miércoles, 14 de octubre de 2020

 Las decisiones son difíciles por muchas razones, algunas de las cuales sacuden la base misma del ser. En su novela Grendel, John Gardner cuenta acerca de un hombre sabio que resume sus meditaciones sobre el misterio de la vida en dos postulados simples pero terribles: “Las cosas se desvanecen; las alternativas excluyen.” Al primer postulado, la muerte, ya me he referido. El segundo, “las alternativas excluyen”, es una llave importante para entender por qué toda decisión es difícil. Invariablemente, una decisión involucra un renunciamiento: por cada sí debe haber un no. Cada decisión elimina o mata otras opciones (la raíz de la palabra decidir contiene la muerte, como en los vocablos homicidio o suicidio)

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