jueves, 2 de abril de 2020
Eliphas Lévi
El hombre no necesita maestros cuando es maestro de sí mismo y si existiera en el mundo un pueblo de sabios, sería un pueblo de reyes. Únicamente entonces la República sería posible, porque semejante pueblo no tendría necesidad de ser gobernado. Pero cuando veo un pueblo embrutecido por la embriaguez, una burguesía inconsciente para todo lo que no sea beneficio y cálculo, una prensa apasionada por intereses y con frecuencia embustera por conveniencia, una aristocracia que se bate por los Rigolboches, me pregunto lo que podría ser la República de estas gentes, y si se apoderara del poder, supongo que pedírían la libertad de hacer más mal que el que realizan. Es bello ideal la declaracion de los derechos del hombre, pero comenzad por crear hombres antes de darles derechos. No creo que toméis por hombre a la multitud inmunda que arrastraba Bailly al cadalso abofeteándole con una bandera humedecida en el cieno. Si me preguntáis a qué tienen derecho semejantes hombres, os responderé que tienen derecho a la metralla del 13 del vendimiario si se les halla... fatalmente. Las repúblicas no son gobiernos, son crisis sociales. Cuando el poder, semejante a la roca de Sísifo escapa de los brazos que la quieren elevar demasiado alto, cae y rueda de nuevo al pie de la montaña; es lo que se denomina una revolución
*Mi respeto y veneración, ayer, hoy y siempre para el Gran Iniciado, Eliphas Levi.*
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