleite que
surge al descubrir de repente alguna
eminencia en nosotros».

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