lunes, 15 de junio de 2020

Christophe Munzihirwa

AFRICA/CONGO RD - La vida de Mons. Munzihirwa interpela nuestras ...
Tres valores presiden su vida y su muerte: la libertad, cénit de su denuncia de las injusticias y de su total independencia del poder político; la fraternidad, fruto de un amor sin límites que no distinguía entre clases ni etnias; y el martirio, consecuencia de su voluntad irreductible por permanecer al lado de los que más sufrían.
Fue voz de los sin voz, grito en el desierto, testigo incómodo de un nuevo genocidio ante el que no tuvo miedo y supo reaccionar. Murió por haberse entregado a sus hermanos hasta el fin y, en mitad de la barbarie y el sufrimiento del pueblo ruandés. Murió por haber sido inmensamente coherente y por no haber caído en la tentación del silencio. Murió por haber apostado hasta el extremo por Cristo y por su mensaje de amor.
Aquellos que lo condenaron y lo ejecutaron siguen hoy gobernando en Ruanda y en el Congo, siguen hoy perpetuando la barbarie y el sufrimiento de la población que habita en la región de los Grandes Lagos. Sólo entienden de violencia y por eso creyeron que la verdad se acalla con las armas. Pero ellos no saben que Munzihirwa no ha muerto. Su mensaje sigue ahí, vivo, candente, presto a ser enarbolado, presto a ser arrojado por amor contra los que sólo saben provocar sufrimiento. Sigue ahí, porque en la lucha por la verdad y la justicia está la esperanza, está Dios.

 La mejor forma de llorar un muerto es trabajar su campo. 
C. Munzihirwa

https://solidaridad.net/christophe-munzihirwa-martir-de-la-esperanza1897/

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