"Encontré la definición de la belleza -la belleza, para mí-. Es algo ardiente y triste, algo un poco vago, que deja libre curso a la conjetura. Voy a aplicar, si se quiere, mis ideas a un objeto sensible, al objeto, por ejemplo, más interesante de la sociedad, a un rostro de mujer. Un rostro seductor y bello, es decir, un rostro de mujer, es un rostro que hace soñar, al mismo tiempo -pero de forma confusa-, de voluptuosidad y de tristeza; que comporta una idea de melancolía, de cansancio, de saciedad -o la idea contraria, es decir, el ardor, el deseo de vivir asociado con una amargura que vuelve, como nacida de la privación o de la desesperanza-. El misterio, la nostalgia, son también rasgos de la belleza".
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