¿Qué poeta no ha soñado con su muerte? ¿Qué poeta no la ha representado en imágenes? Ay, si he de morir, que sea, mi amor, contigo, y en llamas convertido, sólo ardor, res-plandor.,. ¿Creéis que fue sólo un juego casual de la fantasía el que llevó a Jaromil a imaginarse su muerte entre las llamas? De ninguna manera; y es que la muerte es un mensaje; la muerte habla; el hecho de la muerte tiene su propia semántica y no da lo mismo el modo en que el hombre muera y en qué elemento muera.Jan Masaryk encontró su muerte cayendo desde la ventana de un palacio de Praga después de ver que su destino se rompía contra la dura quilla de la Historia. Tres años más tarde el poeta Konstantin Biebl, perseguido por aquellos a quienes había considerado sus camaradas, se arroja desde un quinto piso y cae sobre el empedrado de esa misma ciudad (la ciudad de las defenestraciones) para morir como Ícaro en la dura tierra y representar con su muerte la trágica discordia del espacio y el peso, del despertar y el sueño.El Maestro Jan Hus y Giordano Bruno no podían morir por la cuerda o la espada, sino únicamente en la hoguera. Sus vidas se convirtieron así en una señal de fuego, en la luz de un faro, en una antorcha que ilumina hasta muy lejos en el tiempo; porque el cuerpo es temporal y el pensamiento eterno y el ser tembloroso de la llama es la imagen del pensamiento. Jan Palach, que veinte años después de la muerte de Jaromil se roció con gasolina en una plaza de Praga y se prendió fuego, difícilmente hubiera podido gritar a la conciencia de la nación muriendo ahogado.En cambio Ofelia es inconcebible entre las llamas y tuvo que morir entre las aguas, porque la profundidad del agua representa lo mismo que la profundidad en el hombre; agua es el elemento mortal de los que se han perdido dentro de sí mismos, en su amor, en sus sentimientos, en su locura, en sus espejos y en sus remolinos; en el agua se ahogan las muchachas de las canciones populares cuando su amado no regresa de la guerra; al agua se tiró Harriet Shelley; en el Sena se ahogó Paul Celan.
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