domingo, 14 de junio de 2020
Jordi Sierra i Fabra
Me lo han preguntado todo. Una vez, en una escuela colombiana en la que me dijeron que corría peligro por si me secuestraban (fui igualmente y te juro que sin miedo, como he ido a muchas partes y me he metido en muchos líos porque el que tiene miedo deja de ser él y se convierte en un instrumento al servicio de los demás) y en la que dos grupos de escolares ese día habían sellado una tregua para no llevar armas, porque querían que fuera a hablarles, un chico me preguntó qué era para mí la felicidad. Nunca me habían preguntado eso, y lo hacía un chico que podía estar muerto al día siguiente. Le dije que la felicidad, para mí, era estar hablando allí con él, los dos, libres, yo visitando su colegio en una zona peligrosa, y él habiendo renunciado a la violencia por un día. Yo era feliz de estar allí. Y me consta que hice un pequeño milagro, que conseguí que hicieran esa tregua y se acercaran a algo desconocido para ellos. Hoy en día, seis años después, puedes pasear por esa zona sin miedo. Tienes que dar tus luces para vencer las sombras de los que no pueden superarlas.
http://www.eltemplodelasmilpuertas.com/entrevista/jordi-sierra-fabra/85/
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