lunes, 7 de septiembre de 2020

Massimo Pigliucci

Séneca habla de esto de manera directa, habla de que estar demasiado ocupados no es bueno, y el motivo es que nos distrae de las cosas que de verdad importan. No todo es importante, solo porque estés haciendo algo no significa que sea algo bueno, algo útil, interesante o significativo. Por eso, los estoicos tienden a centrarse y prestar atención a lo que hacen y, sobre todo, por qué lo hacen. Estar ocupado porque sí o para aparentar estar ocupado es una tontería. Todo el mundo puede estar ocupado haciendo cosas sin sentido o que no sirven para nada. Preguntémonos lo siguiente: “Si hoy fuera mi último día, ¿querría estar haciendo esto?”. Este es uno de los ejercicios que proponemos mi amigo Greg y yo en el nuevo libro, pedimos a la gente pasar una semana prestando atención a lo que hacen durante el día para por la noche hacer una lista de, al menos, tres actividades a las que dediquen varias horas y preguntarse, primero, si esas actividades están mejorando sus vidas y segundo, si querrían hacerlas si fuera su último día de vida. Es un ejercicio interesante, no es necesario tomárselo literalmente, no está diseñado para que nos pongamos a pensar muy seriamente en nuestro último día, sino que es un experimento. Por ejemplo, si hoy he pasado mucho rato en redes sociales, ¿querría pasar así mi último día en este mundo? Seguramente no.
La mayoría de gente diría que no. Bueno, pues si la respuesta es que seguramente no, podemos quitarle tiempo a eso, es una señal de que es una actividad a la que no queremos dedicar tantas horas. Estar ocupado simplemente por estarlo, estresarnos por mandar un mensaje a los demás de que valemos para algo, de que nuestro tiempo es valioso… No tiene sentido. Primero que nada, los estoicos dirían que lo único que está bajo nuestro control son nuestras opiniones, juicios y decisiones, y no las de los demás. Así que las opiniones de otros pueden ser interesantes si aprendemos de ellas, pero no son más que eso, sus opiniones, no las controlamos. Y si nos pasamos la vida intentando que opinen bien de nosotros, hacernos famosos, etcétera, estamos desperdiciando muchísimo tiempo. Porque la fama es muy voluble, puede que hoy seas famoso y hablen bien de ti, y que mañana todo el mundo se ponga en tu contra, dependiendo de cómo cambien las cosas, cómo cambie la cultura, cómo cambie la gente… Es una pérdida de tiempo. Deberíamos centrarnos en lo que de verdad nos importa y preguntarnos: “¿Por qué me importa esto? ¿Qué estoy haciendo y por qué?”.

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