viernes, 20 de noviembre de 2020

Epicteto

 En verdad nada nos puede ser arrebatado. No hay nada que perder. La paz interior comienza cuando dejamos de decir, a propósito de las cosas, «lo he perdido», y en su lugar decimos «ha regresado al lugar de donde vino». ¿Ha muerto tu hijo? Él o ella ha regresado al lugar de donde vino. ¿Tu marido o tu esposa han muerto? Él o ella ha regresado al lugar de donde vino. ¿Te han arrebatado posesiones y propiedades? Éstas también han regresado al lugar del que vinieron. Tal vez estás enfadado porque una mala persona ha robado tus pertenencias. ¿Pero por qué debería preocuparte quién devuelve tus cosas al mundo que te las dio? Lo importante es ser muy cuidadoso con las cosas que tienes mientras el mundo te permite tenerlas, tal como un viajero cuida de su habitación en una posada.

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