Invisible
En un monasterio, un anciano prior, verdadero santo, no logra ocultar su tristeza.
-¿Por qué está tan triste, padre? -le pregunta un joven monje.
-Porque comienzo a dudar de la inteligencia de mis hermanos respecto a las grandes realidades
de Dios. Ya es la tercera vez que les he mostrado un trozo de lino sobre el que he dibujado un pequeño
punto rojo, pidiéndoles que me digan lo que ven. Me han respondido todos «un pequeño punto rojo», pero
nunca «un trozo de lino».
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