martes, 30 de junio de 2020

Idea Vilariño

Idea Vilariño: Entre tus brazos, entre mis brazos, entre las ...
Mi cansancio
mi angustia
mi alegría
mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.

Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.

Jordan Peterson

En ocasiones, cuando una persona tiene una mala opinión de sí misma —o quizá cuando se niega a responsabilizarse de su propia vida— elige, a la hora de conocer a gente, exactamente al mismo tipo de individuos que en el pasado le resultaron problemáticos. Se trata de personas que piensan que no merecen nada mejor, así que directamente no lo buscan. O tal vez no quieren asumir las molestias que algo mejor representaría. Freud lo denominó «compulsión de repetición». Consideraba que era un impulso inconsciente de repetir los horrores del pasado: unas veces, para formularlos de forma más precisa o para intentar dominarlos de forma más activa; otras, por simple falta de alternativas. La gente crea su propio mundo con las herramientas que tiene a su alcance y unas herramientas defectuosas producen resultados defectuosos. El uso repetido de las mismas herramientas defectuosas produce los mismos resultados defectuosos. Es así como aquellos que no han sacado ninguna lección del pasado quedan condenados a repetirlo. En parte es el destino; en parte, la incapacidad; y en parte..., ¿las pocas ganas de aprender?, ¿la negativa a aprender?, ¿que tienen «sus motivos»?

André Breton

Amazon.com: All my life, my heart has yearned for a thing ...
Composición surrealista escrita, o el borrador primero y definitivo

Hazte traer con qué escribir, después de haberte instalado en un lugar lo más favorable posible para la concentración del espíritu en sí mismo Colócate en el estado más pasivo o receptivo que puedas. Haz abstracción de tu genio, de tus talentos y del de todos los demás. Dí bien alto que la literatura es uno de los más tristes caminos que conducen a todo. Escribe velozmente, sin tema previo, con tal rapidez que te impida recordar lo escrito o caer en la tentación de releerlo. La primera frase vendrá sola, puesto que cada segundo hay una frase, ajena a nuestro pensamiento consciente, que pugna por manifestarse. Es bastante difícil pronunciarse sobre el caso de la frase siguiente, la que sin duda participa a la vez de nuestra actividad consciente y de la otra, si se admite que el haber escrito la primera frase implica un mínimo de percepción. Pero esto no debe preocuparte, porque allí reside en su mayor parte el interés del juego surrealista. Siempre sucede que la Puntuación se opone a la absoluta continuidad del flujo verbal, aunque parezca tan indispensable como la distribución de los nudos en una cuerda vibrante. Continúa así todo el tiempo que te plazca. Confía en el carácter inagotable del murmullo. Si el silencio amenaza imperar aprovechando la menor falla — que se podría llamar falla de distracción — , tacha entonces sin vacilar una línea demasiado clara, y a continuación de la palabra cuyo origen es sospechoso, coloca una letra cualquiera, la /, por ejemplo, y siempre la /, retornando de ese modo a lo arbitrario al imponer dicha letra como inicial del vocablo que ha de venir.

Julio Cortázar

Frases célebres de libros clásicos para reflexionar
«Y por qué no, por qué no había que buscar a la Maga, tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y oliva que flotaba sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, nos íbamos por ahí a la caza de sombras, a comer papas fritas al Faubourg St. Denis, a besarnos junto a las barcazas del canal Saint-Martin. Con ella yo sentía crecer un aire nuevo, los signos fabulosos del atardecer o esa manera como las cosas se dibujaban cuando estábamos juntos y en las rejas de la Cour de Rohan los vagabundos se alzaban al reino medroso y alunado de los testigos y los jueces...»

lunes, 29 de junio de 2020

José Emilio Pacheco

10 frases de José Emilio Pacheco - Revista Caras
Como si nada
Ya pasó todo
y ahora
nos vemos y nos hablamos como si nada,
como si nada hubiera devorado lo que ocurrió entre nosotros.

Yukio Mishima

Por medio de la observación microscópica y la proyección ast ...

Nacido en 1925, de seguir vivo Yukio Mishima sería un escritor reverenciado, mitificado, aupado desde Occidente por intelectuales y marginales de ultraderecha a partes iguales.
Un ser, una contradicción continua. Tardó un año en planificar el asalto a un cuartel militar y suicidarse. Quizás el más grande de los escritores japoneses del siglo XX, dotado de un fino olfato literario en el que sumaba a su calidad estilística (densa, profunda, agobiante en lo espiritual) la capacidad para plantearlo todo psicológicamente.
Hijo del gran desarrollo industrial y nacional japonés anterior a la Segunda Guerra Mundial, Mishima arrancó a escribir a los doce años, y desde entonces no frenó: su legado abarca novelas (cerca de 40), obras de teatro (18), varios libros de relatos (un total de veinte con decenas de cuentos) y multitud de ensayos (otra veintena). Pero sólo algunos tienen la capacidad de ser auténticas obras de Mishima, que supo sacar partida y tajada de su obra antes del final ansiado y soñado.

Julio Ramon Ribeyro


"La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?… Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad".

Walter Riso

 Buscar, indagar, no resignarse a la rutina y desperdiciar las opciones placenteras que la vida ofrece. No hablo de dejarse llevar desesperadamente por el deseo, sino de desparramar la capacidad de disfrute por el mundo para obtener sus beneficios, como quien riega agua en un jardín. El apego nos pone anteojeras y nos dirige a un solo lugar, como si no hubiera más experiencias atractivas y agradables en el mundo. Aceptar esto pasivamente es acabarse como persona. Trata de no repetir lo que otros hicieron o dijeron que debías hacer, como si fueras un autómata. No te vuelvas predecible. Ensaya nuevos comportamientos y sacude los cimientos de los lugares comunes. Tu mente está preparada para esculcar más allá de lo evidente. Salta de un esquema a otro, atrévete a descubrir y no te resignes a lo obvio. He conocido gente que lleva el mismo peinado, se viste de la misma manera y lee los mismos libros desde hace veinte años. Es evidente que uno se queda con lo que mejor le funciona y le hace sentir bien, pero si te paralizas en lo fundamental, tu mente se contaminará como el agua de un estanque que no fluye. No esperes a estar seguro o segura para arrancar a vivir. No existe tal seguridad. Come cosas nuevas, explora maneras  de vestirte, asiste a cursos exóticos, lee libros prohibidos, tíñete el pelo, escribe una novela que nadie lea, coquetea más, duerme en el piso, viaja sin rumbo, cambia tus prácticas, sacude la tradición que te exige el apego y entonces notarás que la dependencia perderá fuerza y atenuará su impacto sobre tu mente. Podrías decirte a ti mismo: «El apego no es lo único: la vida existe por otras partes». Y si logras convencerte seriamente de esta frase y con toda la energía que puedas, el apego quedará aplastado por su propio peso. El miedo irracional a perder el control La fobia a lo nuevo existe y es más común de lo que uno cree. Los que la padecen se han acostumbrado tanto a quedarse quietos que el movimiento les genera estrés y angustia. Una de mis pacientes, cuando salía con un hombre que le agradaba y tomaba una copa o dos, de inmediato se embutía un litro de agua para diluir el efecto del alcohol para evitar «perder el control» (no era más que vino y no tenía un pelo de alcohólica). Aceptemos que si uno está con un psicópata en potencia, sería prudente ni oler el vino y tener un guardaespaldas lo más cerca posible, pero los pretendientes de mi paciente eran hombres normales que nada tenían de asesinos en serie. Lo que la frenaba era el temor a ser «socialmente adecuada» o sentirse ridícula. Cuando el miedo a perder el control te embargue, pregúntate con -una mano en el corazón y otra en el cerebro si existe un riesgo considerable y objetivo a que te lastimen. Y si el riesgo es real, retírate, pero si solo se trata de anticipaciones catastróficas, sin otra razón que tus debilidades, disfruta y vive. En un extremo están los descontrolados y en el otro los constipados emocionales, así que deberías buscar el punto medio. Si no tienes ninguno vulnerabilidad especial que te predisponga a meterte en problemas y tu comportamiento es inofensivo para ti y la gente que te rodea, ¿por qué no? Deja que la espontaneidad también ocupe un lugar en tu vida. Tener una personalidad encapsulada no te hace mejor ni especial, solo te limita. No hablo de ser irresponsable, sino de no dejarse llevar por un control asfixiante. Recuerdo una paciente que se controlaba durante el orgasmo porque no quería excederse. Temía mostrar el placer sin inhibiciones. Si este fuera tu caso, la solución es clara: simplemente déjate llevar. Déjate ir o venir, después de todo es tu orgasmo, es tu placer y no le estás haciendo mal a nadie. ¿Temes que el vecino se queje por los gritos?, pues baja el volumen sin apagar la música del erotismo. Y si tu pareja se escandaliza, búscate otra que sepa cantar a dúo sin resquemores. «Sentir poco» no es una virtud, es un síntoma. 3. El espíritu de rebeldía o contra la autoridad que limita Romper las ataduras del apego requiere, además de voluntad, cierto espíritu de rebeldía. Implica desarrollar una actitud de oposición frente a las coacciones y los modelos autoritarios que quieren influir sobre tu conducta, reprimiéndola o «encauzándola ». No obstante, tal como afirmaba Fromm, no toda autoridad es negativa. Existe una autoridad racional, respetada y admirada, que considera a los demás como ¡guales. Y también existe una autoridad irracional que se impone a la fuerza, que no es respetada y que fomenta la desigualdad. Los que han sido víctimas de una educación basada en la autoridad irracional (autoritarismo) suelen perder iniciativa y tienden a resignarse a su suerte. Les aterra ir contra la norma establecida y obviamente cualquier cambio que afecte la tradición. El culto a la autoridad restringe el espíritu aventurero. Vuélvete más travieso, sublévate de tanto en tanto, especialmente cuando sientas que te aprietan demasiado las normas o los «no debes» sin fundamento. Ser un insurgente de la propia existencia es mezclar de manera adecuada la desobediencia y la amabilidad: «Lo siento, no quiero o no me apetece». ¿Lo dices alguna vez? No me refiero a ser un rebelde sin causa, sino a ser un defensor de tu esencia, así vaya en contra de la moda o la costumbre. A veces es importante salirse de la manada y no andar con la corriente, así te vean como un bicho raro. Eres único, no sé qué tan maravilloso, pero eres irrepetible. Y por el solo hecho de ser una singularidad pensante, tienes el derecho a disentir cuando creas que valga la pena hacerlo, ¡ejércelo! El apego no prospera tan fácil en aquellas mentes inquietas que se oponen activamente al conformismo. Para hacerle frente a la dependencia hay que apuntar a ser interiormente libre y que no nos digan cómo pensar y sentir. ¿Qué puedes hacer? Desde hoy, sin excusas, sé tú mismo y no le rindas pleitesía a nada ni nadie. La gente apegada a las normas protestará por tu actitud, no les gustará verse confrontada. No es problema tuyo. El apego te hace mirar la vida por el ojo de una cerradura en vez de abrir la puerta de par en par; todo lo empequeñece y  lo distorsiona ¿Recuerdas la película The Truman Show? Nada está escrito para siempre, nada es como parece ser y todo puede cambiar, incluso el miedo y la adicción que te manejan como títere. El espíritu de rebeldía te garantiza que si el apego ataca, no encontrará una presa fácil. Vuélvete insoportable para las mentes rígidas.

sábado, 27 de junio de 2020

Raymond Carver

iz Quotes - Famous Quotes, Proverbs, & Sayings
Ah, yo quisiera tanto que tú te acordaras De los días felices donde nosotros éramos amigos En ese tiempo la vida era más bella Y el Sol brillaba más que los días Las hojas muertas se rastrillan hacia los desperdicios -Tú sí, yo no he olvidado Las hojas muertas se rastrillan hacia los desperdicios Los recuerdos y lamentos también El viento del norte los transporta Hacia la noche fría del olvido Y yo, no he olvidado La canción que tú me cantabas Es una canción que nos reúne Yo te amé, tú me amaste Vivimos juntos Amándonos, amándonos Pero la vida separa a aquellos que se aman Tiernamente, sin hacer ruido Y el mar borra sobre la arena Los pasos de los amantes que se separan!

Verdadera riqueza

Un peregrino que había renunciado a todos los bienes materiales (sannyasi) arribó a las afueras de una aldea y acampó bajo un árbol a pasar la noche. De pronto se le acercó un habitante de la aldea y le dijo que le entregara la joya que guardaba. Y agregó: «El Señor Shiva se me apareció en sueños y me aseguró que si me dirigía a las afueras de la aldea encontraría a un ser iluminado que me daría una piedra preciosa y me haría rico para siempre». El peregrino rebuscó en su alforja, extrajo un diamante y dijo: «Debe de ser éste». El aldeano tomó la piedra y quedó asombrado por el enorme tamaño de la misma. «¡Soy el más rico!», gritó con alegría, y se marchó. Pero cuando se acostó, no pudo dormir. Pasó la noche dando vueltas en la cama, ya que una idea fija no lo dejaba en paz. Al día siguiente, nada más amanecer, fue a despertar al peregrino que dormía bajo el árbol y le comentó: «Dame la verdadera riqueza, aquélla que te permitió desprenderte con tanta facilidad del diamante. Ésa es la que quiero»

Alicia

Alice In Wonderland Love Quotes | Quotes - mystiekevrouwen
- ¿ Pero tú me amas ? - Preguntó Alicia.

- ¡ No, no te amo ! - Respondió el Conejo Blanco.

Alicia arrugó la frente y comenzó a frotarse las manos, como hacía siempre cuando se sentía herida.

- ¿ Lo ves ? - Dijo el Conejo Blanco.

Ahora te estarás preguntando qué has hecho mal, para que no consiga quererte al menos un poco, qué te hace tan imperfecta, fragmentada.

Es por eso que no puedo amarte.

Porque habrá días en los cuales estaré cansado, enojado, con la cabeza en las nubes y te lastimaré.

Cada día pisoteamos los sentimientos por aburrimiento, descuidos e incomprensiones.

Pero si no te amas al menos un poco, si no creas una coraza de pura alegría alrededor de tu corazón,mis débiles dardos se harán letales y te destruirán.

La primera vez que te vi hice un pacto conmigo mismo : "evitaré amarte hasta que no hayas aprendido a amarte a ti misma ".

Por eso Alicia no, no te amo.
No puedo hacerlo.-

Jacques Prévert

“Y se marcho
Bajo la lluvia
Sin decir palabra
Sin mirarme
Y me cubri
La cara con las manos
Y llore”



Oh, me gustaría tanto que recordaras
Los días felices cuando éramos amigos...
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy.
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo...
¿Ves? No lo he olvidado...
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo
Los recuerdos y las penas, también.
Y el viento del norte se las lleva
En la noche fría del olvido
¿Ves? No he olvidado
la canción que tú me cantabas.

Es una canción que nos acerca
Tú me amabas y yo te amaba
Vivíamos juntos
Tú, que me amabas, y yo, que te amaba...
Pero la vida separa a aquellos que se aman
Silenciosamente sin hacer ruido
Y el mar borra sobre la arena
El paso de los amantes que se separan.

Las hojas muertas se recogen con un rastrillo.
Los recuerdos y las penas, también.
Pero mi amor, silencioso y fiel
Siempre sonríe y le agradece a la vida.
Yo te amaba, y eras tan linda...
Cómo crees que podría olvidarte?
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy
Eras mi más dulce amiga,
Mas no tengo sino recuerdos
Y la canción que tú me cantabas,
¡Siempre, siempre la recordaré!

viernes, 26 de junio de 2020

Alex Rovira

Alex Rovira | Frases de felicidad, Pensamientos, Frases ...
Viniendo hacia aquí pensaba en esa frase de Goethe que dice: «Trata a un ser humano como es, y seguirá siendo lo que es. Pero trátalo como puede llegar a ser, y se convertirá en lo que está llamado a ser».
Yo creo que la educación tiene mucho que ver con el corazón, también, profundamente. No somos conscientes, porque no nos lo han contado, de cómo nuestra mirada condiciona necesariamente la calidad del vínculo con el otro, pero no solo el vínculo, sino las posibilidades de realización, no solo de todo ser humano, sino de toda forma de vida. En psicología se le llama a esta mirada «la mirada apreciativa». Intentad recordar aquellas maestras y maestros, y no tienen por qué ser solo los de la escuela, sino yo pienso, por ejemplo, siempre en mi abuela materna. Intentad traer a la memoria a aquellas personas que os causaron una profunda influencia positiva en vuestra existencia, que de alguna manera os dieron alas, que de alguna manera eran un lugar seguro en un entorno en el que quizás, por los motivos que fueran, no había tanta serenidad, tranquilidad o seguridad. Si pensamos invariablemente en esas personas que nos dieron alas, que nos dieron confianza, nos daremos cuenta que surge ese milagro de la mirada apreciativa. Una mirada que, a veces, no necesita palabras. No somos conscientes de la importancia de trenzar dos grandes universos, el de la educación y el de la formación. Hay personas que han tenido acceso a una muy buena formación pero que son maleducadas, porque no tienen corazón. Y hay personas que no tuvieron el privilegio del acceso a una buena formación, pero que son extraordinariamente bien educadas. Creo que en la escuela nos deben formar y deben complementar la educación que se da en los hogares, y creo que en los hogares debemos crear las circunstancias para que la educación florezca y complementar la formación que se da en las escuelas. Y en ambos contextos, tanto maestras y maestros, como madres y padres o los que hagan la función materno y parental, debe haber esa mirada apreciativa que de alas. Yo observé una vez en un partido de futbol de mi hijo, cuando jugaba al futbol, que uno de sus amigos, al cual cambiaré el nombre, era el pichichi, hizo el cambio prematuramente, era un niño que con doce años parecía un hombre de diecisiete y era muy fuerte físicamente y era el mayor realizador, corriendo nadie llegaba a su velocidad, era un gran sprinter además, pero invariablemente, en cada partido, se caía y salía dañado, en cada partido. No había ningún partido que lo acabara y pudiera salir sin ningún tipo de revolcón. Y pensaba: «Aquí hay un hechizo, hay algo raro». Este niño, le llamaremos Rubén, su nombre no era Rubén, siempre se cae, y un día descubrí el hechizo. Su padre, antes del partido, en la segunda parte, cuando el entraba, para animarle, le dijo: «Venga, Rubén, vuélvete a caer, torpón», y a los pocos minutos se cayó. Entonces, yo, como mi hijo era muy amigo de Rubén, le pedí a este señor que fuéramos a tomar algo juntos, en el mismo partido, en el bar del campo del pueblo en el que estábamos. Y le dije: «¿Sabes por qué creo que se cae tu hijo? Y no te lo digo, no te lo expreso como una crítica, sino que te voy a decir algo porque quiero mucho a este niño y creo que es importante que tomemos conciencia de que cada vez que juega sale sangrando». Y me decía: «Se cae porque es torpe», y le dije: «No, no se cae porque sea torpe, se cae porque te ama, y tú le dices: “Sé un sapo”, como hacen los cuentos de hadas, y se convierte en sapo. No le digas que se caiga», y dice: «No, si es que para motivarme a mí mi padre me decía eso. Se concentraba en lo negativo», digo: «Bueno, es un estilo. Probemos otro estilo. Dile: “Hijo, sal, corre y disfruta, marca muchos goles y no hace falta que te caigas. Si te caes yo te curaré, pero no hace falta que te caigas”». Le estuve explicando en qué consistía la mirada apreciativa, el efecto Pigmalión, le cité la frase de Goethe, y palabra de honor que Rubén no se volvió a caer. Nuestra mirada, y cuando digo mirada, debería decir nuestra postura existencial, nuestra manera de estar en el mundo, manifiesta nuestro sistema de creencias, lo que creo sobre mí, lo que creo sobre ti, lo que creo sobre la vida. Imaginad que fuéramos capaces de hacer una mirada apreciativa sin prejuicios, que fuéramos capaces de concentrarnos en las bondades y en las virtudes sin perder el pensamiento crítico, por supuesto. Si nos pudiéramos liberar de falsas creencias sobre nosotros mismos, de prejuicios sobre el otro y de proyecciones, que es lo que el otro piensa que yo pienso sobre él, estaríamos mucho más cerca de algo fundamental, que es la realidad. Y, al final, para que un… Yo creo que nacemos mujeres y hombres, pero devenimos humanos. La humanización es una conquista, y en esa humanización tienen que trenzarse tres principios: principio del placer, principio del deber y principio de realidad. Cuando somos capaces de trenzar estos tres principios, el deber, el compromiso, el placer, la alegría y la realidad, darnos cuenta de lo que es, tenemos mucha más capacidad de transformación individual y colectiva. Si a eso, además, le añadimos una mirada apreciativa, potenciamos esos tres principios y podemos conseguir mucho más en lo individual y en lo colectivo, y sobre eso vamos a hablar y sobre eso vamos a compartir. Y Rubén no se cayó, y cuántas personas no se caerían si hubiera alguien que les dijera: «Eres extraordinaria o eres extraordinario, puedes hacerlo, cuenta conmigo», porque al final no prediques, tus hijos te están mirando.

Joe Dispenza



Being a Parent – Dr. Joe Dispenza – The Epoch
Para cruzar el río del Cambio necesitas despojarte de tu yo conocido 
y previsible —conectado a los mismos pensamientos, decisiones, 
conductas y sentimientos de siempre—, y adentrarte en el vacío 
o en lo desconocido. El espacio entre el yo antiguo y el nuevo 
constituye la muerte biológica de tu antigua personalidad. 
Si el yo antiguo ha de morir, en este caso debes crear un yo nuevo 
con nuevos pensamientos, decisiones, conductas y emociones. 
Meterte en este río es adquirir un nuevo yo desconocido e imprevisible. 
Lo desconocido es el único lugar donde puedes crear, porque desde 
lo conocido te es imposible crear nada nuevo.

Walter Riso

Walter Riso (@Walter_Riso) | Twitter | Walter riso frases, Frases ...
Revisemos un caso de apego a la cirugía estética: Josefina era una mujer de veintidós años, e hija única de una familia muy adinerada. Pidió ayuda porque no sabía cómo relacionarse con los hombres, ya que sentía que ninguno estaba a su altura. Hasta los trece años había sido una niña obesa, pero con el tiempo logró bajar de peso gracias a una dieta estricta. A partir de ese momento su autoestima mejoró considerablemente, comenzó a tener vida social activa y a salir con chicos. A los diecisiete años se enamoró de un atractivo joven que le fue infiel un sinnúmero de veces. Ese amor no recíproco la deprimió, por lo que comenzó nuevamente a subir de peso hasta bordear los cien kilos. Fue cuando un médico le sugirió una cirugía bariátrica a la que se sometió con éxito. Al cumplir veinte años se había transformado en una mujer sumamente atractiva y admirada por su belleza. En una sesión me dijo: «Éste es el momento más feliz de mi vida, por primera vez la gente me admira y me quiere». Una idea sobrevalorada de la belleza ya estaba instaurada en sus esquemas: pensaba todo el día en su apariencia física, se observaba minuciosamente en busca de defectos, hacía ejercicio físico cuatro o cinco horas al día, valoraba a la gente por su grado de fealdad, temía envejecer prematuramente, mostraba síntomas de anorexia y visitaba de manera reiterada a especialistas en cirugía estética. Además, gastaba cada vez más dinero en ropa, había descuidado totalmente sus estudios y se había alejado de su familia. Llegué a contabilizar once operaciones de cirugía estética en un año, lo que la convertía en una «paciente quirúrgica insaciable» (apego/adicción a la cirugía plástica), término técnico para señalar a las personas que debido a sus distorsiones cognitivas sienten que siempre deben corregir o mejorar algo de su aspecto físico. También había pasado por infinidad de tratamientos, como por ejemplo el thermage, la terapia muscular ultratone y la mesoterapia; visitaba tres veces por semana un centro de belleza o algún spa, y no hablaba de otra cosa que del aspecto físico, lo que la alejaba de las demás personas, quienes la consideraban superficial, vanidosa y egocéntrica. Su vida era agotadora, porque debía mantenerse dentro de un determinado estándar estético extremadamente exigente, al que si no llegaba caía en estados de profunda depresión, incluso con ideas suicidas. En cierta ocasión me confesó: «Yo no quiero ser atractiva, quiero ser hermosa, la más hermosa, y si no lo logro no me interesa vivir». Cuando se encontraba con una mujer más bella, la ira la consumía por dentro y no dormía pensando en qué debía mejorar para superar a la supuesta «competidora». A veces pasaba por momentos en los que tomaba conciencia de cómo se estaba destruyendo a sí misma, pero rápidamente volvía a la macabra rutina de embellecerse de manera obsesiva; no era capaz de parar. Su mente había creado una necesidad irracional e inalcanzable que se alimentaba de tres fuentes: el placer de sentirse bella (durara unas horas o días), centralizar su seguridad psicológica en el aspecto físico (una forma de compensar temores y déficits anteriores) y considerar que su cuerpo, moldeado y perfeccionado, era una forma de autorrealización. Su valía personal dependía de lo que aparentaba, y esto implicaba una gran frustración existencial, porque tarde o temprano los años se le notarían. Cada vez debía invertir más energía para tratar de mantenerse igual y disimular o camuflar lo inevitable. Un día dejó de asistir a terapia. Supe de ella al cabo de unos meses, cuando alguien me contó que una cirugía en el rostro, por demás innecesaria, le había generado una parálisis facial. A partir de entonces se encerró para que nadie pudiera verla. Según sus padres, sólo quería morir. El apego es como una bola de nieve, arrasa con todo y te lleva a hacer las cosas más ilógicas y peligrosas para obtener una felicidad tan irracional como efímera.

Hafez de Shiraz

Frases | Hafez de Shiraz | Frases con imagenes, Imágenes bellas y ...
No te aflijas: la belleza volverá a encantarte con su gracia;
tu celda de tristeza se trocará en un jardín de rosas.
No te aflijas: tu mal será trocado en bien;
no te detengas en lo que te inquieta,
pues tu espíritu conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida volverá a tu jardín
y pronto verás, ¡oh cantor de la noche!
una corona de rosas en tu frente.
No te aflijas si, algún día, las esferas del cosmos
no giran según tus deseos,
pues la rueda del tiempo no gira siempre en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor,
penetras en el desierto y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía,
si el torrente del tiempo arrastra tu morada mortal,
pues tienes el amor para salvarte del naufragio.
No te aflijas si el viaje es amargo,
no te aflijas si la meta es invisible.
Todos los caminos conducen a una sola meta.
No te aflijas, Hafiz,
en tu rincón humilde en que te crees pobre,
abandonado a la noche oscura,
y piensa que aún te queda tu canción y tu amor.

Ousman Umar

Mi nombre es Ousman Umar. Soy de Ghana. Sé que nací un martes. Pero no sé ni de qué mes ni de qué año, porque en mi tribu esto no importa. Lo más importante es el día de la semana en que naciste. Al nacer, mi madre murió en el parto. En mi tribu, la tradición de los Walas, cuando una desgracia como esta ocurre, se considera que el niño es maligno, por lo tanto tiene que morir. Este era mi caso. Soy consciente de que soy una de las personas más afortunadas de este planeta. Mi padre era el chamán, el líder de la tribu y por eso consiguió salvarme la vida. Viví en mi pueblo hasta los nueve años. No teníamos escuela en mi pueblo, por lo tanto para ir al colegio había que caminar siete kilómetros cada día, catorce en total. Vivíamos básicamente de la ganadería y de la agricultura. Si había que comer carne ibas a la selva a cazar o cogías un pollo en el corral. Las casas estaban hechas de barro. No había luz eléctrica. Teníamos dos ríos, uno se llama Fia, el otro Asukatia. Fia era para beber, Asukatia era para lavarse.
A los nueve años la curiosidad me llevó a salir del pueblo hacia la ciudad y, finalmente, a los trece años me marché fuera del país en busca de llegar al país de los blancos, tal como se titula el libro que acabo de publicar. Con trece años tuve que cruzar todo el norte de África, pasando por el desierto del Sahara, que fue el primer gran reto que tuve que superar. Resumiendo, de cuarenta y seis personas que empezamos el viaje, tres semanas más tarde solo seis llegamos vivos a Libia. Os aseguro que la realidad supera la ficción. Una vez en Libia, las cosas tampoco fueron sobre ruedas. Estuve allí cuatro años. Ser negro y vivir en Libia era prácticamente un delito. Viví cuatro años, conseguí reunir 1.800 dólares y volví a caer en manos de la mafia, ya que me dijeron que en cuarenta y cinco minutos desde Trípoli, la capital de Libia, llegaríamos al paraíso. Así empezó esta última etapa también. Crucé Túnez, Argelia, Mauritania, Marruecos, Sahara Occidental… finalmente, fue allí donde cogimos las pateras. Tuve que coger la patera dos veces porque el primer intento fracasó, una de las dos pateras se hundió y nadie sobrevivió.
Uno de mis mejores amigos, Musa, también murió. Es verdad que muchos dicen que el gran cementerio es el mar Mediterráneo. Yo creo que es antes. El cementerio más grande es el desierto del Sahara. Volví otra vez al desierto hasta que la mafia nos trajo más material, más personas. Volvimos a hacer una segunda salida. Ocurrió exactamente lo mismo: en el medio del mar una de las pateras también se hundió. Las ciento cincuenta o doscientas personas que iban en aquella patera tampoco sobrevivieron. Sapashini, Anas Amilo, Tola, nadie sobrevivió. Tras cuarenta y ocho horas navegando prácticamente sin rumbo conseguí llegar a la isla de Fuerteventura. Aquí determinaron que tenía menos de dieciocho años. Por lo tanto, la ley internacional me amparaba y tenía derecho a residir en España. El día 24 de febrero del año 2005, finalmente conseguí llegar a la ciudad de Barcelona, con una mano delante y otra detrás. Prácticamente analfabeto. Sin saber castellano ni catalán, solo hablaba inglés, árabe, wala, hausa, asante y dialectos africanos. Estuve dos meses malviviendo en la ciudad de Barcelona. Sentirse solo en una ciudad como Barcelona… no tengo palabras adecuadas para transmitir esa sensación. Comía solo cuando alguien tiraba comida a la basura, pan seco, y si llegaba a tiempo, claro.
Pero el ángel de la guarda que me protegió durante el momento de mi nacimiento no me abandonó tampoco. Curiosamente, un día sentado en un banco me llegó una señal, dijo: «Ousman, levántate, ve a hablar con esa señora que te va ayudar». Me dirigí a una señora que se llamaba Montse, no la conocía de nada y le empecé a explicar quién soy. No entendió nada, pero tuvo tanta curiosidad por entender qué le quería explicar que me cogió la mano, nos apartamos, sacó su móvil y llamó a su marido a casa. El marido sí que hablaba inglés. Armando me hizo mil y una preguntas, lo que aún recuerdo es que me preguntó cuántos años tenía. Le contesté que había nacido en martes. Me dijo: «Fantástico, pero ¿cuántos años tienes?». Yo: «Jolín, te lo acabo de decir, nací un martes». Armando y yo no nos entendíamos, así que le devolví el teléfono a Montse. Entre las cuatro palabras de inglés que sabía Montse y las señales, Montse y yo nos entendimos. Aquí aprendí un mensaje muy potente que es: cuando dos personas quieren, se entienden. Montse no sabe inglés, yo tampoco hablaba catalán ni castellano, pero nos entendimos. Me dio su número de teléfono, me invitó a desayunar y me hizo entender que si no conseguía llegar a la Cruz Roja, que no volviera a dormir en la calle, que la llamara por teléfono. Esta fue mi salvación.
Acabaron acogiéndome como mis tutores legales hasta los dieciocho años. La primera noche que dormí en casa de Montse y de Armando recuerdo que tuve ropa limpia después de dos meses, agua caliente, comida caliente… Montse me acompañó a mi habitación, me metió en la cama como si fuera un niño de cinco años. Me dio un beso aquí en la frente, apagó la luz y salió de la habitación. El mundo me cayó encima literalmente hablando. Por primera vez, aquella noche ya no tenía que luchar. Pasé toda la noche llorando, preguntándome por qué, por qué y por qué. ¿Qué he hecho mal para merecer tanta tortura? Si realmente estaba predestinado que esta familia estaba aquí esperándome, ¿qué he hecho mal para sufrir tanto? ¿Por qué he tenido que pasar por todo aquello? ¿Por qué Sapashini no? ¿Por qué Musa no? ¿Por qué yo? Pasé toda la noche llorando hasta el día siguiente por la mañana, cuando llegué a la conclusión de que la pregunta no tiene que ser «por qué», sino «para qué» me serviría aquella experiencia que había adquirido durante el viaje.
Para dos razones. Para dar voz a todas aquellas personas, almas, que no consiguieron llegar con vida y, obviamente, por eso no pueden explicar su historia. Darles voz. En segundo lugar, trabajar en el origen del problema para evitar que futuras víctimas caigan en este infierno. De aquí nació el proyecto «NASCO Feeding Minds», alimentando mentes: aliméntame la mente, no me alimentes la barriga. A partir de aquí encontré la paz conmigo mismo y la razón de estar vivo. Descubrí que los blancos son ingenieros o médicos, no por el hecho de ser blancos, sino que estudiaron para serlo, así que si yo estudiaba también podría llegar a ser médico. Igual que salí desde mi pueblo porque quería ser blanco, cualquier cosa menos ser negro, pues puse toda esta energía en estudiar. En trece años, desde 2005 hasta el 2013, pasé por todo el sistema educativo y estudié ADE, Relaciones Públicas y Marketing, Química dos años, no la acabé, y acabé haciendo un posgrado en ESADE de Dirección y Cooperación Internacional. Y fundé la ONG «NASCO Feeding Minds» en el año 2012, que actualmente beneficia a veintitrés escuelas, ocho aulas informáticas, más de quince mil niños ya han pasado por las aulas…

jueves, 25 de junio de 2020

Pita Amor

Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura ar Twitter ...
Formada en una familia profundamente católica, la menuda Pita pasó de un colegio religioso a otro; del Motolinía al Francés, del de las Damas del Sagrado Corazón a uno en Monterrey. El orden y la disciplina no eran lo suyo, así que de estos dos últimos la expulsaron sin remedio.

De regreso a la capital de país, no pasaba los diecisiete años cuando intentó saber lo que era el amor y escapó con José Madrazo, un criador de toros de Aguascalientes, en medio del escándalo familiar. Pese a ello, el silencio sepultó la voz de las buenas conciencias y Pita, que nunca se casó ni vivió con aquel hombre, se dedicó a ir a los cafés, restaurantes y centros nocturnos de la capital, donde entró en contacto con la élite intelectual y artística de la época: de Jaime Torres Bodet a Lola Álvaro Bravo, de Salvador Novo a Manuel González Montesinos (nieto del que fuera presidente de la República), de Enrique González Martínez al extraordinario Xavier Villaurrutia, quien tuvo una enorme influencia en ella.


Jane Goodall

 Frases de Jane Goodall - Lo que ocurre es que si tienes un cerebro ...
Somos avariciosos y tenemos que empezar a tomar decisiones éticas
Goodall defiende en todos los foros posibles que es imprescindible frenar el crecimiento de la población si pretendemos aspirar a un modelo sostenible. "No solo los superricos; nosotros, la gente normal, tenemos mucho más de lo que necesitamos. Somos avariciosos y tenemos que empezar a tomar decisiones éticas. ¿Realmente necesitamos todo lo que compramos? Hay que plantar cara a los economistas que dicen que el desarrollo económico no puede tener límites: en un planeta con recursos limitados, ¡no tiene sentido!". Los ojos de esta venerable dama se encienden cuando cuenta que esta reflexión tiene sus frutos: uno de los los asistentes a sus charlas decidió no cambiarse de casa a una más grande tras escucharla, y otros dos dedicaron a sus proyectos el dinero que habían pensado invertir en coches de lujo.

Louis-Ferdinand Céline

La mujer que sabe tener en cuenta nuestra miserable naturaleza...
"Tal vez nos equivocamos siempre, a la hora de juzgar el corazón de los demás".


Gustave Flaubert

✅ Frases y citas célebres de Gustave Flaubert 📖
"De niño, amaba lo que se ve; adolescente, lo que se siente; como hombre, ya no amo nada. Y, sin embargo, ¡cuántas cosas tengo en el alma, cuántas fuerzas intimas y cuántos océanos de cólera y amores entrecruzan, estallan en este corazón tan frágil, tan débil, tan hundido, tan hastiado, tan agotado!
¡Me dicen que vuelva a la vida, que me mezcle con la multitud!... ¿Y cómo puede dar frutos la rama desgajada?, ¿cómo puede reverdecer la rama que ha sido arrancada por el viento y arrastrada por el polvo? Y ¿por qué tanta amargura siendo tan joven? ¿Qué sé yo?
Tal vez era mi destino vivir así, cansado antes de haber llevado la carga, jadeante antes de haber corrido".

viernes, 19 de junio de 2020

Julio Ramón Ribeyro

¿Por qué estaré hoy tan decepcionado? Sin dinero, sin éxitos, sin amores, mis días van cayendo como las hojas secas de un árbol. Rodeado de oscuridad, de cenizas. Hoy me siento incapaz de todo. Una pereza moral irresistible. Sólo ansío viajar. Cambiar de panorama. Irme donde nadie me conozca. Aquí ya soy definitivamente como han querido que sea. Conforme me aleje irán cayendo mis vestiduras, mis etiquetas y quedaré limpio, desnudo, para empezar a ser distinto, como yo quisiera ser. Pero, ¿a dónde ir? Si llevo dentro de mi el germen de todo mi destino, ¿para qué hacer rodar por todos los paisajes, como un circo ambulante, el espectáculo de mi vida equivocada?


Bélgica honra a un rey genocida


Es una gran injusticia histórica que este monarca no figure, con Hitler y Stalin, como uno de los criminales políticos más sanguinarios del siglo XX”


Hay muchas formas de definir a Leopoldo II, primo de la reina Victoria de Reino Unido, y rey de los belgas desde 1865 y hasta su muerte, en 1909. Pero la mejor definición es la del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que lo sitúa junto a Hitler Stalin en el podio “de los criminales políticos más sanguinarios del siglo XX”.
El monarca fue el dueño del Estado Independiente del Congo entre 1885 y 1906, cuando su población se redujo a la mitad: de 20 a 10 millones de personas. El caso de este genocida, tan cruel como hipócrita, es especialmente sangrante porque Bélgica aún lo honra en plazas y parques con monumentos y esculturas, como la impresionante estatua ecuestre que mantiene en Bruselas.
Cuando las aldeas no entregaban las cantidades de marfil o caucho exigidas, las represalias eran terribles. Los sicarios del rey quemaban los poblados amputaban manos y pies, sobre todo de mujeres y niños para que sus maridos y padres pudieran seguir siendo explotados hasta la muerte por agotamiento o enfermedad.
Otro de los refinados métodos de tortura era la chicotte , un látigo hecho con piel de hipopótamo. Los castigos se podían aplicar por los motivos más intrascendentes. Más de 25 latigazos dejaban a la víctima con la piel en carne viva e inconsciente. A partir de 50 la muerte era casi segura. Hubo desgraciados que recibieron hasta 250.