viernes, 4 de diciembre de 2020

 Antes de que estallara la II Guerra Mundial y de que los nazis sembraran el horror, tres mujeres tuvieron que huir de Alemania, empujadas por los prejuicios que imperaban en aquella época: el antisemitismo y el rechazo hacia ellas, que no anhelaban otra cosa que adentrarse en el mundo de la ciencia, a priori, “un mundo de hombres”. De esta manera, a las físicas Lise Meitner, Hertha Sponer y Hedwig Kohn no les quedó otra opción que exiliarse a Estados Unidos, una tarea que no fue fácil las obligó a dejar atrás todo lo que habían conseguido en su país. Antes de su partida, fueron las únicas mujeres que lograron la habilitación, un título que les permitía impartir clases en la universidad alemana. Asimismo, dedicaron su tiempo a la investigación. Kohn, por su parte, fue una de las pioneras en este ámbito y su trabajo versó en determinar cuantitativamente la intensidad luminosa. De esta forma, contribuyó a la espectroscopia atómica y molecular.

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