jueves, 17 de diciembre de 2020

Jane Goodall

Así que… Poco a poco, el mundo está empezando a cambiar. ¿Nos queda tiempo? No sé si quedará mucho tiempo, pero vivo con la esperanza de que sí. Es la razón por la que viajo trescientos días al año por todo el mundo. Siento que vine a este mundo con una misión. Y, bueno, parece que presuma de ello, pero cuando doy una charla, sé que cambia a la gente, porque vienen a decírmelo. Ojalá hubiera otra persona aquí sentada para hablaros del impacto de las charlas de la doctora Jane. Pero estoy yo, y tengo que decirlo, porque es mi razón de ser. ¿Por qué tengo esperanzas? En primer lugar, los jóvenes. Ya has oído a un joven, aquí presente, cómo ayuda a los gatos. Él es solo uno de cientos de miles de jóvenes. Y no es que puedan cambiar el mundo, es que están cambiándolo. Hacen proyectos para ayudar al medio ambiente, hacen proyectos para ayudar a la gente, a los migrantes, van a residencias de ancianos, hacen voluntariado en hospitales para llevar alegría a los niños enfermos de cáncer, por ejemplo. Otro motivo para la esperanza es nuestro asombroso intelecto. Estamos empezando a usarlo para buscar formas de vivir en armonía con la naturaleza mediante nuestros inventos tecnológicos.

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