viernes, 25 de septiembre de 2020

John C Maxwell

 


Un estilista de Hollywood recibió en una ocasión una llamada desesperada de una joven actriz que necesitaba le arreglaran el cabello para una gran fiesta de celebridades. El estilista se apresuró en llegar a la casa de la mujer, dio un vistazo a lo que la mujer llevaba puesto, tomó un trozo de listón que hacía juego y se puso a trabajar de inmediato; en media hora, sin usar nada más que un cepillo y el listón, creó una obra de arte.

Cuando dio vuelta a la joven mujer para que pudiera verse en el espejo, ella dijo:
-Oh,es maravilloso.Gracias!¿Cuánto le debo?
-Tres mil dólares -respondió el estilista.
-iQué!-gritó- No le pagaré tres mil dólares por un trozo de listón.
Se miraron fijamente sin parpadear.
- Bien-dijo él al fin, y con ello, tiró del listón de su cabello mientras ambos veían cómo los mechones caían en un alborotado caos, para después, entregárselo y decir:
- El listón es gratis.

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