Todos hemos tenido situaciones en nuestra vida en las que hemos sido traicionados, traumatizados, manipulados o abusados de una manera u otra. Cuando algo así ocurre, nuestros sistemas de alarma internos se encienden, y al hacerlo, porque el evento es tan amenazador o doloroso, el cerebro congela el cuadro y toma una instantánea del evento externo. Llamamos a esto una memoria a largo plazo. El efecto secundario es que se desencadenan las emociones de supervivencia. Debido a que esos químicos son tan desagradables, hacemos lo que podemos para evitarlos. Al tratar de evitarlas, seguimos reviviendo y revisando la memoria del evento una y otra vez, y ahora estamos atascados en un círculo de pensamiento y sentimiento de las mismas emociones que no queremos sentir.
viernes, 11 de diciembre de 2020
Como resultado, toda nuestra percepción del mundo se basa en ese recuerdo. Esto es lo que mantiene al cuerpo conectado con el pasado. Al aferrarse a algún problema y mantener la atención en el evento pasado o en la persona que sientes que es responsable de tu dolor, estás permitiendo que esa persona o evento te mantenga emocionalmente como un rehén. Eso significa que estás regalando tu energía, tu poder de crear, y tu fuerza vital a algo fuera de ti.
La buena noticia es que ahora sabemos que, mientras estás sentado en la meditación, si en lugar de permitirte esas emociones incómodas, devuelves tu cuerpo a la seguridad del momento presente, entonces bajarás el volumen a esas emociones. Al hacerlo, le dices al cuerpo que ya no es la mente emocional. Comienzas a romper el vínculo energético con esa persona, o experiencia dolorosa. Cuando haces esto suficientes veces, ya no estás gobernado por las emociones negativas porque has desviado tu atención de ellas. Al no sentir más esas emociones, naturalmente dejarás de pensar en ellas. Eso es el perdón.
Podríamos decir que el perdón se está moviendo a un nivel mayor de conciencia donde ya no estamos siendo definidos por los problemas de nuestro pasado. El verdadero perdón es romper la carga emocional y el vínculo energético con nuestro doloroso pasado. Lo que te queda en cambio es un recuerdo y una memoria sin la carga emocional es sabiduría. Ahora estás listo para crear un nuevo futuro
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