Pese a su reputación de persona distante, en realidad era apasionado tanto en su vida personal como en sus afanes científicos. En la universidad se enamoró locamente de la única mujer que había en su clase de física, una oscura y vehemente serbia llamada Mileva Maric. Tuvieron una hija ilegítima, luego se casaron y tuvieron otros dos hijos. Ella actuó como caja de resonancia para sus ideas científicas y le ayudó a verificar las fórmulas matemáticas de sus artículos; pero a la larga su relación se desintegró. Einstein le ofreció un acuerdo. Algún día, le dijo, ganaría el Premio Nobel; si ella le concedía el divorcio, él le daría el dinero del premio. Ella lo pensó durante una semana y acabó aceptando. Dado que sus teorías eran tan radicales, habrían de pasar diecisiete años tras su milagrosa producción desde la oficina de patentes para que finalmente obtuviera el galardón y ella cobrara. La vida y obra de Einstein reflejan el trastorno de las certidumbres sociales y los absolutos morales que caracterizó la atmósfera modernista de comienzos del siglo XX. Flotaba en el aire un imaginativo inconformismo; Picasso, Joyce, Freud, Stravinski, Schonberg y otros rompían los límites convencionales. Y asimismo formaba parte de esa atmósfera una concepción del universo en la que el espacio y el tiempo y las propiedades de las partículas parecían basados en los caprichos de la observación.
martes, 14 de abril de 2020
Albert Einstein
Pese a su reputación de persona distante, en realidad era apasionado tanto en su vida personal como en sus afanes científicos. En la universidad se enamoró locamente de la única mujer que había en su clase de física, una oscura y vehemente serbia llamada Mileva Maric. Tuvieron una hija ilegítima, luego se casaron y tuvieron otros dos hijos. Ella actuó como caja de resonancia para sus ideas científicas y le ayudó a verificar las fórmulas matemáticas de sus artículos; pero a la larga su relación se desintegró. Einstein le ofreció un acuerdo. Algún día, le dijo, ganaría el Premio Nobel; si ella le concedía el divorcio, él le daría el dinero del premio. Ella lo pensó durante una semana y acabó aceptando. Dado que sus teorías eran tan radicales, habrían de pasar diecisiete años tras su milagrosa producción desde la oficina de patentes para que finalmente obtuviera el galardón y ella cobrara. La vida y obra de Einstein reflejan el trastorno de las certidumbres sociales y los absolutos morales que caracterizó la atmósfera modernista de comienzos del siglo XX. Flotaba en el aire un imaginativo inconformismo; Picasso, Joyce, Freud, Stravinski, Schonberg y otros rompían los límites convencionales. Y asimismo formaba parte de esa atmósfera una concepción del universo en la que el espacio y el tiempo y las propiedades de las partículas parecían basados en los caprichos de la observación.
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