lunes, 23 de diciembre de 2019
Bertolt Brecht
Dice Prechtl que Brecht fue, desde muy joven, un rebelde por naturaleza, un soñador. Yo lo veo, además, como un hábil, talentoso y astuto hombre de teatro que entregó su mensaje humanístico a través de sus diálogos, sus canciones y sus apartes que interrumpían con gran sagacidad el desarrollo dramático. En el apéndice de Un hombre es un hombre, está muy clara esa intención cuando el soldado Polly se coloca en el proscenio y dice: "Para que puedan realmente apreciar la calidad de nuestro arte dramático, deben fumar desesperadamente. Los actores que aquí estamos somos los mejores del mundo, las bebidas alcohólicas cien por ciento auténticas y las sillas comodísimas. En el bar podrán hacer conjeturas sobre la obra cuando el telón caiga. Se les ruega no disparar contra el pianista. El pobre está dando lo mejor que tiene. El que no entienda la trama, no intente romperse la cabeza, ya que es incomprensible. Si quieren ver alguna cosa que tenga sentido vayan al mingitorio. En todo caso no se devolverá el dinero de los boletos." Y termina diciendo: "Un actor debe ser capaz de hacerlo todo."
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