[Angus Hall, Signs of Things to Come, pág. 17]
miércoles, 19 de agosto de 2020
¡ Hombre al agua!
A J.B. Priestly, el novelista y dramaturgo inglés, le
fascinaban los enigmas filosóficos y psicológicos del
tiempo, y reunió muchos relatos de sus amigos sobre
el tema. Uno de ellos se lo contó sir Stephen King-Hall,
otro escritor que había sido muchos años oficial de
la marina.
El acontecimiento que sir Stephen recordaba tan vivamente tuvo lugar en 1916, durante la Primera Guerra Mundial. Servía entonces a bordo del Southampton y el día en cuestión estaba de guardia. Cuando el
navío y el convoy al que daba escolta se acercaban a
una pequeña isla frente a la costa escocesa, sir Stephen tuvo la premonición de que un hombre estaba
a punto de caer por la borda. Se apresuró a dar órdenes para disponer el rescate, pero, como aún no había ocurrido tal cosa, hubo inmediata contraorden del
comodoro, que le preguntó: "¿Qué diablos hace usted?" Sir Stephen continuaba así su relato:
Estábamos frente a la isla. Yo no sabía qué
responder, Navegábamos a 20 nudos y rebasamos la
pequeña isla en unos segundos. ;No ocurrió nada!
Mientras me esforzaba por decir algo, nos llegó el
grito de "¡Hombre al agua!" dado en el
Nottingham (el buque que nos seguía a unos cien
metros), que entonces estaba a su vez frente a la
isla. Treinta segundos más tarde se oyó el
";Hombre al agua!" del Birmingham (el tercer
buque de la formación, que entonces pasaba frente a
la isla). Retrocedimos a toda velocidad, arriamos un
bote casi al instante y recogimos a ambos hombres.
Entonces pude explicar al fin a una oficialidad
asombrada por qué había hecho lo que hice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario