“Descartes constatará brevemente la unión del alma y el cuerpo y preferirá pensarlos por separado porque así están claros para el entendimiento. La ‘mezcla’ del alma y del cuerpo es por el contrario el dominio de Montaigne, no se interesa más que por nuestra condición real, y su libro describe exhaustivamente este hecho paradójico que somos nosotros. Es decir que piensa en la muerte, contrapartida de nuestra encarnación. De viaje, nunca se para en un sitio sin preguntarse que bien pudiera caer enfermo y morir tranquilamente. ‘Siento que la muerte me atenaza continuamente la garganta o los riñones’. Ha hablado muy bien contra la meditación de la muerte. Deforma y falla su objetivo, porque concierne sólo a la muerte lejana, y la muerte lejana es más dura, puesto que está en todas partes en nuestro porvenir, que la muerte presente, que avanza ante nuestros ojos en forma de acontecimiento. No se trata de corromper la vida por el pensamiento de la muerte. Lo que le interesa, a Montaigne, no es lo patético de la muerte, su fealdad, los últimos suspiros, el aparato fúnebre, motivos habituales de los discursos sobre la muerte, imágenes de la muerte para uso de los vivos. ‘Estos no consideran la muerte en sí, no la juzgan: no paran su pensamiento en esto; corren, apuntan a un nuevo ser’. Los que escuchan los consuelos de un sacerdote, levantan los ojos y las manos al cielo, rezan en voz alta, ‘rehúyen la lucha, apartan de la muerte su consideración, como se distrae a un niño cuando se le quiere pinchar con la lanceta’. Montaigne quiere que nos demos cuenta del no-ser con una mirada seca, y que, conociendo la muerte completamente desnuda conozcamos la vida también desnuda. La muerte es ‘el acto de un solo personaje’. Ella recorta en la masa confusa del ser esta zona particular que somos nosotros, pone en evidencia esta inagotable fuente de opiniones, de sueños y de pasiones que animaba secretamente el espectáculo del mundo, y así nos enseña mejor que cualquier otro episodio de la vida el azar que nos ha hecho existir y que nos hará desaparecer.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario