Prepararse como es debido para el futuro consiste en adoptar buenos hábitos personales. Esto se hace persiguiendo activamente el bien en todos los aspectos de la vida cotidiana y examinando regularmente las razones que te mueven, para asegurarte de que están libres de las trabas del miedo, la avaricia y la pereza. Si lo haces, los acontecimientos externos dejarán de zarandearte. Ejercita tus intenciones en lugar de engañarte a ti mismo pensando que puedes manipular los acontecimientos externos. Si la oración o la meditación te sirven de ayuda, practícalas. Pero el consejo divino búscalo solamente cuando la aplicación de tu propia razón no produzca ninguna respuesta, cuando hayas agotado los demás medios. ¿Qué es un acontecimiento «bueno»? ¿Qué es un acontecimiento «malo»? ¡Tales cosas no existen! ¿Qué es una buena persona? La que alcanza la tranquilidad tras adoptar el hábito de preguntarse en toda ocasión «¿qué es lo correcto?».
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